13.05.2013 Views

Bar-Matrioshka-y-otras-historias_ebook

Bar-Matrioshka-y-otras-historias_ebook

Bar-Matrioshka-y-otras-historias_ebook

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

BAR MATRIOSHKA y <strong>otras</strong> <strong>historias</strong> Alexis López Vidal<br />

<br />

terremoto se había cebado especialmente en aquel pueblo y había<br />

sido arrasada prácticamente toda edificación, que salvo la parroquia<br />

de Santa Águeda y un pequeño puesto militar, eran por otro lado de<br />

materiales mediocres. Y ni siquiera el puesto militar ni la parroquia<br />

habían salido impunes, como ya ocurriera con ésta última en el último<br />

temblor registrado de semejante magnitud.<br />

El General Igualada se afanó en encontrar al párroco<br />

Romulano Bastida, dando la impresión a cuantos lo contemplaron<br />

removiendo escombros de ser un dirigente tan concienciado con el<br />

malestar de su pueblo que era capaz de quebrarse el espinazo si con<br />

ello aliviaba su sufrimiento. Y aún más se alabó su actitud cuando,<br />

enterado de que el párroco Bastida había fallecido descalabrado por<br />

una de las columnas de la parroquia, no ocultó la profunda congoja<br />

que este hecho le produjo y lloró amargamente en compañía de los<br />

pocos campesinos supervivientes. Lo que éstos desconocían es que el<br />

General Igualada lloraba de amargura al suponerse en actitud aún<br />

más funesta que el difunto, abocado como se veía a fracasar en el<br />

cumplimiento de la voluntad del espíritu perseguidor de su padre y sin<br />

la guía de su amigo sacerdote. Tan angustiado se sintió, que desde ese<br />

mismo momento creyó ver la silueta del espectro en cada sombra. No<br />

durmió y apenas probó bocado en todo el tiempo que permaneció en<br />

la derruida villa Los Milagros, mientras la guarnición de soldados que<br />

lo había acompañado se dedicaba por orden de su General a ayudar<br />

en lo posible a los maltrechos aldeanos. Todo esto, como es de<br />

suponer, todavía le granjeó mayor simpatía entre el poblacho, que lo<br />

creyó por entero sensibilizado con sus cuitas. Igualada, por su parte,<br />

dedicó las noches a extender su obra epistolar dedicando nuevas y<br />

apasionadas misivas a su esposa. Pero esta vez, aguardó a su regreso<br />

para entregárselas en mano.<br />

112<br />

VII<br />

El buen hacer del General José Eulogio Doroteo Igualada en<br />

Los Milagros se mantuvo escaso tiempo en boca del campesinado, en<br />

tanto que una vez que el libertador pisó Ahuaquechec obvió por<br />

entero sus obligaciones para con el alivio del desastre ocasionado por<br />

el terremoto. Su única obsesión continuó siendo la concepción de un

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!