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152 PARTE II POLÍTICAS DE INMIGRACIÓN E INTEGRACIÓN<br />
2.7 • ESPAÑA<br />
2.7.1 • CONTEXTUALIZACIÓN<br />
En la actualidad, España es uno de los países europeos con menor presencia de partidos y formaciones de<br />
extrema derecha. Una de las razones principales que se apuntan en los diversos análisis es el recelo y la<br />
distancia con la que la población española recibe aún hoy aquellos discursos que podrían asociarse a la reciente<br />
historia del país en su época de dictadura.<br />
Pese a ello, algunos partidos de ámbito local y regional tienen cada vez más fuerza. Es el caso de Plataforma Per<br />
Catalunya, y con menor incidencia, España 2000. Ambos forman parte de lo que en Europa se ha establecido<br />
como nuevos partidos de extrema derecha o de derecha radical populista.<br />
A diferencia de otros contextos, en los que el abanico de partidos de estas características es mucho más diverso,<br />
en España no se ha generado un proceso de modernización en masa de los partidos de extrema derecha. Más<br />
bien al contrario, la mayoría de estos partidos han permanecido anclados en sus programas y discursos de<br />
derecha radical tradicional vinculados al pasado.<br />
Pero para enmarcar correctamente la actual presencia de partidos de derecha radical es necesario hacer un<br />
breve repaso de la historia reciente. A partir de los años setenta del pasado siglo, podrían diferenciarse tres<br />
grandes etapas de la derecha radical –o ‘derecha nacional’, como reivindicaban ser considerados-. La primera de<br />
ellas estaría marcada por aquellas formaciones políticas que tuvieron mayor relevancia en la década de los<br />
setenta y principios de los ochenta. Del complejo entramado de alianzas y formaciones políticas de este periodo<br />
destacan Fuerza Nueva, su sección de jóvenes -Fuerza Joven-, y Falange Española de las JONS.<br />
Dentro de la extrema derecha de aquel momento, había grandes diferencias internas en el modo de afrontar el<br />
periodo de transición: quienes apostaban por una nueva etapa dentro del marco de la democracia, quienes<br />
seguían anclados en la dictadura franquista y quienes sostenían la continuidad postfranquista con ciertas<br />
relecturas y adaptaciones al nuevo periodo. Esto se tradujo en una fuerte fragmentación y pérdida de<br />
significatividad, sumada a la no renovación de sus programas y a la falta de identificación de la sociedad<br />
española con su proyecto. Todo ello que se reflejó en la bajísima representación electoral obtenida en 1979 y,<br />
más ampliamente, en el extenso periodo 1979-2012: un solo diputado en más de treinta años.<br />
La segunda etapa viene marcada por la confirmación de la voluntad de democracia en las urnas, iniciada con el<br />
gobierno de UCD y posteriormente confirmada con el PSOE en 1982. Este año marca la disolución de Fuerza<br />
Nueva, el partido de extrema derecha más influyente. Una gran parte de los electores de los antiguos partidos de<br />
derecha radical apuestan por vincularse a las nuevas formas democráticas, lo que termina de derrumbar su<br />
capacidad de influencia. Pese a todo, nacen nuevas formaciones políticas de transición en este periodo, tratando<br />
de ocupar, sin conseguirlo, el espacio dejado por Fuerza Nueva: Juntas Españolas, Nación Joven y Movimiento<br />
Social Español son algunas de ellas. Pese al apoyo explícito de Jean-Marie Le Pen y el uso de algunas de sus<br />
estrategias –como el discurso xenófobo y el rechazo a las influencias neocolonialistas de la Comunidad<br />
Económica Europea, en la que acababa de ingresar España-, la vida de estos partidos es corta ante las continuas<br />
derrotas electorales que reflejan la falta de identificación de sus programas con los intereses prioritarios de la<br />
sociedad española en aquel momento.<br />
Sin embargo, algunas formaciones políticas creadas en los años noventa se han mantenido, aunque en un<br />
segundo plano, conformando lo que serían partidos de transición de la extrema derecha. Es el caso de<br />
Democracia Nacional, creada en 1995 y alentada por sus vínculos con el Frente Nacional francés y el partido