La Sabiduría Mágica. Libro III «Mysteria Magica - Ekiria

Denning & Phillips Mysteria Magica 24
Capítulo II
Relajación
Es de lo más conveniente que el estudiante dedique algún ratito de cada día a la práctica de la
relajación. La relajación muscular y nerviosa es un equilibrio necesario para todas las
actividades y tensiones de la vida. Además tiene un valor particular cuando se la usa como un
preliminar para cualquier clase de ejercicio ya que facilita una mejor realización del mismo y
por esta razón está específicamente recomendada para usarse como un preliminar a los
ejercicios mágicos. Por otra parte un prerrequisito importante para la relajación es (como
veremos) establecer una condición de tensión controlada en los músculos que han de relajarse,
y or tanto, para aquellos cuya condición física y emocional requiera un particular énfasis en
relajación, puntualizamos que la técnica que damos puede emplearse tanto después como
antes de los ejercicios mágicos. En otras palabras, el que sufre tensión nerviosa se preocupa
fundamentalmente de hacer una u otra forma de ejercicio como una ayuda para relajarse,
mientras que el estudiante de magia se preocupa fundamentalmente de que la relajación sea
una ayuda para sus ejercicios (mágicos) y en general para que su trabajo sea más efectivo,
pero el estudiante está en su pleno derecho, si así lo desea, de beneficiarse totalmente de la
técnica empleada y puede entonces, si tiene tiempo o necesidad, terminar su sesión de
ejercicios con ese periodo de relajación, además de empezarla de ese modo.
El procedimiento en cualquier caso es el siguiente:
El estudiante se coloca en la postura de Tierra. Los brazos están rectos a los lados. Hay que
prestar atención a que la espina dorsal se mantenga recta y a que la nuca nunca esté plana
(esto supone bajar la barbilla) [], a que los omoplatos estén sobre el suelo (esto supone
descender ligeramente los hombros y levantar el pecho), a que la hendidura lumbar se aplane
lo más posible (esto supone descender la “rabadilla” ligeramente, y sólo ligeramente para
permitir la flexión de las rodillas), y a que los pies queden sueltos, sin forzar a los dedos para
que apunten hacia abajo, ni a los mismos pies para que permanezcan paralelos []. Una
vez ajustados estos detalles, se toma una inspiración profunda para asegurarse de que ha
logrado una postura natural. Después se permite que el cuerpo como un todo se “desplome”
en la postura ya tomada, con todo su peso.
[ Para el propósito de esta descripción, aunque el cuerpo está horizontal, “arriba” y “abajo”
se han de entender como si estuviera vertical. De ahí que bajar la barbilla sea inclinarla hacia
los pies.]
[ En completa relajación, los pies tenderán a girarse hacia fuera. En la postura de Tierra,
cuando se practica con otros propósitos los pies se mantienen paralelos.]
El siguiente paso es activar la pierna derecha: “Mueve los dedos. ¿Cuantos puedes mover por
separado? Concéntrate por un momento en cada uno e intenta que te responda con una señal
a tu mensaje: después dobla el pie hacia arriba, manteniendo el talón en el suelo, para de este
modo sentir los músculos estirándose en la pantorrilla y contrayéndose delante de la espinilla.
Haz esto unas cuantas veces si quieres. “Aprieta” todos los dedos juntándolos, manteniendo