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La Sabiduría Mágica. Libro III «Mysteria Magica - Ekiria

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Denning & Phillips Mysteria <strong>Magica</strong> 281<br />

Si este poder y esta protección faltan, los miembros de un grupo (porque una Orden no lo es<br />

en su verdadero sentido) se engañan a si mismos con frecuencia. Por supuesto que<br />

dondequiera que celebren asambleas y rituales, especialmente a intervalos regulares, una<br />

circulación de energía se pone en movimiento. Los miembros más positivos y vitales no<br />

notarán al principio que están siendo vaciados, o lo notan pero se dicen a si mismos que un<br />

poco de fatiga no importa si es por “una buena causa”. Los más negativos y débiles se irán<br />

con un poco más de energía que la que tenían al principio, y así proclamarán de viva voz que<br />

se está haciendo un gran bien a la humanidad en general y a ellos en particular. Si esta<br />

nivelación de energías fuera todo lo que tuviera lugar, los miembros sólo se engañarían sobre<br />

el hecho de que el poder espiritual está entrando al grupo: pero lo que suele ocurrir en todas las<br />

ocasiones anteriores, es que una porción de energía es completamente extraída, ya sea por un<br />

ser humano, ya para formar al egregor del grupo. Sin embargo, aunque la gente en cuestión se<br />

engañe, los Vigilantes de los Planos Internos ciertamente no. Dichos Vigilantes y Santos<br />

Seres son Presencias conscientes muy reales en dichos Planos; ellos ven todo lo que les<br />

concierne en este mundo físico, pero aunque en su apariencia externa pueden aparecer lentos<br />

en actuar, no olvidan, sin embargo. <strong>La</strong>s diversas formas de vampirismo menor o incluso mayor<br />

les son conocidas, y su retribución es exacta y terrible. <strong>La</strong> frecuente parte de culpa de la<br />

víctima, quien a menudo es consciente de que está tratando de obtener un bien estimulante<br />

con un mínimo de esfuerzo, y de un profesor que es evidentemente incapaz de percibir la<br />

indignidad y los efectos interiores de su pupilo, no excusan al principal infractor. Significa tan<br />

sólo que ambos deben sufrir las consecuencias de sus actos, igual que en el infierno de Dante<br />

tanto el asesino como la víctima se representan sufriendo un mismo destino. Pero Dante<br />

convencionalizó el hado: éste no se pospone hasta después de la muerte física. El mito de las<br />

Furias es revelador en este punto y también muestra que no hay escape posible de ellas;<br />

porque su trabajo es a través de la psique misma de aquél sobre quien hace justicia, de forma<br />

que él mismo es su propio ejecutante. Así también hacen justicia los Vigilantes.<br />

Hay una ley reconocida tanto en los Misterios Mayores como en los Menores, pero que poca<br />

gente sigue hasta su conclusión lógica. Y es que toda persona que falsamente afirme poseer<br />

un poder cualquiera, nunca en verdad llegará a poseerlo, el que esta ley existe y está en vigor,<br />

es bien sabido por aquellos con experiencia práctica en cuestiones psíquicas o mágicas. Se<br />

sigue de ello, sin embargo –y hay muchos que rehúsan verlo- que aquel que falsamente afirme<br />

poseer un vínculo con los Planos Internos, ésta asegurándose con ello su propia exclusión de<br />

los mismos. Con ello se ha puesto a sí mismo en una posición peor que la del “hombre de la<br />

calle”, el cual tiene un vínculo vital natural con los niveles superiores aunque pueda ser<br />

inconsciente de ello. Ser definitivamente cortado de los Planos Internos significa que la<br />

personalidad individual es separada de las fuentes de la vida cósmica. <strong>La</strong>s formas de<br />

vampirismo antes mencionadas, que quizás empezarán siendo actos de vanidad, se tornan la<br />

condición de existencia de dicha personalidad, pero incluso la más crédula y la más colusoria<br />

de las victimas aprenderá, y el fin es inevitable. <strong>La</strong> conciencia lamentará entonces de la forma<br />

más amarga el haberse identificado tan inextricablemente con esa personalidad inferior cuya<br />

desintegración siente ahora como una agonía de lenta asfixia. El estudiante es prevenido de la<br />

forma más enfática posible contra el poner su vida o sus bienes dentro del alcance de alguien<br />

tal.<br />

Para instrucciones más concretas sobre el uso de las Armas <strong>Mágica</strong>s ver XLIV.

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