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atlas_paramos_baja

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Distrito páramos de Santa Marta<br />

- Fauna<br />

En cuanto a la fauna, la Sierra Nevada de Santa Marta presenta<br />

elementos comunes con las regiones que la rodean y elementos propios<br />

que surgieron por un proceso fuerte de especiación, debido al carácter<br />

de macizo montañoso aislado.<br />

Para aves se tienen registros de 156 especies (Álvarez et al., 2006)<br />

entre los cuales están barbudito paramuno (Oxypogon guerinii), Coeligena<br />

phalerata, ala de sable serrano (Campylopterus phainopeplus), Asthenes<br />

wyatti, Basileuterus basilicus, Atlapetes melanocephalus, Henicorhina<br />

leucophrys, Scytalopus latebricola, Ramphomicron dorsale,<br />

Zimmerius chrysops, Catharus fuscater, Diglossa albilatera, Myioborus<br />

flavivertex y Catamenia homocroa y, como especie amenazada, el cóndor<br />

de los Andes (Vultur gryphus). Entre los mamíferos del complejo se<br />

encuentran varios ratones Microryzomys minutus, Melanomys caliginosus,<br />

Oligoryzomys griseolus y Thomasomys monochromos y en cuanto<br />

a anfibios, Bolitoglossa adspersa y Eleutherodactylus sp.<br />

Aspectos socioeconómicos y culturales<br />

La historia de poblamiento de la sierra se inició en el año 300 a. C.<br />

con el establecimiento de grupos agrícolas en la vertiente oriental y, tres<br />

siglos después, en la vertiente norte. La colonización campesina comenzó<br />

a mediados del siglo XX y con ella el saqueo arqueológico y el auge de<br />

cultivos como el café y la marihuana a mediados de los años setenta, así<br />

como la fundación de varios pueblos en las zonas <strong>baja</strong> y media. Desde<br />

mediados de los años ochenta se inició la siembra de coca acompañada<br />

por la presencia de grupos ilegales, y hacia 1990 se dieron procesos de<br />

privatización, incremento del conflicto armado, cambios en la tenencia<br />

de la tierra y desempleo, factores que marcan la situación social actual<br />

de la región (Fundación Pro-Sierra, 1997). Actualmente el complejo está<br />

habitado por los pueblos indígenas kogui, wiwa, arhuaco y kankuamo<br />

(UAESPNN, 2004d).<br />

En cuanto al territorio como espacio económico-ecológico, se presentan<br />

los siguientes patrones de ocupación (Perafán en Villegas, 1999,<br />

citado por UAESPNN, 2004d): estacional corrido, cuando una familia<br />

distribuye su tiempo en las casas de distintos pisos térmicos, deteniéndose<br />

varias veces al año en los poblados intermedios para cumplir labores<br />

rituales, hacer pagamentos y trabajos comunitarios; estacional semipermanente<br />

corrido, cuando existe un asentamiento preferencial donde una<br />

familia concentra la mayor parte de la producción estableciéndose entre<br />

seis y ocho meses y en general está cerca de un poblado para asistir a<br />

las actividades rituales y sociales; y estacional semipermanente radiado,<br />

cuando las familias tienen dos o tres viviendas rurales, pero una preferencial<br />

y los cultivos son cercanos a ésta.<br />

El patrón de asentamiento y los tipos de cultivo que una familia<br />

posea determinan el movimiento a lo largo de una cuenca, como también<br />

el trabajo de pagamento y de los mamos, y los lazos sociales. La<br />

economía indígena está orientada al abastecimiento de alimentos para el<br />

consumo cotidiano; los cultivos de uso ritual como la coca, y para subsistencia<br />

como la papa y la arracacha, están asociados a las tierras altas y<br />

se ubican en faldas o terrazas aluviales. Así mismo, incluye actividades<br />

como cría de caprinos, ovinos y bovinos, y la recolección de productos<br />

animales y vegetales del bosque. La ganadería se considera el segundo<br />

renglón de la economía y es una actividad altamente degradante para las<br />

áreas de páramo donde se desarrolla (Arrieta y Toro, 2002).<br />

La organización social tradicional es jerárquica: la autoridad mayor<br />

es el mamo, en quien se encuentra el poder político y religioso, el<br />

saber médico, la historia y las leyes naturales. Paralelo a este sistema, los<br />

cabildos gobernadores son autoridades públicas y, conjuntamente con<br />

las organizaciones indígenas, manejan la parte política y administrativa,<br />

constituyéndose en la cabeza del resguardo (Arrieta y Toro, 2002). Adicionalmente,<br />

el Consejo Territorial de Cabildos es la instancia creada por<br />

las organizaciones o los cabildos para la interlocución<br />

entre estas comunidades y el Estado. Su establecimiento<br />

tiene por objeto afianzar el proceso unificador de los<br />

cuatro pueblos indígenas en torno a la gobernabilidad<br />

y conservación de la sierra.<br />

Dentro de las principales presiones está la disminución<br />

de la gobernabilidad de las autoridades públicas<br />

y ambientales con competencia en la Sierra Nevada,<br />

originada por la presencia de los actores armados.<br />

Asimismo, el debilitamiento cultural en sectores<br />

de presión campesina y la pérdida de territorio por<br />

parte de los pueblos indígenas así como una intervención<br />

institucional desarticulada y políticas de intervención<br />

inadecuadas (UAESPNN, 2004d y 2005m).<br />

Acciones para<br />

el manejo y la conservación<br />

Además de la UAESPNN Territorial Costa Atlántica,<br />

encargada del PNN de la Sierra Nevada, existen<br />

otras figuras de protección y manejo que contemplan<br />

los resguardos indígenas Koguí-Malayo-Arhuaco,<br />

Arhuaco y Kankuamo, y el hecho de haber sido<br />

declarada por la Organización de las Naciones Unidas<br />

para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco)<br />

como reserva de biosfera en 1979. Adicionalmente, la<br />

región cuenta con la presencia de organizaciones no<br />

gubernamentales como la Fundación Tierra de Esperanza,<br />

Fundación Pro–Sierra Nevada de Santa Marta<br />

y Fundación Ornitológica Sierra Nevada, entre otras<br />

(UAESPNN, 2004d y 2005m).<br />

El plan de manejo aprobado para el PNN es una<br />

estrategia para la conservación y recuperación ambiental<br />

y cultural de la Sierra que incorpora la Resolución<br />

0621 de 2002 del Ministerio de Medio Ambiente<br />

y los acuerdos suscritos entre los pueblos indígenas<br />

y el Gobierno nacional (7 y 8 de marzo de 2002 y 10<br />

de diciembre de 2003), y plantea tres objetivos estratégicos.<br />

El primero está orientado hacia el acompañamiento<br />

y apoyo a la consolidación territorial y el<br />

ejercicio de la gobernabilidad de las autoridades ambientales<br />

y públicas y del Consejo Territorial de Cabildos;<br />

el segundo busca contribuir a la recuperación<br />

y conservación de los biomas y especies objeto de<br />

conservación mediante la disminución de las fuentes<br />

de presión antrópica; y el último contribuye al proceso<br />

de ordenamiento de cuencas para generar conectividades<br />

y desarrollar procesos interinstitucionales<br />

que articulen y dinamicen estrategias de conservación,<br />

preservación cultural y la implementación del sistema<br />

regional de áreas protegidas (Sirap).<br />

Por otro lado se presentan cinco subzonas de<br />

manejo, dentro de las cuales tres hacen parte del complejo.<br />

La subzona primitiva abarca un 38% del complejo<br />

de páramo, y en ella se le da prioridad a la zona<br />

norte y suroriental por poseer mayores condiciones de<br />

tolerancia a efectos de degradación. La subzona intangible<br />

incluye las nieves perpetuas por su importancia<br />

cultural y ambiental; y en la subzona de recuperación<br />

natural el páramo cobija el sector más extenso de la<br />

zona occidental y las estrellas hídricas noroccidentales<br />

de la sierra.<br />

Atlas de páramos de Colombia 189

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