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Bar-Matrioshka-y-otras-historias_ebook

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BAR MATRIOSHKA y <strong>otras</strong> <strong>historias</strong> Alexis López Vidal<br />

<br />

52<br />

Escarabajo pelotero<br />

«De modo que la superioridad manifiesta tiene un aroma<br />

característico, inimitable, a foie de pato especiado cubierto de una<br />

pátina de cebolla caramelizada, caviar blanco y trufas» – se dijo a sí<br />

mismo mientras se deleitaba con la actitud solícita del camarero; bien<br />

disponiendo los cubiertos, bien sirviendo plato tras plato, bien<br />

descorchando una botella de vino que habría dormido el sueño de los<br />

justos si no la hubiera reclamado alguien de su valía. No obstante, y<br />

aunque se esforzaba con un interés exacerbado en eliminar de su<br />

memoria todo recuerdo anterior a la existencia de lo que vino a ser<br />

denominado el prodigio - y no sólo por él, que conste, pues<br />

conservaba con exquisita pulcritud cada recorte de prensa, reseña o<br />

incluso elogio personal más tarde manuscrito que detallara las virtudes<br />

que aglutinaba -, en otro tiempo la realidad constituía poco más que<br />

un continuo devenir de miserias, de rechazos, de ilusiones truncadas y<br />

de, digámoslo llanamente, patadas en los cojones.<br />

Extrajo una pequeña libreta de tapas negras del bolsillo<br />

interior de su chaqueta Massimo Dutti – tenía dos, arregladas a<br />

medida porque era de espaldas decimonónicas, esto es, durante los<br />

años de revolución adolescente tuvo que encorsetar su columna con<br />

un andamiaje de hierros; y nunca hubiera soñado, ni de lejos,<br />

comprar al menos una camisa de saldo en Zara y menos que una<br />

costurera de mirada lánguida le tomara medidas haciéndole cosquillas<br />

bajo el sobaco – y tomó nota de un pensamiento fugaz:<br />

- El oficio de escribir se parece al trabajo del escarabajo<br />

pelotero.<br />

Se sonrió. Consideró que aquella sentencia estaba totalmente<br />

justificada. Ambos, el escarabajo pelotero y él, dos criaturas

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