La Sabiduría Mágica. Libro III «Mysteria Magica - Ekiria

Denning & Phillips Mysteria Magica 120
contrario. Sin embargo a veces se desea simplemente crear energía sin una predisposición
solar o lunar, celeste o chtónica, y entonces lo indicado es el doble círculo entrelazado. Los
participantes se ponen mirándose por parejas –los hombres mirando en el sentido de las
agujas del reloj y las mujeres en sentido contrario- y se mueven en círculo cruzándose
alternativamente por adentro y por afuera, es decir, por el hombro derecho y por el hombro
izquierdo alternativamente.
Una variante importante de la Danza Espiritual es la Lempadephoria. Es ejecutada en ciertas
ocasiones en las que se requiere una restauración ritual de la luz y por su naturaleza el propio
movimiento añade a dicha restauración sus propias connotaciones de renacimiento. Por ser
una danza lenta y majestuosa también encaja bien con los aspectos Saturninos de
regeneración. Se empieza en la oscuridad y los participantes portan antorchas apagadas
8velas corrientes o cirios delgados). La línea de participantes se mueve desde un círculo
amplio hasta el centro siguiendo una espiral en sentido contrario a las agujas del reloj: cuando
el líder llega al centro la procesión se para. El líder enciende entonces una llama central con
pedernal y acero, y luego enciende su antorcha en ella. Se gira entonces en el sentido del reloj
y la línea procede hacia fuera, siguiendo de cerca y paralelamente a la espiral de ida. Cada
participante enciende su antorcha de la llama central al pasar por ella. Al final, la procesión
culmina reformando una circunferencia de luces.
En las danzas del fuego es necesario tener cuidado, y ciertas restricciones sobre los
movimientos físicos se imponen por si mismas. Pero ésta no es en absoluto la regla general de
la danza mágica. En un rito de la Esfera de Júpiter, lo apropiado es una danza cuadrada con
música en compás de cuatro por cuatro, que es armónico en humor y Jupiteriano en ritmo. La
Esfera de Marte produce algunas danzas de gran dignidad y mucha pompa (como sucede en
los Salii), pero también otras formas de tipo atlético y enérgico, como en las de las Tierras
Altas Escocesas, las de los Cosacos y otras danzas guerreras. La Esfera de Venus tiene
danzas gráciles y fogosas, ya vayan como en la antigüedad auto-acompañadas por el alegre
sistrum, o como en la actualidad por la música de la guitarra. La danza Mercurial es ligera, de
movimientos rápidos, serpentinos y figuras y formas entrelazadas: siendo en su esencia
comunicativa, está llena de mimo y está también muy asociada a cánticos invocatorios de
ritmos ondulantes, y aroma intelectual, como el que se dirige a Sabrina en “Comus”:
“Oye y aparécete
en el nombre del Gran Océano,
por la maza de Neptuno que sacude la Tierra
y del grave y majestuoso paso de Tetis,
por la mirada arrugada y canosa de Nereo
y por el anzuelo del mago Carpaciano,
por la desconchada y silbante caracola de Tritón
y el antiguo oráculo de Glauco,
por las delicadas manos de Leucocea
y de su hijo que a las costas gobierna,
por los pies de Tetis de calzado oropelado
y el dulce canto de las Sirenas...”