INTERPRETACION MARXISTA - Universidad de Chile
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La tradicional Confitería Torres continuaba siendo la más distinguida. Muy concurrido era<br />
ya "el Santos". Los juegos populares: rayucia, chapitas, cara o cruz y la lotería en las casas. A<br />
principios <strong>de</strong> siglo, se mantenían todavía las corridas <strong>de</strong> toros, principalmente en Valparaíso, don<strong>de</strong><br />
hacía sensación el torero Cacheta. Los carnavales <strong>de</strong>saparecieron tempranamente. "Hemos<br />
suprimido el carnaval -<strong>de</strong>cía Edwards Bello- invocando 'soto voce' cierto <strong>de</strong>coro <strong>de</strong> nación fría (...)<br />
¿pretexto? La tradicional gravedad chilena" 281 .<br />
Muy populares se hicieron entonces las "estudiantinas" y el teatro social, especialmente las<br />
obras <strong>de</strong> Víctor Domingo Silva. Se bailaba obviamente la cueca, el vals y luego el tango,<br />
publicitado con caricaturas y criticado como lascivo. En rigor, el tango fue la primera música<br />
bailable generalizada en toda América Latina, porque expresaba los problemas más sentidos por la<br />
mayoría <strong>de</strong> los habitantes <strong>de</strong> las ciuda<strong>de</strong>s <strong>de</strong> nuestro continente" 282 .<br />
El circo se hizo más habitué, sobre todo el Gran Circo Bravo, que no sólo tenía payasos,<br />
trapecistas y domadores, sino también escenificaba obras <strong>de</strong> teatro <strong>de</strong> contenido popular, como<br />
"Manuel Rodríguez" y "La pantomima acuática". Pronto, el cine pasó a ser la más importante<br />
diversión; la primera película chilena fue "Manuel Rodríguez" rodada en 1910.<br />
Entonces llamó mucho la atención el paso por el cielo chileno <strong>de</strong>l cometa Halley en plena<br />
fiesta recordatoria <strong>de</strong>l centenario <strong>de</strong> la revolución por la In<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia, y los vuelos temerarios en<br />
1914 <strong>de</strong> Luis Page, en los comienzos <strong>de</strong> la aviación chilena.<br />
Los hombres <strong>de</strong> principios <strong>de</strong> siglo XX cojeaban <strong>de</strong>l mismo lado que los <strong>de</strong>l presente:<br />
expresar la afectividad. Edwards Bello contaba que Carlos Ossandón en su novela Junto a mi<br />
padre manifestaba sobre un personaje: "Nunca mimó a sus hijos para no quitarles el temeroso<br />
respeto. Solamente los besaba estando dormidos (...) cuestión <strong>de</strong> ellos, sino <strong>de</strong> los padres" 283 .<br />
Los hombres comenzaron a usar tirantes; los que podían fumaban cigarrillos marca Bastos,<br />
Maryland y Three Castles; el uso <strong>de</strong>l sombrero ya era corriente para quien lo pudiese comprar. Aún<br />
no se usaban relojes pulsera, sino solamente los <strong>de</strong> bolsillo. Los trabajadores se vestían bien,<br />
invirtiendo parte <strong>de</strong> su salario en trajes <strong>de</strong> última moda, con corbata y moñito negro. Es<br />
sorpren<strong>de</strong>nte ver fotos <strong>de</strong> obreros <strong>de</strong>l '900, especialmente gráficos, tan elegantes como los más<br />
acomodados <strong>de</strong> las capas medias.<br />
Una <strong>de</strong> las enfermeda<strong>de</strong>s más terribles <strong>de</strong> la época era la sífilis o "treponema pálido", como<br />
se <strong>de</strong>cía entonces. En 1921 llegó un neosalvarsán falsificado, que <strong>de</strong>senca<strong>de</strong>nó varios casos <strong>de</strong><br />
locura y muerte, entre ellas la <strong>de</strong>l burgués más elegante, Vicente Balmaceda Zañartu, apodado "el<br />
Bicho".<br />
Los entonces mo<strong>de</strong>rnos medios <strong>de</strong> comunicación, como el telégrafo sin hilos y la radio<br />
revolucionaron la vida cotidiana. Las inquietu<strong>de</strong>s <strong>de</strong> los aficionados al telégrafo sin hilos durante<br />
dos décadas culminaron con la primera salida al aire <strong>de</strong> la radio. El Mercurio <strong>de</strong>l 18 <strong>de</strong> agosto <strong>de</strong><br />
1922 informaba que el técnico <strong>de</strong> Telégrafos <strong>de</strong>l Estado, Juan Jorquera Gómez, transmitirá "los días<br />
jueves y sábado a las 21.30 <strong>de</strong> la noche por medio <strong>de</strong> la estación radiofónica que posee el<br />
laboratorio <strong>de</strong> electrotecnia <strong>de</strong> la <strong>Universidad</strong>, <strong>de</strong>clamaciones y números <strong>de</strong> canto y música". En<br />
aquel entonces se escuchaba con receptores a galena. La primera emisora fue Radio <strong>Chile</strong>na. Años<br />
más tar<strong>de</strong> surgirían los mo<strong>de</strong>rnos aparatos <strong>de</strong> radio.<br />
Los diarios advertían a las personas "que poseían estaciones receptoras -unos cuantos<br />
enamorados <strong>de</strong> la telefonía sin hilos y que eran dueños <strong>de</strong> rudimentarios aparatos que funcionaban<br />
sobre la base <strong>de</strong> una piedra galena que igualmente podrían captar la transmisión, y que esta<br />
alcanzaría a más <strong>de</strong> cien kilómetros <strong>de</strong> distancia... ese prodigio <strong>de</strong>l Siglo" 284 .<br />
La radio empezó a cambiar en parte la vida cotidiana, así lo esperaban al menos ciertas<br />
mujeres, como A<strong>de</strong>la Salas Edwards, presi<strong>de</strong>nta <strong>de</strong>l Club <strong>de</strong> Señoras: "los hombres tendrán interés<br />
en llegar pronto a sus casas para entretenerse con la radio" 285 .<br />
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