La Sabiduría Mágica. Libro III «Mysteria Magica - Ekiria

Denning & Phillips Mysteria Magica 403
cualquier caso extremadamente impregnantes. Se dejará que la mezcla permanezca unas
veinticuatro horas en sitio fresco, para que se amalgame antes de ser usada.
Con respecto al aceite de anís, debe tenerse en cuenta que la temperatura de solidificación o
de “congelaciòn2 de este líquido es aproximadamente igual a la temperatura de una
habitación templada, de modo que a tal temperatura uno nunca está seguro si encontrará la
botella llena de un claro líquido incoloro o bien de un sólido de cierto color lechoso que se
parece bastante a cera de vela. El olor anisado es inconfundible en cualquier caso, pero para
manejarlo mejor, si parece que el aceite está solidificado, se aconseja calentarlo suavemente
colocando la botella en agua templada durante unos pocos minutos.
Si es por corto tiempo, las mezclas de inciensos mejoran si se las deja reposar, de modo que
los ingredientes se puedan mezclar perfectamente. Si han de conservarse durante largo
tiempo, se aconseja en cambio guardar los ingredientes cada uno por separado, de modo que
puedan ser mezclados en fresco poco antes de su uso. Una vez que los aromas se pasan no
sirven para nada. Para conservar almacenados ingredientes de inciensos, deberán guardarse
en frascos herméticamente cerrados en un lugar fresco, oscuro y seco. La refrigeración es mala
para los materiales líquidos y, con respecto a los demás, puede desbaratar su propósito al
causar una condensación tan pronto como el material es retirado del almacén. Las gomas o
resinas requieren poca atención además de esto, aunque algunas necesitan que de vez en
cuando se las remueva para evitar que sus granos se unan en una masa dentro del recipiente.
Las maderas secas, y los materiales herbales como los capullos de rosa, se benefician por la
adición de pequeñas bolsitas de un agente deshidratante neutro, tal y como se pone a veces
entre los materiales fotográficos; evidentemente, el agente deshidratante no debe colocarse
pegado a los ingredientes, y su inclusión accidental en la mezcla será de lo más objetable.
Para mezclas de inciensos se necesita un cierto equipo mínimo, al cual se puede añadir otros
utensilios si se desea. Son básicos maja y mortero, una pequeña balanza química y algunos
cuentagotas para aceites y esencias (es preferible unos cuantos ya que deben ser usados para
diferentes aromas en sucesión, y de este modo el operador ni tiene que contaminar sus
reservas ni tiene que interrumpir la composición para limpiar el cuentagotas).
Para limpiar el equipo después de su uso, espíritu quirúrgico acompañado de jabón suave y
agua templada será lo adecuado.
No siempre debe tomarse por garantizado que los inciensos deben ser mezclados; se han
mencionado ejemplos de inciensos hechos de una única sustancia, por ejemplo canela o
olibanum, y este punto merece ser enfatizado. Cuando se hace una mezcla de varios
materiales, es deseable, sin embargo, desde el punto de vista práctico, seleccionar, de entre las
diversas clases de materiales –una goma o resina, una madera, una hierba, un aceite-, no
necesariamente uno de cada (uno), sino una selección equilibrada que arda bien y no
demasiado rápidamente. Se incluye en nuestra lista variedad suficiente de materiales como
para permitir una elección armoniosa. Se requiere generalmente atenerse por entero a una
atribución planetaria pero (como en nuestro incienso celta) ocasionalmente puede preferirse un
equilibrado rango de atribuciones.