atlas_paramos_baja
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Sector cordillera Oriental<br />
Imagen de satélite Landsat TM<br />
Path/Row 8/56 (tomada en febrero de<br />
2000, en combinación RGB 453). Los<br />
polígonos más oscuros corresponden<br />
a los embalses de Gachaneca y<br />
Teatinos, rodeados por plantaciones<br />
forestales (en café oscuro) y páramo<br />
(en verde oscuro) en la zona oriental.<br />
Unidad de SIG, IAvH.<br />
tucional. El segundo, por su localización sobre<br />
un eje vial principal y su dinámica económica<br />
basada en la vocación agrícola, se ha convertido<br />
en el segundo productor nacional de papa, uno<br />
de los alimentos básicos de la canasta familiar<br />
del país. Los dos municipios gozan de una localización<br />
estratégica con respecto a Bogotá y Tunja,<br />
dos centros de consumo importantes que los<br />
hacen atractivos para los mercados.<br />
Las características rurales de la zona orientan<br />
la actividad agropecuaria dentro de un contexto<br />
de economía campesina, donde la agricultura<br />
ha venido cediendo importantes áreas a la<br />
actividad ganadera y se ha verificado un cambio<br />
drástico en el uso del suelo. Las actividades agropecuarias<br />
son los principales ejes económicos de<br />
la región, entre las que se destaca el cultivo de<br />
papa que, se puede estimar, cubre en promedio<br />
anual un área entre 3.500 y 5.000 ha. Aun teniendo<br />
en cuenta los procesos de rotación entre cultivos<br />
y pastos, es predecible que en algunos años<br />
aumenten las áreas en cultivos de papa y las coberturas<br />
de pastos para pastoreo. Otros cultivos<br />
tradicionales son el maíz, la arveja y las hortalizas<br />
y, en menor proporción, los cereales como<br />
trigo y cebada (CAR y Corpochivor, 2002).<br />
La ganadería se ha constituido en la segunda actividad productiva<br />
en los municipios de la región, en especial la de doble propósito<br />
con razas como normando y criollo, equivalente al 57%. El<br />
segundo lugar lo ocupa el ganado de levante con un 31%, seguido<br />
de hatos lecheros de raza holstein y ovinos en menor proporción,<br />
que posiblemente pueden cubrir un área entre 6.000 y 9.000 ha<br />
(Corpochivor, Corpoboyacá y CAR, 2001).<br />
Se ha realizado una reforestación con especies exóticas como<br />
es el caso de Pinus patula en terrenos que cubren predios con extensiones<br />
aproximadas de 4.000 ha en diferentes zonas del páramo,<br />
incluidos los embalses de Gachaneca y Teatinos. Asociadas a las minas<br />
de carbón se presentan también siembras masivas y extensas de<br />
Eucaliptus sp., en las que se observan problemas de erosión.<br />
En el macizo, y principalmente en los municipios de Chocontá,<br />
Samacá, Ráquira, Guachetá y Lenguazaque, se desarrollan<br />
actividades relacionadas con la minería del carbón, principalmente<br />
extracción y coquización, que vinculan a un núcleo poblacional<br />
cada vez más grande (CAR y Corpochivor, 2002). Otro de los<br />
principales impactos de carácter masivo sobre la zona lo representan<br />
los incendios, que ocurren en cada temporada seca del año. Algunas<br />
veces está asociado al descontrol de las quemas agrícolas,<br />
a la aplicación de una mala técnica para renovación de pastos, así<br />
como a la accidentalidad y a la acción delictiva.<br />
De acuerdo con la CAR y Corpochivor (2002), la actividad<br />
industrial más representativa de la zona es la transformación de<br />
pieles (curtiembres), en los municipios de Villapinzón y Chocontá.<br />
Tradicionalmente esta actividad se ha constituido en un foco de<br />
conflictos debido al impacto ambiental que genera, bien sea por<br />
el uso intensivo de recursos naturales como la corteza de encenillo<br />
durante el inicio del proceso, o por la contaminación con los<br />
desechos orgánicos y los residuos de los químicos que se utilizan<br />
actualmente en esta industria. Según el mismo estudio, esta actividad<br />
productiva conserva la estructura tradicional de empresas<br />
familiares y tiene una tradición de 150 años; los primeros curtidores<br />
se ubicaron en las partes altas de las veredas de San Pedro y<br />
Casablanca, por la riqueza en especies nativas como el encenillo,<br />
el roble y la acacia, las cuales se utilizaron en el proceso de la<br />
“curtición” de las pieles.<br />
La distribución de la propiedad es polarizada. El 85% de los<br />
predios son menores a una hectárea y ocupan sólo el 40% de la<br />
superficie rural de los municipios, mientras que los predios mayores<br />
a 50 ha constituyen menos del 1% y ocupan cerca el 25% del<br />
territorio. Sólo un 12,2% de los predios tienen entre 3 y 10 ha. Los<br />
municipios de Chocontá, Machetá y Villapinzón presentan mayor<br />
tendencia al latifundio con predios de superficie superior a las 200<br />
ha, que ocupan un promedio del 14 % de área rural (Corpochivor,<br />
Corpoboyacá y CAR, 2001 y CAR y Corpochivor, 2002).<br />
Acciones para el manejo y la conservación<br />
Dentro de la zona del complejo se encuentran las siguientes<br />
áreas protegidas administradas por la CAR: Reserva Forestal<br />
Páramo de Rabanal, ubicada en los municipios de Guachetá, Lenguazaque<br />
y Ráquira, sobre el costado suroccidental del macizo de<br />
Rabanal, con una extensión de 2.940 ha; Reserva Forestal Protectora<br />
Nacimiento Río Bogotá, con 1.370 ha en el municipio de<br />
Villapinzón; Reserva Forestal Protectora Nacimiento Quebrada El<br />
Choque en el municipio de Chocontá, con 2.291 ha y Reserva Forestal<br />
Protectora Páramo Frailejonal, con 1.954 ha en el municipio<br />
de Machetá. Además, el complejo se encuentra también en la Reserva<br />
Forestal Protectora Nacional Predio El Hortigal (Vásquez-<br />
V., 2005 y Ortiz et al., 2005).<br />
90 Complejo Rabanal y río Bogotá