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Javier Echeverría EUCARISTÍA Y VIDA CRISTIANA<br />
San Cromacio de Aquileya la explica así: «Grande es la<br />
dignidad de cuantos se afanan por la paz, pues son conside-<br />
rados hijos de Dios. Es un bien seguro restablecer la paz en-<br />
tre hermanos que se llaman a juicio por cuestiones de inte-<br />
rés, de vanagloria o de rivalidad. Pero esto no merece más<br />
que una modesta recompensa (...). Hemos de darnos cuenta<br />
de que existe una obra de paz de mejor calidad y más su-<br />
blime: me refiero a la que, mediante una asidua enseñanza,<br />
lleva la paz a los paganos, enemigos de Dios; la que corrige a<br />
los pecadores y, mediante la penitencia, los reconcilia con<br />
Dios (...). Tales obradores de paz no son sólo bienaventura-<br />
dos, sino bien dignos de ser llamados hijos de Dios. Por ha-<br />
ber imitado al mismo Hijo de Dios, Cristo, al que el Apóstol<br />
llama "nuestra paz y nuestra reconciliación" (Ef 2, 14-16;<br />
2 Cor 5, 18-19), se les concede participar de su nombre» 15 .<br />
San Juan Crisóstomo también considera que es lógico y justo<br />
llamar hijos de Dios a cuantos no sólo procuran la amistad<br />
de sus hermanos, sino que también se esfuerzan por convo-<br />
car los enemistados a la paz entre sí, pues así actuó el Unigé-<br />
nito cuando vino a esta tierra: unir lo que estaba separado,<br />
congregar lo disperso 16 .<br />
Esta primera explicación considera a los pacíficos en su<br />
actividad exterior: son hijos de Dios porque trabajan por la<br />
paz, siembran la paz, como hizo sobre esta tierra el Hijo de<br />
Dios encarnado.<br />
San Agustín sigue otra línea: en paz está lo que no re-<br />
pugna a la Voluntad de Dios; por eso, son llamados hijos de<br />
Dios aquellos que quieren siempre lo que quiere Dios, sin re-<br />
sistir a su Voluntad 17 . Esta explicación pone de relieve que la<br />
15 San Cromacio de Aquileya, Sermón 41.<br />
16 Cfr. San Juan Crisóstomo, Homilías sobre el Evangelio de San Mateo, 15.<br />
17 Cfr. San Agustín, Sobre el sermón de la montaña, lib. I, 2.<br />
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