Descargar PDF aquí - Difusión obra María Valtorta
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vosotros. Y os parece imposible que un hombre pueda ser el Mesías. Como mínimo pensáis<br />
que tendría que ser un ángel este Mesías, el cual debe tener un origen tan misterioso como<br />
para poder ser rey por la simple autoridad que el misterio de su origen suscita. Pero, ¿acaso<br />
alguna vez se ha visto en la historia de nuestro pueblo, en los libros que forman esta<br />
historia --y que serán libros tan eternos cuanto el mundo, porque a ellos los doctores de<br />
todas las naciones y de todos los tiempos irán a beber, para confirmar su ciencia y sus<br />
investigaciones sobre el pasado con las luces de la verdad--, dónde está escrito en estos libros<br />
que Dios haya hablado a un ángel suyo para decirle: «Tú serás para Mí, de ahora en adelante,<br />
Hijo, porque Yo te he engendrado»?” (Sal. 2,7). Veo que Gamaliel pide una tablilla y<br />
pergaminos, se sienta y escribe... ■ Jesús: “Los ángeles, criaturas espirituales siervas del<br />
Altísimo y mensajeras suyas, han sido creados por Él como el hombre, como los animales,<br />
como todo lo que fue creado. Pero no han sido engendrados por Él. Porque Dios<br />
engendra únicamente a otro Sí mismo, pues no puede el Perfecto engendrar sino a un<br />
Perfecto, a otro Ser parejo a Sí mismo, para no destruir su perfección engendrando a una<br />
criatura inferior a Él (2). Ahora bien, si Dios no puede engendrar a los ángeles, y ni siquiera<br />
elevarlos a la dignidad de hijos suyos (3), ¿cómo será el Hijo al que dice: «Tú eres mi Hijo.<br />
Hoy te he engendrado»? ¿Y de qué naturaleza será si, engendrándolo, y señalándoselo a sus<br />
ángeles, dice: «Y le adoren todos los ángeles de Dios»? (Deut. 32,43: Sal. 96,7). ¿Y cómo será este<br />
Hijo, para merecer oír que el Padre --Aquel a cuya gracia se debe el que los hombres le<br />
puedan nombrar con el corazón anonadado en adoración-- le diga: «Siéntate a mi<br />
derecha hasta que haga de tus enemigos escabel para tus pies»? (Sal. 109,1). Ese Hijo no<br />
podrá ser sino Dios como el Padre, con quien comparte atributos y poderes y con quien goza<br />
de la Caridad que los alegra en los inefables e incognoscibles amores de la Perfección que existe<br />
por sí misma”.<br />
. ● “Decís que soy solo un hombre. ¿Habría podido Dios decir de un hombre lo que dijo<br />
en el vado de Betabara (Jordán) y que muchos de vosotros lo oísteis y temblasteis? La voz<br />
de Dios es inconfundible y sin gracia especial aterra. ¿Habría podido Dios poner a su<br />
Espíritu en un cuerpo privado de Gracia o satisfacerse con el sacrificio de un hombre? ...<br />
¿Qué es entonces el Hombre que ahora os habla?¿Qué debe ser el Mesías? Más que un<br />
ángel o un hombre, ¡¡Dios!!...”.- ■ Jesús: “Pero, si Dios no ha juzgado conveniente elevar al<br />
grado de Hijo a un ángel, ¿habría podido decir de un hombre lo que, al final de éste hará tres<br />
años, dijo de quien <strong>aquí</strong> os habla en el vado de Betabara? (y muchos de vosotros que os<br />
oponéis a Mí estabais presentes cuando lo dijo). Vosotros lo oísteis y temblasteis. Porque la<br />
voz de Dios es inconfundible, y sin una especial gracia suya aterra a quien la oye, y estremece<br />
su corazón. ¿Qué es, entonces, el Hombre que os habla? ¿Es, acaso, uno que ha nacido de la<br />
voluntad y de la sangre de hombre, como todos vosotros? ¿Habría podido poner el<br />
Altísimo a su Espíritu para que habitase en un cuerpo privado de gracia, como es el de<br />
los hombres nacidos por voluntad carnal? ¿Y podría el Altísimo, como satisfacción de la<br />
gran Culpa, aplacarse con el sacrificio de un hombre? Pensad. Él no eligió a un ángel para<br />
ser Mesías y Redentor, ¿podrá, entonces, elegir a un hombre para serlo? ¿Y podía el<br />
Redentor ser sólo Hijo del Padre, sin asumir naturaleza humana, pero con medios y poderes<br />
que superaran los humanos cálculos? ¿Y el Primogénito de Dios podía, acaso, tener padres (4),<br />
si es el Primogénito eterno? ¿No se os trastoca el soberbio pensamiento ante estos<br />
interrogantes, que suben hacia los reinos de la Verdad, acercándose cada vez más a ella y<br />
que hallan respuesta sólo en un corazón humilde y lleno de fe? ¿Quién debe ser el Mesías? ¿Un<br />
ángel? Más que un ángel. ¿Un hombre? Más que un hombre. ¿Un Dios? Sí, un Dios. Pero con<br />
una carne unida a Él, para que ésta pueda cumplir la expiación de la carne culpable. ■<br />
Todas las cosas deben ser redimidas a través de la materia con que pecaron. Dios, por<br />
tanto, habría debido enviar a un ángel para expiar las culpas de los ángeles caídos, y que expiara<br />
por Lucifer y sus seguidores angélicos. Porque ya sabéis que Lucifer también pecó. Pero Dios<br />
no envía a un espíritu angélico a redimir a los ángeles tenebrosos. Ellos no han adorado al Hijo<br />
de Dios, y Dios no perdona el pecado contra su Verbo engendrado por su Amor. Sin embargo,<br />
Dios ama al hombre y envía al Hombre, al Único perfecto, a redimir al hombre y a obtener paz<br />
con Dios. Y es justo que sólo un Hombre-Dios pueda cumplir la redención del hombre y<br />
aplacar a Dios. ■ E1 Padre y el Hijo se han amado y se han comprendido. Y el Padre<br />
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