La Sabiduría Mágica. Libro III «Mysteria Magica - Ekiria

Denning & Phillips Mysteria Magica 87
que están más altos, en el sentido de más finos o más internos –niveles de la Luz Astral, que
se manifiestan a planos más internos de la psique del operador.
Puede que en la ascensión aparezcan paisajes o partes de paisajes, poblados o no: a veces
parecerán surgir como d una niebla intermitente, como en escarpados acantilados o en
edificios sin terminar. A menudo, sobre todo en niveles inferiores, el sujeto se encontrará con
escenas de una apariencia tan material y realista que le resultará difícil recordar que no está
viajando en el plano físico. En este tipo de trabajo, sin embargo, siempre podrá percibir que las
escenas y entidades participan esencialmente de la naturaleza de la esfera de operación,
aunque esto se manifestará en ellas de muy diversos modos. Bajo ningún concepto debe dejar
de ascender, por nada que oiga o vea. Cuanto más alto se sube, más difícil es continuar con el
progreso ascendente. Llegará un momento, al fin en que la luz misma parece que les empuja
hacia abajo. En ese momento el operador debe formular la volición de que vuelva a su cuerpo
físico algo más de su propia sustancia astral: es posible que este refinamiento voluntario del
vehículo astral le permita ascender más todavía. La cesación del intento de ascender mitiga al
instante el impulso contrario de la luz. Debe entonces mantenerse en equilibrio en dicho
punto y experimentar pasivamente el ambiente. Al terminar no debe lanzarse por otras líneas
de investigación, sino que debe volver directamente al cuerpo. Conseguido esto, hará como
siempre las Ciudadelas en la Postura de Tierra y luego, de pie, trazara el Heptagrama de
proscripción de la esfera, vibrando el Nombre Divino Correspondiente.
La realidad de la experiencia debe analizarse seriamente. Algunos habrán llegado hasta el
nivel Astral Superior de una esfera, otros habrán conseguido menos, pero aún así no harán
sino beneficiarse del esfuerzo. Ni el trabajo requerido ni la recompensa final deben, sin
embargo ser subestimados. La belleza y sublimidad del Mundo Yetzirático es algo que los
ocultistas frecuentemente menosprecian. Sin embargo, en términos de espiritualidad
esotérica, el astral superior es experimentado como aquello que la mayor parte de la raza
humana llamaría “la felicidad del Cielo”; en otras palabras, representa la máxima beatitud y
belleza que la naturaleza humana es capaz de experimentar en tanto que sea totalmente
dependiente para dicha experiencia de una causa concebida como extraña a ella misma
Exploración libre
Es deseable que el estudiante de magia posea una cierta robustez de mente. Debe pues ser
capaz de emprender exploraciones de los diversos niveles y subplanos de la Luz Astral tal
como existen en si mismos: la luz comprende un número infinitamente grande de regiones y
subregiones, y el estudiante no debe invariablemente preseleccionar o “invocar” el área de su
exploración. Sin embargo, el operador debe ir armado contra cualquier tipo de eventualidad.
En este sentido, debe estar plenamente familiarizado con los pentagramas y Heptagramas de
invocación y de proscripción, así como los Nombres Divinos correspondientes. También es
altamente deseable que, con vistas a exploraciones “libres”, el estudiante esté familiarizado
con las correspondencias y principios fundamentales de la filosofía mágica. Será capaz
entonces, y siempre que la necesidad lo requiera, de reconocer por sus símbolos y de analizar
por sus funciones a cualquier región astral en la que se encuentre, aun cuando todavía puedan
presentarse cuestiones particulares que necesiten una profunda investigación antes de poder
interpretarlas.