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INTERPRETACION MARXISTA - Universidad de Chile

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En esta aproximación a la aplicación <strong>de</strong> la categoría <strong>de</strong> totalidad –cuestión teórica central en<br />

la investigación histórica- correspon<strong>de</strong> analizar cómo se dio en el <strong>Chile</strong> <strong>de</strong> las primeras décadas <strong>de</strong>l<br />

siglo XX la relación entre la sociedad global humana y la naturaleza, aún no abordada por la<br />

historiografía, cuando es obvio que toda sociedad humana está condicionada <strong>de</strong> modo significativo<br />

por la naturaleza. A su vez, los seres humanos la van modificando y mediando a través <strong>de</strong> la<br />

producción, generando así una “segunda naturaleza”.<br />

Aplicando este criterio a <strong>Chile</strong> es evi<strong>de</strong>nte que la naturaleza lo acondicionó a ser un país<br />

minero y que la clase dominante <strong>de</strong> 1891 a 1932 tuvo un comportamiento <strong>de</strong>predador, inspirado en<br />

la concepción antropocéntrica <strong>de</strong>l positivismo: la naturaleza <strong>de</strong>be ser “dominada” por el hombre. El<br />

<strong>de</strong>terioro ambiental, iniciado en <strong>Chile</strong> en la época colonial y continuado en el siglo XIX, se aceleró<br />

en las primeras décadas <strong>de</strong>l siglo XX por el intento <strong>de</strong> maximización <strong>de</strong> la economía primaria <strong>de</strong><br />

exportación.<br />

Las necesida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> la explotación minera condujeron a intensificar la quemazón <strong>de</strong><br />

bosques, especialmente en el Norte, exterminando para siempre ciertas varieda<strong>de</strong>s <strong>de</strong> nuestra flora<br />

en pos <strong>de</strong> combustible para los hornos <strong>de</strong> fundición. Es sabido que este <strong>de</strong>sastre ecológico, que<br />

aceleró el proceso <strong>de</strong> <strong>de</strong>sertificación, fue instrumentado por las Compañías extranjeras, ya dueñas a<br />

principios <strong>de</strong>l siglo XX <strong>de</strong> nuestras fuentes energéticas y riquezas naturales en el área <strong>de</strong> la minería.<br />

Paralelamente, los terratenientes chilenos e inmigrantes europeos ricos reforzaron la<br />

monoproducción, especialmente <strong>de</strong> trigo, afectando la biodiversidad <strong>de</strong> los ecosistemas y<br />

haciéndolos más vulnerables. La llamada “colonización” <strong>de</strong>l sur o ampliación <strong>de</strong> la “frontera<br />

interior” que transformó la región <strong>de</strong>l Bío-Bío al Toltén en el nuevo granero <strong>de</strong> <strong>Chile</strong>, se hizo<br />

<strong>de</strong>vastando milenarios bosques <strong>de</strong> araucarias y otras especies con el fin <strong>de</strong> habilitar nuevas tierras<br />

agrícolas.<br />

En sólo un cuarto <strong>de</strong> siglo –<strong>de</strong> 1885 a 1910- se produjo en la región <strong>de</strong> la Araucanía un<br />

<strong>de</strong>terioro ambiental superior al <strong>de</strong> 3 siglos anteriores, especialmente en <strong>de</strong>vastación <strong>de</strong> bosques.<br />

Uno <strong>de</strong> los motivos que aceleró, precisamente, la <strong>de</strong>nominada “Pacificación” fue la explotación <strong>de</strong><br />

los “bosques vírgenes”, <strong>de</strong> preferencia roble y pino “pehuén”, utilizado para fabricar papel, vigas,<br />

durmientes y envases <strong>de</strong> ma<strong>de</strong>ra. Miguel Espinoza anota que hacia 1890 “se utilizaba el sistema <strong>de</strong><br />

“floreo” según el cual los mejores árboles se explotaban. El sistema tenía bien puesto el nombre <strong>de</strong><br />

“a muerte”, pues la reforestación era íntima (...) su rentabilidad estaba condicionada por la<br />

explotación indiscriminada <strong>de</strong> las mejores ma<strong>de</strong>ras privilegiando los pueblos ma<strong>de</strong>reros en los<br />

sectores cercanos a los gran<strong>de</strong>s bosques y puntos <strong>de</strong> embarques” 73 . A los Bunster y Cía. les calzaría<br />

mejor la caracterización <strong>de</strong> “pioneros” <strong>de</strong>l ecocidio que la <strong>de</strong> “pioneros <strong>de</strong> la colonización <strong>de</strong>l sur”,<br />

tan magnificados por la historiografía tradicional como expresión <strong>de</strong> un i<strong>de</strong>ologizado concepto <strong>de</strong><br />

progreso. Así fueron expulsados <strong>de</strong> su hábitat los mapuches y diezmado los únicos habitantes que<br />

mantenían una sabia y sana relación con la naturaleza.<br />

La explotación gana<strong>de</strong>ra, especialmente <strong>de</strong> ovejas en la región austral, alteró sensiblemente<br />

los ecosistemas al ser <strong>de</strong>vastadas miles <strong>de</strong> hectáreas para que se multiplicara el nuevo “vellocino<br />

blanco”.<br />

A su vez, los dueños <strong>de</strong> gran<strong>de</strong>s pesqueras, armados <strong>de</strong> su nuevo juguete <strong>de</strong> muerte –el<br />

cañón arponero- aceleraron la extinción <strong>de</strong> parte <strong>de</strong> la rica fauna <strong>de</strong> nuestro litoral marítimo.<br />

Los cazadores en gran escala <strong>de</strong> ciertos animales, como la chinchilla, exportaron entre 1895<br />

y 1930 más <strong>de</strong> 1.685.000 pieles en la zona <strong>de</strong> Vallenar y Coquimbo; y en 1910 cerca <strong>de</strong> 150.000<br />

pieles, provocando la extinción <strong>de</strong> la chinchilla, variedad autóctona <strong>de</strong> la zona andina 74 .<br />

Un nuevo factor alterador <strong>de</strong>l ecosistema se produjo en las primeras décadas <strong>de</strong>l siglo XX:<br />

el inicio <strong>de</strong>l proceso <strong>de</strong> industrialización, acelerado en la década <strong>de</strong> 1930, retroalimentó el<br />

fenómeno <strong>de</strong> la urbanización, <strong>de</strong>senca<strong>de</strong>nando el crecimiento macrocefálico <strong>de</strong> Santiago,<br />

Valparaíso y Concepción, cambios <strong>de</strong>mográficos que ya hemos analizado anteriormente. Las<br />

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