Bar-Matrioshka-y-otras-historias_ebook
Bar-Matrioshka-y-otras-historias_ebook
Bar-Matrioshka-y-otras-historias_ebook
You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
BAR MATRIOSHKA y <strong>otras</strong> <strong>historias</strong> Alexis López Vidal<br />
<br />
musa oronda, rodeados de elefantes, bajo un lema que le resultaba<br />
hiriente. «Giuseppe y Monalisa».<br />
- Hola amigo – saludó el payaso, ahora desprovisto del<br />
maquillaje tras el que se ocultaba un hombre de mediana edad y<br />
verdaderamente calvo – traigo güisqui que me ha vendido el trapecista<br />
rumano. Dice que es de su país y muy bueno. ¿Tienes un par de<br />
vasos?<br />
El viejo asintió con escasa convicción y señaló un montón de<br />
revistas sobre una mesa. El payaso intuyó que en algún rincón bajo la<br />
montaña de prensa rosa, quizá tras apartar una portada de Camilo<br />
Sesto enfundado en un vaquero de pitillo de color limón, se<br />
escondería algún vaso roñoso que remojaría con las primeras gotas de<br />
alcohol.<br />
- ¿Qué tal te encuentras? – preguntó el payaso al fin, cuando<br />
habían dado cuenta ya de la mitad de la botella – hasta el número de<br />
la bicicleta el espectáculo iba muy bien. Ya lo sabes. Tal vez<br />
deberías…<br />
El viejo levantó la mirada hasta ese momento perdida en la<br />
realidad paralela, grisácea y catódica, del programa de televisión, en el<br />
que los payasos se despedían de los niños hasta el día siguiente, y sus<br />
ojos desafiantes fulguraron como dos cañones desde detrás de los<br />
gruesos lentes.<br />
- ¡No dejaré de hacerlo! Si te refieres a eso ¡no! Mi elefante<br />
montará en bicicleta. Como la última vez. Y tú, y los payasos de la<br />
tele, y por encima de todos, aquel maldito enano, lo veréis.<br />
- Giuseppe… Giuseppe… - la voz del payaso reconvertido en<br />
un señor anodino, tal vez un vendedor de seguros o el empleado de<br />
una funeraria, hablaba con una ternura paternal – ni siquiera en el<br />
supuesto de que tu elefante montara en bicicleta… - hizo una pausa,<br />
consciente del daño que provocarían sus palabras - ni siquiera eso…<br />
hará que Monalisa regrese. Se marchó. Y no hay vuelta atrás después<br />
de veinte años.<br />
78