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atlas_paramos_baja

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más fuertemente volcánica. La cordillera Occidental es todavía<br />

más aislada (por el valle geográfico del Cauca) y tiene solamente<br />

áreas relativamente pequeñas de páramo, ya que en ella no se encuentran<br />

altitudes mayores a 4.200 msnm. Finalmente, la Sierra<br />

Nevada de Santa Marta se encuentra también bastante alejada.<br />

El conjunto de diferentes grados de aislamiento o conexión,<br />

los procesos y posibilidades de distribución de semillas y esporas,<br />

la especiación y extinción, las grandes transformaciones climáticas<br />

y los asociados cambios de límite bosque-páramo, resultaron<br />

en regiones y áreas diferenciadas en diferentes grados en cuanto<br />

a su flora y fauna. Para estas áreas biogeográficas se han establecido<br />

categorías jerárquicas: provincias, sectores, distritos y<br />

complejos (Van der Hammen, 1998a).<br />

El uso de los páramos<br />

y aspectos socioeconómicos<br />

Los páramos inicialmente fueron considerados por los indígenas<br />

como áreas sagradas; practicaban la agricultura en tierras<br />

más <strong>baja</strong>s y no tenían ganado. Es probable que ejercieran la<br />

cacería ocasional, pero no se tiene seguridad sobre este aspecto.<br />

Parece ser que la ocupación y uso de los páramos comenzó en<br />

el siglo antepasado. Desde entonces, la influencia y “antropización”<br />

de los páramos ha aumentado, debido al establecimiento<br />

de grandes haciendas y a la ocupación por parte de una población<br />

marginada y sin tierra. Los indígenas del Cauca decían sobre sus<br />

“reservas”: “Los páramos son nuestras áreas sagradas, pero no<br />

nos dejaron otra cosa”; abajo, en el valle, están las grandes haciendas,<br />

donde antes se ubicaban sus tierras de cultivo. Hoy se<br />

presenta la extensión de la ganadería y cultivos de papa (y arveja<br />

y haba) en casi todos los páramos, incluso dentro de algunos<br />

parques nacionales naturales.<br />

Existen suficientes estudios acerca de los efectos de estas<br />

actividades sobre la vegetación, biodiversidad, suelos y agua<br />

(Ferwerda, 1987; Verwey, 1995; Van der Hammen et al., 2002;<br />

Van der Hammen, 1998b; Vargas, 1996, entre otros). En cuanto<br />

a la agricultura, principalmente el cultivo de la papa llega a altitudes<br />

cada vez mayores, acercándose más a los 4.000 msnm.<br />

En parte corresponde a cultivos de rotación, los cuales originalmente<br />

se podían dejar después de una cosecha en barbecho hasta<br />

por 20 años, pero actualmente, con agroquímicos, este periodo<br />

se ha reducido fuertemente, lo que no permite una regeneración<br />

apropiada de la vegetación. Además, se ha extendido la siembra<br />

de pastos introducidos, convirtiendo la vegetación de páramo,<br />

poco a poco, en potreros. Cada día existen menos frailejones,<br />

que necesitan entre 50 y 100 años para volver a alcanzar una altura<br />

de varios metros. En el presente el páramo es ocupado por<br />

los “grandes paperos”, que compran o alquilan áreas grandes y<br />

destruyen la vegetación original por completo con maquinaria<br />

pesada. El desplazamiento de la agricultura a altitudes mayores<br />

está relacionado con el desarrollo de variedades de papa más resistentes<br />

a las heladas y con el aumento de temperatura asociado<br />

al cambio climático global actual.<br />

La destrucción de la vegetación natural y la erosión de los<br />

suelos, así como la utilización de agroquímicos, influencia considerablemente<br />

las propiedades de los suelos, la disminución en<br />

la capacidad de retención de humedad y la calidad del agua superficial<br />

e infiltrada, así como el incremento en la meteorización<br />

de la materia orgánica y la pérdida de nutrientes.<br />

En cuanto a la ganadería, los efectos están relacionados<br />

con el pastoreo, el pisoteo y las quemas. Bajo el efecto de pastoreo<br />

y pisoteo, las macollas de las gramíneas se<br />

fraccionan, formando macollas más pequeñas;<br />

se densifica el suelo y aparece el sellamiento<br />

superficial, eventualmente con la formación de<br />

“terracitas”. Las quemas causan la desaparición<br />

de la “necromasa” (la parte muerta de la cobertura<br />

vegetal: hojas muertas de las macollas y<br />

de los frailejones) y una disminución en la actividad<br />

de micro, meso y macroorganismos en<br />

el suelo; la biomasa disminuye pero aparecen<br />

hojas verdes de las gramíneas y la parte “desnuda”<br />

del suelo aumenta (en ocasiones acompañada<br />

de surcos y carcavas). Los pantanos de<br />

los páramos también sufren las consecuencias<br />

de la presencia de ganado, ya que los degrada<br />

y contamina.<br />

Con todo esto la vegetación se transforma<br />

poco a poco. Los frailejones grandes se vuelven<br />

más escasos, la densidad de ejemplares jóvenes<br />

puede aumentar localmente, pero al final tienden<br />

a desaparecer. Los pastos cortos, nativos o<br />

introducidos reemplazan las macollas de Calamagrostis<br />

y aumentan ciertas especies que forman<br />

“alfombra” como Acaena cylindristachya.<br />

En muchos casos aumenta la superficie de suelo<br />

sin vegetación, lo que significa un cambio de<br />

humedad por aumento de la evaporación, que<br />

puede secar los suelos en las estaciones menos<br />

lluviosas. En general se presenta un descenso<br />

considerable en la capacidad de retención de<br />

agua que se refleja en desequilibrios en la regulación<br />

hídrica.<br />

La conclusión de los estudios cuantitativos<br />

y detallados es que el manejo actual de los<br />

páramos es muy nocivo para la vegetación y el<br />

ecosistema, y que el efecto cada vez mayor y<br />

más extenso de este manejo llevará a un deterioro<br />

progresivo del paisaje de páramo y del sistema<br />

hídrico.<br />

El efecto de las quemas y de la agricultura<br />

del monocultivo es todavía mucho más nocivo<br />

de lo que se pensaba hasta ahora. Eso se demostró<br />

claramente en un estudio de los cambios en<br />

la vegetación de páramo en Laguna Verde, en<br />

el noroeste de la cuenca alta del río Bogotá. Se<br />

interpretaron y compararon imágenes de satélite<br />

de 1970 y 1990. En 1970 el páramo tenía<br />

un 50% de cobertura arbustiva, mientras que en<br />

1990 el área total del páramo había sido reducida<br />

un 30%, convertida en pastos y cultivos;<br />

su cobertura arbustiva, que contiene una gran<br />

parte de la biodiversidad paramuna, había desaparecido<br />

casi por completo (Van der Hammen<br />

et al., 2002).<br />

Esta situación ha venido sucediendo en<br />

muchos de nuestros páramos, causada por las<br />

quemas y los cultivos temporales de papa, ya<br />

que el crecimiento de especies leñosas a estas<br />

alturas es muy lento y no pueden establecerse<br />

en estas condiciones de uso y manejo. Estos hechos<br />

tienen una gran influencia negativa sobre<br />

la captación del agua y la biodiversidad.<br />

Atlas de páramos de Colombia 31

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