13.05.2013 Views

Bar-Matrioshka-y-otras-historias_ebook

Bar-Matrioshka-y-otras-historias_ebook

Bar-Matrioshka-y-otras-historias_ebook

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

BAR MATRIOSHKA y <strong>otras</strong> <strong>historias</strong> Alexis López Vidal<br />

<br />

- Entiendo, entiendo. Me alegro de que se encuentre bien –<br />

dijo alargándome la mano y ofreciéndome un antiguo teléfono de<br />

color amarfilado – tenga, el teléfono de Roger Murphy, el mecánico de<br />

Elderly, es 555 279 220, atiende veinticuatro horas.<br />

- Muchas gracias – le agradecí sinceramente la atención que<br />

me estaba prestando, después de todo parecía un buen tipo aunque<br />

hubiera perdido el sentido de la estética en algún acto de guerra -<br />

¿Elderly, ha dicho? No había oído hablar de este lugar en Maine.<br />

- ¡Ja! – exclamó mostrando una dentadura con un reluciente<br />

diente de oro – sí, no aparecemos en muchos mapas. No es algo<br />

bueno para el negocio, ya me entiende. No hay mucho más aparte de<br />

este motel, el taller mecánico, una tienda de ultramarinos y apenas<br />

una decena de casas. Aunque de tanto en tanto llega gente<br />

preguntando por el museo de botones…<br />

- ¿Sí? ¿Hola? ¿Roger Murphy? – yo ya había marcado el<br />

teléfono del mecánico – Sí. Hola. Perdone que le llame en mitad de la<br />

noche. Sí. En efecto. Un Chevy Nova del 77. Creo que es el radiador.<br />

¿No podrá venir hasta primera de la mañana? Pero yo… Muy bien,<br />

muy bien. Le esperaré. Estoy en el motel Paradise. De acuerdo. Nos<br />

vemos a primera hora de la mañana.<br />

186<br />

Me vi condenado a pernoctar en el motel Paradise.<br />

- Señor… - dije dirigiéndome al recepcionista. Ni siquiera<br />

sabía cómo se llamaba.<br />

- Wally – dijo sonriendo. La punta del diente dorado refulgía<br />

entre los labios – Wally Sinclair. Parece que finalmente vamos a<br />

disponer de usted como cliente…<br />

- Sí – respondí tratando de ocultar mi incomodidad – eso<br />

parece. ¿Me decía usted algo de un museo?<br />

- Ah, sí. Nuestro museo de botones es lo más destacado de<br />

Elderly. Aparece en algunas guías de viaje ¿sabe? – dijo con un<br />

afectado gesto de orgullo.

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!