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José Lois Estévez
6. EL PROBLEMA DE LOS ESPAÑOLES EMIGRADOS
Ya hemos visto de qué forma y en qué condiciones se permite en la
actualidad votar a los españoles residentes en el extranjero (págs. 61
ss.). El procedimiento establecido, aumque fuese, en un principio, aceptable,
no resulta muy estimulante para inducir al sufragio. El resultado
se hace fácilmente visible: la abstención es muy grande. Y excederá probablemente
en mucho los datos registrados, pues no todos los residentes
fuera de España figuran en el censo electoral (80) . Además, no sólo por
motivos electorales se debe fomentar la predisposición al voto. En
mayor medida importa mantener su interés por las cosas de España y
afianzar los vínculos de comunión con la Patria distante. Lo que se hace
actualmente en Galicia a través de la Secretaría Xeral de Relacions coas
Comunidades Galegas, cuyos Plans de Axuda á Galicia do Exterior
constituyen realmente un modelo, que otras Autonomías debieran emular.
Pues sus efectos se perciben a cada paso. Los gallegos residentes
fuera de España (81) vuelven ya los ojos hacia ella con ilusión añorante y
recién nacida confianza.
80) Un ejemplo claramente significativo puede hallarse en los cuadros siguientes, tomados de la
obra inédita de D. Fernando Amarelo: Comentarios a las elecions Xerais de 1996, pág. 11 ss.
(cuya consulta me fué posible gracias a la amabilidad del autor).
81) En realidad, la labor de la Secretaría no se circunscribe a los gallegos residentes fuera de España,
sino que se extiende a todos los que se encuentran fuera de Galicia. Los Centros Gallegos existentes
en las restantes Comunidades Autónomas españolas son, si no cometo error, 68. Fuera de
España, muchos más. En Europa, 50. En América 157. Y no faltan uno en Africa (Islas Mauricio)
y otro en Australia, localizado en Sidney. Personalmente puedo dar testimonio de la labor que se
hace en muchos de ellos y de sus frecuentes y agradecidos contactos con la Secretaría Xeral, cuya
solicitud y visitas periódicas también me constan. ¿No es esto una siembra incesante de patriotismo?
Quienes hemos residido por algunos años fuera de España y comparamos el hoy con el ayer,
no podemos sino asombrarnos ante la gran diferencia y echarla de menos con nostalgia. En este
punto se hace incierto el “cualquiera tiempo pasado fué mejor”, de Jorge Manrique.