Bar-Matrioshka-y-otras-historias_ebook
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BAR MATRIOSHKA y <strong>otras</strong> <strong>historias</strong> Alexis López Vidal<br />
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174<br />
4<br />
Su editor manoseaba las páginas manuscritas con una codicia<br />
propia de usurero, recreándose de nuevo en la truculenta escena del<br />
asesinato.<br />
- ¡Es magnífico, Manuel! ¡Mag-ní-fi-co! – repitió acentuando<br />
cada sílaba, porque así saboreaba con mayor fruición el diez por<br />
ciento que le correspondería de lo que sería, estaba seguro, un éxito<br />
de público y crítica - ¡te felicito, amigo! Has reconvertido una novela<br />
anodina en un auténtico thriller. Vamos a traducirlo al inglés, esto es<br />
caviar para los lectores anglosajones. En fin… no sé cómo lo has<br />
hecho, pero lo has logrado. La idea de sustituir al protagonista, un<br />
funcionario de Hacienda, en novelista amargado es dinamita. Y matar<br />
a su mujer con un busto en bronce de Hemingway… ¡eso es pura<br />
poesía!<br />
Manuel Abárguez escuchaba a su editor sin articular palabra;<br />
apenas lo oía, en sus oídos retumbaba el jazz agridulce de Coltrane, y<br />
tampoco estaba seguro de poder verlo, tras la espesa cortina de humo<br />
de cigarrillo rubio. El mismo tabaco que uno fuma cuando se dispone<br />
a dar sepultura a un cuerpo muerto.<br />
- ¡Manuel! – exclamó su editor. La voz le llegó lejana. ¿Estaría<br />
en otra parte? Tal vez en el infierno, sí, eso era, en el infierno de Dante<br />
y ocupaban anillos distintos; uno era un avaro y el otro un asesino - ¡el<br />
oficial de Policía! Me encanta ese capítulo. Cuando el protagonista<br />
regresa de enterrar el cadáver y la policía le da el alto. Cuando le<br />
pregunta por la sangre… ¡qué respuesta, amigo! Y es un título perfecto<br />
para esta novela.<br />
Manuel asintió sin demasiada convicción. Por un instante su<br />
mirada volvió a cruzarse con la mirada lechosa de Cristina antes de<br />
que un montón de tierra y hojas podridas cubrieran su rostro para<br />
siempre.<br />
- …sangre de jabalí – musitó, y se preparó para firmar<br />
ejemplares de su libro.