2010_CEOCB_monografia Santiago Maravatio.pdf - Inicio
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Resignata dirigiéndose a su marido Ebrioso:” Ya pasó todo, ya se acabaron los tiempos<br />
bonitos de un matrimonio que empezó con todo el amor y todas las ilusiones de la vida. Yo que<br />
ansiosa te esperaba y gusto me daba recibirte, ahora te espero con repugnancia, enfurecida – que<br />
palabras - pero así es, y cuando llegas me dan ganas de aa- gaar- rar- te… y tú con tu voz en tus<br />
canciones para mí, todos mis impulsos cambias, seguramente es porque nadie te puede querer más<br />
que yo, a pesar de tu comportamiento tan negativo. Yo enfurecida, con tus palabras, tus canciones,<br />
con tu melodiosa y tu voz cambias mis corajes, odios y berrinches en caricias, risas y carcajadas de<br />
alegría: Otro día las cosas cambian: siguen los gritos, las malas palabras y los golpes.<br />
Ebrioso, como queda dicho, era un hombre muy trabajador; pero con el afecto a la<br />
tomada, le quedaba muy poco dinero de la raya, y a la resignada de Resignata le daba, como dice la<br />
canción, peso sobre peso; pero sin pasar de dos y todavía le pedía el sobrante.<br />
A pesar de todo, Resignata quería mucho a su esposo Ebrioso, a pesar de que la golpeaba<br />
mucho, siempre la traía amoratada por los golpes que le daba. Una cosa muy marcada en Resignata:<br />
nunca dejaba de ir a la Iglesia a dirigir sus súplicas y oraciones, sobre todo a Santo <strong>Santiago</strong> que era<br />
su santo predilecto. Resignata sabiendo que Santo <strong>Santiago</strong> era un santo muy milagroso, después de<br />
sus súplicas y oraciones, diariamente le decía: Santo <strong>Santiago</strong>, tú que estuviste y estás tan cerquita de<br />
tu primo Jesucristo y te concede todo lo que le imploras, a ti te pido que le digas a Dios Padre que le<br />
quite lo borracho a mi esposo Ebrioso. A toda hora, en la Iglesia y su casa, estaba repitiendo su<br />
oración: que le quitara lo borracho a su esposo.<br />
Una noche, por la madrugada, llegó Ebrioso bañado en sangre, Resignata al verlo<br />
bañado en sangre dio un grito de horror, terror y espanto ¡ Jesús mil veces bendito…¡Señor<br />
Santiaguito ¡ ¿ qué te pasó Ebri…? ¡ Mira no más cómo vienes…¡Quién te pegó…¡ Ya ves me canso de<br />
decirte que ya no te emborraches. Sólo Dios puede hacerme el milagro por intervención de<br />
Chaguito…¿Cuál Chaguito…? ¿ Replicó Ebrioso… ? Un pariente de Jesucristo el del cielo.<br />
Resignata, con todo cuidado, le lavó las heridas y con remedios caseros se las curó.<br />
Transcurrieron algunos días, tal vez semanas o meses para que Ebrioso sanara y volviera a trabajar.<br />
Resignata se acomedía en el quehacer a las vecinas para granjearse el taco para su<br />
esposo enfermo, aunque ella se privara lo lograba para su esposo. Así transcurrió el tiempo y con él<br />
Ebrioso sanó mediante el sacrificio de su esposa.<br />
Ebrioso sanó, volvió a trabajar, se olvidó de la tomada, entregaba el gasto suficiente a su<br />
esposa Resig, como él la llamaba, la vida era bonita, la armonía de sus canciones volvió a resonar,<br />
colmando de alegría al hogar. Todo cambió, ya no había gritos, pleitos ni golpes, todo era armonía y<br />
alegría.<br />
Resignata, un día le dice a su esposo Ebrioso: “ Oye Ebri, tengo ganas de ir a la Iglesia,<br />
acompáñame”. Ebrioso que ya estaba completamente cambiado asedió a la invitación para ir con<br />
ella a la Iglesia a ofrecer sus oraciones.<br />
Al llegar a la Iglesia, los dos de la mano, Ebrioso se detuvo señalando a Santo <strong>Santiago</strong> y<br />
Leyendas<br />
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