La Sabiduría Mágica. Libro III «Mysteria Magica - Ekiria

Denning & Phillips Mysteria Magica 26
antes de permitir que el tono normal vuelva a los músculos, para concluir así el ejercicio de
relajación.”
“Después de aproximadamente una semana de práctica podrás creerte que ya has dominado
esta técnica de relajación. ¡De ningún modo! Vuélvete más crítico para con tu ejercicio. ¿Se
contraen (por ejemplo) tus músculos abdominales cuando flexionas el bíceps? Intenta
mantener los músculos abdominales bien relajados mientras que flexionas el bíceps
efectivamente. El que subas una pierna, ¿hace que se forme una arruga en tu entrecejo?
Evítalo. Por lo que respecta a los músculos que están siendo usados deliberadamente, todo
esfuerzo debe ir encaminado a incrementar la consciencia de su alcance y acción, para mejorar
su consciencia y para aislar y hacer más preciso el control de su acción: el resultado de la
atención trabajada con estas directrices será inevitablemente una mejor respuesta cuando el
mensaje enviado a dichos músculos sea “Relájate”.”
Hay momentos durante los ejercicios mágicos mismos en los que la relajación ha de ser
buscada conscientemente. Uno de tale momentos es el adoptar la Postura de Dios. En este
caso la relajación no podrá ser conseguida de un modo tan complejo como cuando el
estudiante está tumbado en el suelo. Es sin embargo vital que en dichas circunstancias el
equilibrio del cuerpo se mantenga lo más correctamente posible, de modo que cualquier
tensión innecesaria desaparezca inmediatamente. La columna deberá estar lo más próximo
posible a la vertical (pero no rígida), los hombros “caídos” y bien hacia atrás, dejando que los
brazos cuelguen limpiamente del palo horizontal de la T que se ha formado.
No es necesario que el estudiante practique la relajación como un añadido invariable a los
ejercicios rutinarios, pero debe cada día en algún momento dedicar al menos diez minutos a su
práctica: la relajación es una parte esencial de la vida natural, algo para disfrutar de ello, no
algo que ha de hacerse como una obligación.