Bar-Matrioshka-y-otras-historias_ebook
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BAR MATRIOSHKA y <strong>otras</strong> <strong>historias</strong> Alexis López Vidal<br />
<br />
añadió. Él, sin todavía asimilar sus palabras, espaciado de ella por una<br />
fuerza oculta, tan sólo asintió.<br />
208<br />
III<br />
Jaume contemplaba el plácido sueño de su esposa, incapaz<br />
de conciliar el suyo propio. Consultó la hora en el despertador digital,<br />
señalada en números rojos que emitían una pequeña aura. Aún<br />
faltaban demasiadas horas para abandonar aquella tortura que era la<br />
noche, horas en que la mente ociosa le conducía una y otra vez al<br />
mismo lugar. A la misma imagen. Una lápida. Marc.<br />
Se levantó y se internó entre sombras por el pasillo. Los faros<br />
de un solitario vehículo se aventuraron a través del ventanal del salón<br />
e iluminaron momentáneamente una de tantas fotografías de su hijo<br />
muerto, recordando su ausencia en cada rincón de la casa. Pronto<br />
Isabel pediría retirarlas, si no todas, la mayoría. Estaba seguro. Entró<br />
en la cocina y abrió la puerta del refrigerador. Un escalofrío le asaltó<br />
cuando se inclinó en busca de un cartón de zumo, imbuido por el<br />
resplandor espectral de la nevera abierta. Sentía un constante peso<br />
aplastándole el pecho, al que se añadía más lastre toda vez que<br />
pensaba en Marc. Extrajo un cartón de zumo de naranja y cerró la<br />
puerta del refrigerador.<br />
- Papá…<br />
Le asaltó la figura de Marc, contrahecha a causa del<br />
accidente, con las ropas bañadas en su propia sangre y las cuencas de<br />
los ojos conteniendo una albúmina hedionda. El cartón de zumo se<br />
estrelló contra el suelo, mezclándose el jugo anaranjado con un limo<br />
ocre y rojizo que se extendía a los pies del niño; su sangre y la tierra<br />
removida de su sepultura.<br />
hijo.<br />
- Papá… no lo permitas – le susurró la demacrada efigie de su