Bar-Matrioshka-y-otras-historias_ebook
Bar-Matrioshka-y-otras-historias_ebook
Bar-Matrioshka-y-otras-historias_ebook
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
BAR MATRIOSHKA y <strong>otras</strong> <strong>historias</strong> Alexis López Vidal<br />
<br />
heredero. Así, por añadidura, las habladurías se tornaron hacia los<br />
aposentos del General, y los maledicentes no escatimaban exabruptos<br />
a la hora de denunciar que mientras la mitad de Jaraguay desfallecía<br />
sin morada ni alimento, su dirigente se deleitaba en el lecho marital<br />
con su esposa.<br />
Por fortuna, este empeño pareció llegar a buen término dos<br />
meses después, cuando la Cinchona le anunció a su marido que sufría<br />
un retraso en su menstruo. Igualada, para no escatimar esfuerzos,<br />
prosiguió su empeño amatorio hasta que se hizo evidente que su<br />
mujer estaba en estado de buena esperanza.<br />
Éste hecho añadió algo de cordura al estado mental del<br />
libertador, que por un instante recordó que su país había sufrido una<br />
hecatombe de dimensiones bíblicas y que a duras penas se esforzaba<br />
en superar. Tras ocuparse de delegar la seguridad de su embarazada<br />
esposa en manos del sargento Solivella, cuya diligencia le había sido<br />
ampliamente manifestada por la Cinchona a su vuelta de Los<br />
Milagros, marchó al frente de un amplio contingente de soldados<br />
recorriendo el propio trayecto que surcara el terremoto, esto es, de<br />
este a oeste atravesando toda la franja meridional del territorio<br />
nacional.<br />
No había recorrido ni siquiera la mitad del itinerario previsto<br />
cuando las protestas del populacho lo detuvieron abruptamente. En el<br />
mejor de los casos, los misérrimos aldeanos los habían recibido con<br />
indiferencia, convencidos de que el tiempo en que necesitaron del<br />
libertador había coincidido con el tiempo que éste empleó en recluirse<br />
en sus alcobas y que ahora, afanados en reconstruir sus hogares, la<br />
presencia de Igualada no les era necesaria en lo más mínimo. No<br />
obstante, el suceso más truculento tuvo lugar en San Miguel de Caabá,<br />
una pequeña ciudad fundada como consecuencia del asentamiento de<br />
franciscanos españoles en 1766. El campesinado aprovechó los<br />
escombros de sus propios hogares como proyectiles, y denunciando la<br />
dejadez del General a voz en grito arremetió contra el contingente<br />
recién llegado. Un cascote magulló seriamente la cabeza de Igualada,<br />
lo que provocó una respuesta de señalada virulencia por parte de los<br />
soldados, que se emplearon con especial violencia en sofocar la<br />
revuelta.<br />
<br />
113