Bar-Matrioshka-y-otras-historias_ebook
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BAR MATRIOSHKA y <strong>otras</strong> <strong>historias</strong> Alexis López Vidal<br />
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- Correcto, señor Gimeno – correspondió Delgado – ahora<br />
explíquese. Según usted, ¿quién es el culpable de su muerte?<br />
- Mi hermano – exclamó el fantasma, justo antes de<br />
desvanecerse por completo y dejar el reducido despacho envuelto en<br />
una suave neblina que se dispersó de inmediato.<br />
Sebastián Delgado se dejó caer contra el respaldo de su silla,<br />
se encendió otro cigarrillo de tabaco negro y aspiró con gravedad.<br />
Observó las volutas de humo ascender y se preguntó por qué<br />
continuaba investigando para este tipo de clientes. Sonrió para sí y se<br />
justificó; en su mayoría pagaban bien, no requerían factura y en el<br />
peor de los casos, si no quedaban satisfechos con el trabajo, se<br />
limitaban a encender y apagar las luces de su cuarto de baño hasta<br />
que acaban rendidos por el esfuerzo como un niño que ha correteado<br />
durante toda una tarde.<br />
- Mañana hablaré con ese hermano – dijo en voz baja,<br />
aunque sabía que el espectro ya no podía oírle. También pensó,<br />
observando el cristal de la puerta del despacho, que alguien debería<br />
repasar con pintura el letrero rotulado en color negro: «Sebastián<br />
Delgado. Detective Psíquico. Pase sin llamar».<br />
2<br />
- Para ahorrarle conjeturas le diré que la relación con mi<br />
difunto hermano era muy buena. Excelente, si me apura. Al menos<br />
mejor que la de muchos que presumen de familia, ya me entiende –<br />
respondió Ricardo Gimeno. A todas luces parecía un hombre cordial,<br />
entrado en los sesenta años y acariciando la idea de la jubilación.<br />
Durante algo más de tres décadas había compartido con su hermano<br />
fallecido el timón de la empresa familiar, un horno cerámico que en<br />
los últimos años se había especializado en materiales de última<br />
generación – y dígame, señor Delgado, ¿cuándo exactamente le confió<br />
mi hermano que se sentía amenazado por alguien?<br />
- Digamos – reconoció Sebastián Delgado, detective psíquico,<br />
mientras tanteaba el bolsillo de su gabardina beige en busca de la<br />
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