Bar-Matrioshka-y-otras-historias_ebook
Bar-Matrioshka-y-otras-historias_ebook
Bar-Matrioshka-y-otras-historias_ebook
You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
BAR MATRIOSHKA y <strong>otras</strong> <strong>historias</strong> Alexis López Vidal<br />
<br />
Perdona por averme ido con Zampo. Me quitó<br />
los pocos dineros que tenía y se fue a<br />
Torremolinos. Lo piyó un coche.<br />
Te quiere siempre aunque ya no hesté,<br />
82<br />
Manoli Huertas, “Monalisa”<br />
El viejo se sintió conmovido por el estilo sincrético de su<br />
amada Monalisa, y por un instante fugaz revivió la sabiduría<br />
destartalada, o el campechano talento, de decir lo mucho con lo muy<br />
poco. No necesitaba saber más.<br />
- Al enano lo atropelló un coche – dijo el viejo, y preguntó -<br />
¿tú has leído esta carta? ¿cuántos años tienes?<br />
- No. Veinte – respondió la joven. Giuseppe Buono sonrió, sin<br />
disimulo, por primera vez en mucho tiempo. Constanza Conni Buono<br />
era, desde luego, como su madre. También sabía decirlo todo con<br />
muy poco.<br />
- Tu madre me abandonó hace veinte años. Se fugó con<br />
Zampo, el enano. Me levanté una mañana y me había desparecido<br />
una esposa y una bicicleta. La misma bicicleta, por cierto, que la<br />
noche anterior había obrado un prodigio. De eso ya te hablaré. Y,<br />
según esta carta, también me desapareció una hija.<br />
- ¿Quién es? – preguntó el payaso, que se había asomado a la<br />
puerta de la caravana y señalaba con la mirada a la joven.<br />
VI. ¡Yo vi su trompa!<br />
- Es – dijo el viejo – eres – matizó tomando con sus manos<br />
ásperas de blandir un látigo contra el tiempo y los elefantes – mi hija.<br />
¡Y tu llegada es una señal! Haré que mi elefante monte en bicicleta