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sus ventajas frente al reticulado orden de la modernidad. Este lenguaje, busca descentramientos en<br />

todos los valores identificados con los binarismos modernos, también dentro del “mundo del arte”, de<br />

allí que su ámbito suela ser tan escurridizo frente a las definiciones universalistas.<br />

El arte del performance es un arte minoritario, 58 no es teatro, lo cual queda claro en su vocación<br />

antirepresentacional y antinarrativa, 59 en la temporalidad abierta a lo que suceda en la interacción, en<br />

su guión elástico, en la espacialidad que juega con contextos más amplios y flexibles según la<br />

situación en curso, en la estética anti-espectáculo, 60 en las intenciones de sus ejecutores-creadores y<br />

en las relaciones de éstos con quienes experimentan la acción. Además, el ámbito de los debates<br />

públicos, colectivos y urgentes suele ser la principal motivación de los artistas performers;<br />

características que no le son familiares a la teatralidad literaria y de “cuarta pared”. 61<br />

Linda Kauffman apunta con respecto al arte del performance que “uno descubre estrategias<br />

que subvierten la amnesia cultural y la saturación por simulación” (Kauffman, 2000: 27). Saturación<br />

58 Del mismo modo en el que Butler hace referencia a una filosofía que es minoritaria en tanto que está<br />

desinstitucionalizada (Butler, 2006: 280), podemos pensar en un arte que, aún después de muchas<br />

intervenciones en los procesos del arte y su historia, continúa sin [querer] ingresar en los espacios consagrados<br />

del arte.<br />

59 Aunque algunos aspectos de esta modalidad han variado desde que Juan Acha elaboró sus análisis,<br />

compartimos algunos de los apuntes sobre lo que él prefería llamar arte de las acciones corporales. El autor<br />

hacía referencia a que éste no representa, ni narra, menos aún entretiene. Decía que debe ser desligado de la<br />

danza y el teatro puesto que aquellas están dentro de las consideradas artes mayores, mientras que el arte de<br />

las acciones corporales sería algo así como un arte deliberadamente bastardo. Asimismo señalaba el rechazo<br />

que estas acciones ejercían sobre los tabúes, generando nuevos conceptos e interrogantes. Cfr. Juan Acha, El<br />

arte de las acciones corporales en Rev. Arte en Colombia, N° 5, octubre 1988.<br />

60 Entre otras referencias relacionadas, se pueden revisar las ideas de Giuseppe Campuzano, autor del Museo<br />

travesti del Perú. Este filósofo, artista y travesti expone su criterio sobre el performance art en una entrevista<br />

en la que señala la disfuncionalidad de las acciones de arte concebidas como espectáculo. Cfr. Karen Bernedo<br />

Morales y David Flores Hora, Bios Tranbajador@s del arte, Lima, Perú, Centro de Documentación de Arte<br />

Peruano Contemporáneo, 2009, min 7’ a 7, 57’’, disponible en:<br />

http://www.youtube.com/user/giucamp#p/a/u/1/FoUeAGGcM‐M<br />

61 “Cuarta pared” es una expresión original del teatro. El escenario, desde el teatro isabelino, es una caja<br />

conformada por tres paredes: una a la izquierda, una a la derecha y una al fondo. La “cuarta pared” es<br />

imaginaria y está en la parte frontal del escenario (después del proscenio). Esta “pared” invisible es la que<br />

permite que el espectador vea lo que ocurre en el escenario. Es concebida como una barrera pues mantiene<br />

una distancia tajante entre la realidad del público y lo que se plantea en la escena, o en otras palabras, entre el<br />

espacio de ficción y el espacio de lo real. El concepto fue creado por André Antoine, para quien los actores, en<br />

su interpretación, debían “olvidar” la presencia del público”. Cfr. Manuel Gómez García, Diccionario Akal de<br />

Teatro, Madrid, Edit. Akal, 2007, p. 226.

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