La Sabiduría Mágica. Libro III «Mysteria Magica - Ekiria

Denning & Phillips Mysteria Magica 119
el laberinto de la amada Luna.”
El propósito de tales laberintos –que normalmente tienen menos de rompecabezas sin salida
que de representaciones de una progresión hacia el centro a base de zig-zags y rodeos sin fin-,
es seguramente el de guiar los pies de aquellos que lo atraviesan se un modo fijo e inescapable.
Los que entraban en ellos podían avanzar deprisa o despacio, podían ir solos o en procesión,
pero en ese sentido su progreso era siempre una danza, un movimiento establecido hacia el
centro y hacia fuera de nuevo. Uno de tales tipos de danza han sobrevivido hasta nuestros
días y es notablemente usado en los ritos sagrados de la Wicca, aunque los laberintos en el
césped ya no dirigen sus pasos: se trata de la espiral doble o sencilla, bien sólo hasta el centro
y afuera de nuevo procediendo a continuación a otro movimiento (el significado en este caso
es el de renacimiento). Carl Jung tiene también algo que decir en cuanto al significado
arquetípico uterino del sendero en espiral.
En todo lo anterior no se ha hecho sino declinar brevemente las diversas funciones de la danza
en la magia Occidental –un tesoro de múltiples potencialidades.
No sólo los movimientos principales sino también los distintos gestos han de estar
vinculados al humor general del trabajo. El estudiante con un buen don para el mismo
improvisará con facilidad y ello redundará en una mayor frescura y espontaneidad en el rito,
pero hay ciertas convenciones básicas a respetar las cuales ayudan a simplificar la tarea de
planear una danza para un propósito dado.
A menos que otras interpretaciones específicas se impongan se considera que la mano
extendida con la palma hacia arriba es receptora y con la palma hacia abajo dadora. En el caso
de que varias personas se den la mano el mismo principio se adapta para facilitar la
transmisión de energía o de impresiones psíquicas entre ellos: cada uno de los participantes
vuelve la palma de la mano derecha hacia abajo y la izquierda hacia arriba, de modo que la
mano más transmisiva de uno está conectada a la más receptiva del siguiente (la práctica ha
demostrado que la presencia de una persona zurda en el círculo no supone ninguna diferencia
en cuanto al efecto). En la danza de los Cuatro Molinos de la Aurum Solis, la cual deriva de
la danza Derviche, los participantes usan el mismo principio de otra manera, levantando la
mano derecha con la palma hacia arriba para recibir poder o bendiciones de lo alto y bajando la
izquierda con la palma hacia abajo para transmitir dicha potencia o bendición a la esfera de la
Tierra: en este caso la dignidad de los poderes superiores requiere el uso de la mano derecha
para recibir sus bondades, mientras que la mano izquierda los canaliza. No hay
contradicción. El Hombre ocupa una posición central en el sistema universal y su lado más
“positivo” no es sino receptivo en relación con el ser espiritual, mientras que su lado más
negativo es potente en relación con la pasividad de la esfera de la Tierra. Se ejecuta la Danza
de los Cuatro Molinos en un círculo, y los participantes se siguen el uno al otro en el sentido
de las agujas del reloj, dando cada uno una vuelta completa sobre si mismos también en el
sentido de las agujas del reloj al llegar sucesivamente a cada uno de los cuatro puntos
cardinales.
En el documento anterior sobre el ceremonial ya se ha hablado hasta cierto punto del
significado de las circunvoluciones en el sentido de las agujas del reloj y en el sentido