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INFORME ANUAL SOBRE MIGRACIONES E INTEGRACIÓN CeiMigra 2014 61<br />
3.2 • CONCLUSIONES<br />
El alumnado extranjero matriculado en España en las enseñanzas de Régimen General durante el curso<br />
2013/2014 representa el 9% del alumnado total, un 0,2% menos que durante el curso anterior. En la<br />
Comunitat Valenciana supone el 11,9% del alumnado total, aunque ha descendido casi un punto porcentual<br />
respecto al curso anterior. En el Régimen Especial se ha matriculado un 19% menos de alumnado extranjero<br />
que durante curso anterior en el conjunto nacional, y en enseñanzas universitarias el descenso ha sido del<br />
1,2%. Estos datos confirman una tendencia decreciente en el número de alumnado de nacionalidad extranjera.<br />
Sin embargo, es posible que el descenso de alumnado extranjero se deba, entre otros factores, a la progresiva<br />
adquisición de la nacionalidad española de parte de algunos grupos nacionales, en especial quienes tienen<br />
mayores facilidades para llevar a término este trámite. Concretamente, el 4,1% de personas de nacionalidad<br />
española ha nacido en el extranjero, pero no existen datos desglosados por edad. Además, sucede que el 9,3%<br />
de la población categorizada como “extranjera” ha nacido en España, dado que no todas las nacionalidades<br />
tienen las mismas facilidades para adquirir la naturalización, aun habiendo nacido en España. Esta situación<br />
afecta en especial a la población de nacionalidad marroquí, china y rumana. Aunque tampoco existen datos<br />
desglosados por edad, cabe pensar que este porcentaje creciente de personas afecta, sobre todo, a los menores<br />
de edad. Todo ello lleva a plantear que existe un sesgo general en el perfil del alumnado de nacionalidad<br />
extranjera, de modo que unas nacionalidades están sobre-representadas, mientras que otras están infrarepresentadas.<br />
En definitiva, la categoría “extranjeros” habría quedado desfasada, ya que estaría haciendo referencia solo a<br />
un término administrativo y no al lugar de nacimiento ni, con ello, a las referencias personales, familiares,<br />
académicas y sociales del alumnado. Asimismo, la categoría nativos-inmigrantes utilizada en el Informe PISA<br />
tampoco sería correcta, dado que considera “inmigrantes” a quienes, habiendo nacido en el país en el que<br />
estudian, proceden de familias inmigradas. Para un buen diseño de políticas educativas sería imprescindible<br />
contar con un registro más preciso que muestre la información detallada sobre la población española nacida<br />
en el extranjero por edades, así como de población extranjera nacida en España por edades. Asimismo, sería<br />
necesario este desglose de información sobre el alumnado matriculado en los diversos niveles de enseñanza.<br />
En el caso de las enseñanzas universitarias, además, sería preciso diferenciar el alumnado matriculado que<br />
reside temporalmente como estudiante de aquel que reside en España de manera permanente.<br />
Por otra parte, los diversos informes internacionales muestran que el rendimiento del alumnado en 2012 sigue<br />
por debajo de la media de la OCDE, pese a haber incrementado el gasto en educación un 35% desde 2003.<br />
Asimismo certifican que ha aumentado la desigualdad en los resultados y que esta depende, mayoritariamente,<br />
del nivel socioeconómico del alumnado y sus familias. También existen diferencias muy importantes entre la<br />
población nativa e inmigrada: mientras que las diferencias en la OCDE han disminuido en diez años, en España<br />
se mantienen igual que en 2003. En el ámbito del fracaso escolar es destacable que uno de cada tres alumnos<br />
de 15 años declare haber repetido algún curso. Asimismo, es llamativo el 11% de los jóvenes de 15-19 años<br />
y el 31% de 20-24 años que no estudian ni trabajan, un porcentaje que se sitúa 13 puntos por encima de la<br />
media de la OCDE.<br />
Una de las medidas fundamentales señaladas a nivel europeo e internacional para mejorar el rendimiento<br />
educativo del alumnado general y, especialmente, del inmigrado, es la reducción de la desigualdad<br />
socioeconómica. Trabajar en equidad social y económica sería, de este modo, el mejor antídoto para invertir<br />
en calidad de la educación. Uno de estos indicadores se refleja en la ya conocida sobre-representación del<br />
alumnado extranjero matriculado en centros públicos sobre los privados. Junto a ello, urge replantear el modo<br />
de redistribuir los presupuestos en educación. Si de 2003 a 2012 ha habido un acercamiento a la media de