La Sabiduría Mágica. Libro III «Mysteria Magica - Ekiria

Denning & Phillips Mysteria Magica 220
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Las Hoces que cantan al Día de la Cosecha.
Sus cuerpos son de plata mezclada con oro y su forma la de las hojas de altos juncos:
su canto es muy jubiloso pero las palabras que le acompañan están ocultas. Dan la
máxima asistencia a las personas que conlleven la formulación de planes bien
fundamentados y su ejecución; también a los trabajos realizados para conseguir la
percepción de la verdad.
Profetas de la Torre Poderosa, Heraldos de la Victoria.
Darán su ayuda en las obras encaminadas a establecer o a mantener la paz, interna o
externa, también en operaciones para desviar las armas de un asaltante o para evitar
una mala fortuna.
Hijas del Primero, Fortaleza de las Salas de Mármol.
Están muy, muy en lo alto: tremendos murmullos dan vueltas alrededor de ellas y en
sus manos hay emblemas de dominio. El que acude a ellas conseguirá su ayuda para
ritos de invisibilidad; también para trabajos matemáticos (tales como los de los
cálculos de la astrología) o para otros propósitos de naturaleza abstracta.
Los Confortadores cuyos Ojos son Basiliscos de Rubí.
Negros son sus talones en garra, negros por el lagar del tiempo y las tinas de la mente.
Mira sólo a sus talones porque su rostro es de lo más terrible: no le mires mientras
vienen en silencio pero expresa tu voluntad si tu trabajo es de su especie. Poderosa es
su ayuda. La tendrás en todas las obras del Arte Mágico que dependen de la ejecución
de los restos materiales o de la psique de los muertos (excepto en las comprendidas en
el número 53).
Los Administradores de la Furia, los Príncipes de la Rabia de Cabeza de Jaspe.
Los Poderes de los Frascos de la Ira.
(In operibus de sigillo AEMETH)
Las voces Roncas, las Hermanas de la Venganza revestidas de Espíritu.
Corren descalzas por la tierra y sobre las aguas. Con sus manos retuercen la lanza y
pisotean el abrojo con sus pies. Huyen y no golpean, pero mediante ellas es el asesino
asesinado. Dan su ayuda en operaciones emprendidas para el éxito en el comercio,
para trabajos ceremoniales de adivinación en todas sus formas y para la recuperación
de la propiedad robada.
Ministros de la Paz, revestidos de Berilo.
Están completamente velados por un brillo estelar, azulado y verdoso. Con ellos se
abre paso una estridente y gozosa música de flautas. En tropel ascienden y descienden,
como si se movieran libremente por el aire y sin ataduras terrenas. Los trabajos que les
conciernen son los que favorecen a los intereses de una asociación fraternal; también
ayudan a la paz de la mente y a la circulación de beneficios materiales.