La Sabiduría Mágica. Libro III «Mysteria Magica - Ekiria

Denning & Phillips Mysteria Magica 297
Por un momento, descansar ligeramente la mano derecha sobre la Tessera Mística. Luego
llevar dicha mano a tocar el Pentáculo de la Quintaesencia sobre el pecho. Llevar la mano
izquierda a cubrir por un momento la derecha sobre el Pentáculo, y después asir la Copa
rodeando su cuenco simultáneamente con los dos dedos y pulgares de las dos manos. Elevar la
Copa hasta el nivel del corazón y entonar:
desde tu lugar de más allá de la Esfera Cristalina, contempla esta Copa que, con el trabajo
de mis propias manos, con la receptividad de los Peces, la adaptabilidad del Cangrejo y la
resolución del Escorpión, he preparado para el gobierno de las fuerzas del Agua en las
operaciones del Arte Mágico. Admítelo en tu presencia, para que el mundo pueda contemplar
tu esplendor.”
Hacer descansar la Copa sobre el Bomos, pero permanecer con las manos en contacto con
ella:
En la Noble Alquimia de la Gran Obra, con mi ofrecimiento de lo que ha sido preparado, mi
alma se ofrece a si misma, no para ser destruida o para evitar cumplir con el propósito de su
ser, sino porque en el servicio a la Divinidad es donde se encuentra el verdadero propósito y la
verdadera realización. Este es el deseo que me impulsa a realizar este rito: con el ofrecimiento
de la Copa de mi mano, la Copa de mis aspiraciones esté presta para dicho servicio.”
Se levantan ambas manos y se llevan a una posición aproximadamente vertical, con las
palmas hacia el frente. Manteniendo esta posición, declamar:
“Así habla vuestro Dios.
He pasado del Este al Sur con el curso del sol y en las brillantes alturas me he erguido en
contemplación. ¿Dónde estáis, mis truenos fructificadores? ¿Dónde, tormentas del Sur? El
Tiempo avanza hacia su maduración y su plenitud: responded, entonces, con vuestra voz de
cataratas, vestíos con púrpuras nubes y venid, mis truenos, porque ésta es la estación que
tenéis destinada. Es tarea vuestra la de apresurar la semilla que fue antaño plantada, la
semilla que contiene la promesa de un nuevo comienzo. Yo os he dado ese poder y ésta es la
estación que lo precisa, para que la nueva edad pueda nacer con fuerza. ¡Venid, con vuestra
belleza! ¡Reíd, oh truenos! ¡Cantad, oh voces de la lluvia! ¡Visitad la tierra, hijos e hijas del
deleite, y traed la abundancia! Porque yo soy el Señor, vuestro Dios que es y que vive.
Así él os habla, Poderes del Mundo de las aguas, fieles amigos y poderosos libertadores. Sea
entonces vuestra tarea, y la nuestra, el elevar nuevas voces en alabanza suya.”
Bajar las manos: poner la izquierda sobre el Pentáculo de la Quintaesencia y la derecha en
posición de asir suavemente el cuenco de la Copa pero sin levantarlo. Entonar: