Descargar - GaliciaAberta | Secretaría Xeral da Emigración - Xunta ...
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sencillamente lo aplicase, haría siempre Justicia. Si lo quebrantase o<br />
defrau<strong>da</strong>se, sería injusto.<br />
(La Justicia para el Legislador).<br />
Justa distribución del sufragio como poder<br />
Si busca la ver<strong>da</strong>d (es decir, si quiere hacer Justicia) tendrá que abdicar<br />
de todo voluntarismo y proceder como un investigador, de acuerdo<br />
con las reglas del método científico, que atienden, sobre todo, al acotamiento<br />
y eliminación del error.<br />
La definición concreta de la Justicia no puede contentarse, pues, con<br />
pronunciamientos cualitativos, sino que requerirá cómputos y mediciones:<br />
no podrá expesarse sin cuantos. Tendrá que contestar, así, a preguntas<br />
tales como las siguientes: Cuánta tierra por habitante; cuánta herencia<br />
por hijo, cuánto salario por uni<strong>da</strong>d de trabajo; cuánto impuesto por<br />
uni<strong>da</strong>d de renta, etc. O sea, es necesaria una justa distribución de bienes,<br />
una justa distribución de cargas públicas, una justa distribución del poder,<br />
una justa distribución de la ociosi<strong>da</strong>d. Para ca<strong>da</strong> una de estas grandes cuestiones<br />
cabe una solución matemática.<br />
P. e.: Los bienes. Para una población cuantitativamente conoci<strong>da</strong>, el<br />
total de bienes se distribuiría justamente entre todos los habitantes<br />
mediante una simple operación de dividir. Tenemos entonces la regla sencilla:<br />
Si llamamos B a los bienes disponibles y H al número de habitantes,<br />
tendremos, para hacer Justicia, que, recurriendo inicialmente a una simple<br />
operación aritmética, determinar el cociente de dividir B por H. En lo<br />
sucesivo, la libertad de disposición, las preferencias individuales entre consumo<br />
y ahorro, los diferentes modos de administrar, los actos y contratos y<br />
el comportamiento sucesorio acarrearán desigual<strong>da</strong>des legítimas. Aunque<br />
también los nacimientos posteriores al primitivo reparto harían necesario<br />
algún retoque corrector.<br />
Ahora bien, por suerte o por desgracia para nosotros, la división aritmética<br />
para la distribución de los bienes resulta impracticable, porque los<br />
que existen en el mundo se nos ofrecen en canti<strong>da</strong>d variable, en función<br />
del tiempo: no tenemos un número fijo que dividir. Y según transcurre<br />
también el tiempo, la población experimenta cambios.<br />
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