You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
Javier Echeverría EUCARISTÍA Y VIDA CRISTIANA<br />
Dios sin intentar conducirse como el Hijo de Dios. El Hijo<br />
de Dios en esta tierra gastó sus días, sus horas, sus minutos<br />
glorificando al Padre y sirviendo a los hijos de Dios. Jesús se<br />
unía a Dios Padre por su relación filial y esta relación —cons-<br />
titutiva de su Persona— se manifestaba en su conducta y en<br />
su comportamiento; no cabía el menor resquicio de algo que<br />
le separase en lo más mínimo de la voluntad de su Padre, que<br />
para El representaba el único constante criterio de sus accio-<br />
nes, hasta en las aparentemente más pequeñas.<br />
La unión entre filiación y obediencia constituye una ca-<br />
racterística propia de Jesús, y en consecuencia se extiende<br />
también a todos los hijos de Dios. El sufrimiento que se le<br />
requirió para cumplir la voluntad del Padre, atribuía a la fi-<br />
delidad y a la obediencia de Jesús un valor muy singular<br />
como revelación de su Filiación de Unigénito. «Cuando ha-<br />
yáis levantado al Hijo de Hombre, entonces sabréis que Yo<br />
Soy, y que no hago nada por mi propia cuenta; sino que lo<br />
que el Padre me ha enseñado, eso es lo que hablo» (Jn 8, 28).<br />
Juan Pablo II comentó reiteradamente esa idea en sus Ca-<br />
tequesis sobre el Credo: «Precisamente esta obediencia al Pa-<br />
dre, libremente aceptada, esta sumisión al Padre, en antítesis<br />
a la "desobediencia" del primer Adán, continúa siendo la ex-<br />
presión de la más profunda unión entre el Padre y el Hijo,<br />
reflejo de la unidad trinitaria» 22 . Toda la existencia de Jesús se<br />
traduce en un estar mirando al Padre (cfr. Jn 1, 1), identifi-<br />
cado con Él porque es su Imagen; por eso, también su vida<br />
terrena como hombre entraña una perfecta e ininterrumpida<br />
donación de Sí mismo al Padre, donación que en la historia<br />
toma forma de obediencia filial y que alcanza en el Sacrificio<br />
de la Cruz su expresión máxima, perfecta.<br />
Al poner en práctica esos tres mandamientos de la noche<br />
última de Jesús en la tierra, el cristiano garantiza la autenticidad<br />
22 Juan Pablo II, Alocución en la audiencia general, 24-VI-1987.<br />
79