La Sabiduría Mágica. Libro III «Mysteria Magica - Ekiria

Denning & Phillips Mysteria Magica 213
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esta invocación cuida encarecidamente de no tomarlas por nada de lo que pueda
aparecer en tu fantasía hasta que todo el trabajo esté bien concluido.
Príncipes de las Aguas de la Muerte.
Cambiantes vientos y corrientes sirven por igual a su avance. Llámales por su nombre
para ayudar en aquellas operaciones para explorar la experiencia emocional o para
desarrollar la imaginación.
Gobernantes de la Permanencia.
Vestidos con túnicas azules, se recuestan sobre lechos de alabastro y disertan sobre la
unidad del pasado y del futuro: porque para ellos pasado y futuro son uno y están
siempre presentes. Se les invoca en operaciones que pretenden nulificar una fuerza o
afirmar la quietud y el contexto; también para cualquier forma de negociación.
Guardianes de los Pozos de Pharphar.
Vigilan sobre las inagotables fuentes de un torrente de rápidos resplandores en medio
de las dunas de cristalinos fragmentos: sumergen sus manos para dar de beber de su
fuego vivo a todos los que vienen a ellos. Son suyas las operaciones de cumplimiento y
de equilibrio. Son también buscados en la Nueva Siembre y para la trascendencia del
Tiempo.
Hijos de los Siete Truenos. Oráculos de los Inmaculados.
Son suyas las Voces de la espada relampagueante, terribles de oír: y en cada voz brilla
la cara de un niño de esplendor, dorado y rubicundo. Estas son las obras a las que
prestarán su ayuda: gobernar indirectamente, mostrar a los que quieran ordenar
prodigios o ser instruidos por oráculos.
Huestes de las Naves de Ámbar, Lámparas del Temor.
Son una multitud, muchos y gloriosos. Sus cuerpos son como llamas de gran quietud y
en cada una aparece un rostro muy poderoso y altivo. Promueven las obras que buscan
la entrada en las otras esferas; son aptos para ayudar a los que quieran ordenar
prodigios o ser instruidos por oráculos.
Príncipes de la Sal de Sabiduría.
Tenues de forma y plácidos de rostro, son de tonalidad totalmente dorada; dorada es
también su vestidura y muy luminosos sus ojos. Debe buscarse su ayuda en las obras
de curación, ya de enfermedades, ya de heridas; también en operaciones que busquen
fortalecer la Nephesh y en los ritos que inauguren una nueva empresa por una causa
justa.
Portadores de Fuego, Espíritus Poderosamente Coronados.
Se sientan uno junto a otro en la circunferencia de un espacio proporcional a la sombra
de la Tierra. Sus rostros no se pueden ver de tanto resplandor: porque cada uno ciñe
una corona de 64 puntas y cada punta es un fuego luminoso. Que tu voz se dirija a
ellos cuando ejecutes tales poderosas obras como las que involucran o calumnian en
una resurrección o regeneración.