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José Lois Estévez
derecho sólo podrá perderse tras un pronunciamiento individualizado, en
razón de las circunstancias concretas de cada caso particular? ¿Dejaremos
votar a todos los delincuentes? ¿A sólo algunos? ¿A cuáles y por qué? Otorgaremos
el derecho de sufragio a los extranjeros? ¿En qué condiciones?
¿Dónde se votará? ¿Cuándo se hará el censo electoral? ¿Quién habrá de
hacerlo? ¿Quiénes tendrán derecho a ser incluídos? ¿Cómo se hará efectivo
ese derecho? ¿Hasta cuándo se podrá reclamar contra las omisiones
indebidas? ¿Hasta qué punto puede justificarse hoy, tras la generalización
del Documento Nacional de Identidad, la existencia del propio censo electoral?
¿Por qué un formalismo probatorio redundante? ¿No puede garantizarse
sin el censo lo único que realmente importa para el fin precautorio
que quiere lograrse: la no reiteración del voto?
2E) ¿Qué sistema electoral habrá de ser instaurado? ¿Implantaremos
un régimen mayoritario puro, donde la mayoría, precisamente por serlo, y
como exponente de la generalidad (qué mejor representación de la
Nación?) designaría a la totalidad de los representantes? -O concederemos
también a las minorías alguna participación? ¿A partir de qué número de
electores tendrá una minoría el derecho a estar representada? (43) . ¿Quién
podrá atribuirse la prerrogativa de imponer a la mayoría la obligación de
admitir las representaciones minoritarias?
3E) ¿Cuántos representantes habrán de ser elegidos? ¿Por qué?
¿Quién, cómo, cuándo y con qué criterios determinará ese número?
4E) ¿Qué fracciones de población y de qué manera extraídas se adoptarán
para la elección de los representantes? ¿Nos atendremos a las formas
de estratificación social habituales o a divisiones geográficas o administrativas?
43) También sobre este problema es interesante la posición de Gil y Robles (Op. cit. 493): “.. Es
lo natural y frecuente, aunque no indefectible, que los inferiores, que son los más, impongan por
el número y la fuerza, al servicio de la ignorancia y las malas pasiones, resoluciones absurdas, inicuas
o imprudentes”.