13.05.2013 Views

Bar-Matrioshka-y-otras-historias_ebook

Bar-Matrioshka-y-otras-historias_ebook

Bar-Matrioshka-y-otras-historias_ebook

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

BAR MATRIOSHKA y <strong>otras</strong> <strong>historias</strong> Alexis López Vidal<br />

<br />

Antes de abandonar el despacho Sebastián Delgado observó<br />

que las páginas que ondeaban arriba y abajo en pos de descargar la<br />

atmósfera de la pesadez del humo de un Ducados mostraban en el<br />

encabezamiento el emblema del CTRE.<br />

3<br />

El Centro de Tratamiento de Residuos Energéticos, o CTRE,<br />

era un imponente edificio de forma rectangular con una esfera de<br />

hormigón de dos mil toneladas en su interior; a su vez,<br />

compartimentada en secciones estancas en las que se procesaba el<br />

residuo resultante de industrias químicas y metalúrgicas. Se<br />

rumoreaba que, además, también un ataúd descomunal para el<br />

sobrante radiactivo de cierta central nuclear; esto no estaba<br />

confirmado, ni remotamente.<br />

En oposición al armagedón que se ocultaba en su vientre, el<br />

acceso al edificio de oficinas era una zona ajardinada atravesada por<br />

un carretera perfectamente asfaltaba que discurría a través de una<br />

hilera de chopos a cada lado. Sebastián Delgado conducía un Seat<br />

Panda del 85, razonablemente bien conservado si uno no reparaba en<br />

que el tubo de escape estaba sujeto con un alambre – una percha de<br />

antes de que a los supermercados Continente se les rebautizara<br />

Carrefour -. Manejaba el volante con la mano izquierda mientras<br />

ojeaba alternativamente la carretera y la hoja previamente destruida<br />

por un triturador de papel y recompuesta con paciencia y cinta<br />

adhesiva que sujetaba en su mano derecha.<br />

- Son las estipulaciones de un concurso público – explicó el<br />

espectro de Mariano Gimeno, el hermano muerto supuestamente a<br />

manos del Gimeno fratricida, sentado en el asiento de atrás – mi<br />

hermano estaba convencido de que era una oportunidad de oro. Yo<br />

no tanto. Y hacían falta dos firmas, la mía y la de mi hermano, para<br />

validar cualquier contrato.<br />

Delgado no se inmutó. Estaba acostumbrado al transporte<br />

improvisado de polizones incorpóreos en su coche. Aprovechó para<br />

<br />

179

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!