Descargar PDF aquí - Difusión obra María Valtorta
Descargar PDF aquí - Difusión obra María Valtorta
Descargar PDF aquí - Difusión obra María Valtorta
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
136<br />
Es Dios mismo quien dice: «Este amado mío ha alcanzado lo que ha querido, y Yo lo he<br />
concedido, porque grande es la gracia que posee ante mis ojos». Y <strong>aquí</strong> dice: «Ha alcanzado una<br />
gracia sin límites, como infinito es el milagro que ha realizado». La gloria que de Dios revierte<br />
en el autor del milagro y la gloria que del autor del milagro revierte en el Padre son parejas:<br />
porque toda gloria sobrenatural, que viene de Dios, regresa a su origen. ■ Y la gloria de Dios,<br />
aun siendo ya infinita, crece y crece y resplandece más por la gloria de sus santos. Por lo cual<br />
afirmo: de la misma forma que el Hijo del hombre ha sido glorificado por Dios, Dios ha sido<br />
glorificado por el Hijo. Yo he glorificado a Dios en Mí mismo, a su vez Dios glorificará en Sí a<br />
su Hijo. Muy pronto le glorificará. Alégrate, Tú que regresas a tu trono, ¡oh Esencia espiritual<br />
de la Segunda Persona! Alégrate, ¡oh Carne que vuelves a subir después de un largo destierro en<br />
el fango! No es el paraíso de Adán sino el del Padre, que será el lugar donde vivirás. Si por<br />
órdenes de Dios, un hombre detuvo el sol con la admiración de todos ( Jos.10,10-15), ¿qué no<br />
sucederá en los astros cuando vean el prodigio de que el Cuerpo del Hombre perfectamente<br />
glorificado sube y se sienta a la derecha del Padre?”.<br />
. ● “Donde voy, ni siquiera Ella, que tiene todo (nada hay que añadir) y todo lo ha dado,<br />
puede ir”.- ■ Jesús: “Hijitos míos, todavía estaré un poco con vosotros; luego, me buscaréis<br />
como los huérfanos suelen buscar al padre o a la madre muertos. Con las lágrimas en los ojos<br />
iréis hablando de Él y en vano llamaréis al mudo sepulcro, y luego llamaréis a las puertas azules<br />
del Cielo, con el ansia de un alma en busca de amor, preguntando: «¿Dónde está nuestro Jesús?<br />
Queremos tenerle. Sin Él ya no hay luz, ni alegría, ni amor en el mundo. O devolvédnoslo o<br />
dejádnos entrar. Queremos estar donde Él está». Pero, por ahora, no podéis ir a donde Yo voy.<br />
Esto mismo se lo dije a los Judíos: «Luego me buscaréis, pero a donde Yo voy vosotros no<br />
podéis ir». Lo mismo os digo a vosotros. ■ Pensad en mi Madre... Ni siquiera Ella podrá ir a<br />
donde voy Yo. Y, sin embargo Yo dejé el Padre para venir donde Ella y hacerme Jesús en su<br />
vientre inmaculado. Nací de Ella, de la Inviolable, en un éxtasis luminoso; y de su amor, hecho<br />
leche, me nutrí. Yo estoy hecho de pureza y de amor porque <strong>María</strong> me nutrió con su virginidad<br />
fecundada por el Amor perfecto que vive en el Cielo (3). Yo crecía con sus fatigas y lágrimas...<br />
Y, sin embargo, le pido un heroísmo, cual nunca se ha realizado, y que respecto al de Judit (Judit<br />
10,13), al de Yael (Jue. 4-5) no tiene comparación. Y, con todo, nadie la iguala en amor a Mí. Y,<br />
pese a todo esto, la dejo y me voy a donde Ella no irá sino después de mucho tiempo. ■ Para<br />
Ella no es el mandato que os doy a vosotros: «Santificaos año por año, mes por mes, día tras<br />
día, hora tras hora, para que podáis venir a Mí, cuando llegue vuestra hora». En Ella reside toda<br />
clase de gracias y santidad. Es la criatura que ha tenido todo y que todo lo ha dado. Nada hay<br />
que añadir en Ella, y nada hay que quitar. Es el testimonio santísimo de lo que puede Dios”.<br />
. ● “Para llegar donde Yo voy; amaos los unos a los otros: por esto se conocerá que sois<br />
mis discípulos”.- ■ Jesús: “Pero para estar seguro de que seréis capaces de llegar a donde esté<br />
Yo y de olvidar el dolor de la pérdida de vuestro Jesús, os doy un mandamiento nuevo: que os<br />
améis los unos a los otros. Así como Yo os he amado, amaos igualmente los unos a los otros.<br />
Por esto se conocerá que sois mis discípulos. ■ Cuando un padre tiene muchos hijos, ¿en qué se<br />
sabe que son sus hijos? No tanto por el aspecto físico --porque hay hombres que son en todo<br />
semejantes a otro hombre con el que no tienen ninguna relación de sangre, y ni siquiera de<br />
nación--, cuanto por el amor común a la familia, a su padre y entre sí mismos. E incluso cuando<br />
muere el padre, la familia buena no se disgrega, porque la sangre es una, la que el padre<br />
comunicó y anuda vínculos que ni siquiera la muerte destruye, porque el amor es más fuerte que<br />
la muerte(Cant.8,6). Pues bien, si vosotros me amáis aun después de que os deje, todos<br />
reconocerán que sois mis hijos, y, por tanto, mis discípulos, y que, habiendo tenido un único<br />
padre, entre vosotros sois hermanos”.<br />
. ● “Antes de que el gallo lance su canto, Pedro, tres veces me negarás”.- ■ Pedro pregunta:<br />
”Señor, Jesús, ¿pero a dónde te vas?”. Jesús: “Me voy a donde por ahora no puedes seguirme.<br />
Pero más tarde me seguirás”. Pedro: “¿Y por qué no ahora? Te he seguido siempre desde que<br />
me dijiste: «Sígueme». Sin pena alguna he dejado todo... ahora, no es justo ni correcto de tu<br />
parte irte sin tu pobre Simón, dejándome sin Ti, Tú que eres todo para mí, que dejé lo poco que<br />
antes tenía. ¿Vas a la muerte? Está bien. También Yo voy. Iremos juntos al otro mundo. Pero<br />
antes te habré defendido. Estoy dispuesto a morir por Ti”. Jesús: “¿Que morirás por Mí?<br />
¿Ahora? Ahora no. En verdad, en verdad, te aseguro: antes de que cante el gallo me negarás tres