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atlas_paramos_baja

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Distrito páramos de Perijá<br />

(orobioma andino/bosque alto denso), Sabana Rubia en las áreas de<br />

Brisas del Perijá y Manaure (orobioma de páramo/bosques achaparrados<br />

– páramo)” (CI, 2006).<br />

Según el estudio de CI (2006), dos especies fueron registradas<br />

en rangos más amplios que los conocidos. Se trata de Metalura de<br />

Perijá (Metallura iracunda) y el rastrojero de Perijá (Schizoeaca perijana).<br />

Las dos son endémicas, poco conocidas y con una distribución<br />

restringida (entre 1.800 y 3.100 msnm, la primera, y 3.000 y 3.400, la<br />

segunda). Los nuevos registros se dan a 3.400 y 2.500 msnm, respectivamente.<br />

En cuanto a datos de reptiles y mamíferos, aunque el estudio<br />

de CI (2006) realizó muestreos, no son claros los datos acerca de las<br />

especies propias de la franja del páramo.<br />

Aspectos socioeconómicos y culturales<br />

Dentro del complejo de páramos de Perijá se encuentra el resguardo<br />

indígena Iroka, que ocupa 226 ha del área total del complejo.<br />

Los yukos o yupkas son la comunidad que se encuentra en este<br />

resguardo, la más tradicional de toda la serranía de Perijá y la única<br />

etnia caribe que ha mantenido su lengua. Esta cultura habita principalmente<br />

en Becerril, Agustín Codazzi y La Paz, municipios asociados al<br />

complejo de páramos de la serranía. CI (2006) anota que además hay<br />

presencia de pobladores arzarios o wiwa provenientes de la Sierra Nevada<br />

de Santa Marta y que su desplazamiento ha generado “conflictos<br />

por aspiraciones territoriales” (CI, 2006).<br />

Según la misma fuente, los datos acerca del número de habitantes<br />

pertenecientes a la comunidad yupkas no son muy certeros. Actualmente<br />

se estima que los yukpas pueden llegar a ser más de 7.500,<br />

mientras que los wiwa sólo serían 300. El poblamiento de la serranía<br />

por parte de esta comunidad indígena parece haber iniciado con migraciones<br />

provenientes del lado venezolano hacia las partes <strong>baja</strong>s de<br />

la serranía. Durante la Colonia, estas comunidades se fueron desplazando<br />

hacia zonas más altas y en los siglos XVII, XVIII y hasta inicios<br />

del XIX, misiones capuchinas se asentaron en la serranía con el fin de<br />

evangelizar y agrupar los núcleos de población dispersos.<br />

Las principales actividades económicas de esta cultura son la<br />

caza, la pesca y la agricultura y se dan en la parte media y <strong>baja</strong> de la serranía.<br />

A partir de ellas se obtienen las principales fuentes de alimento<br />

como la yuca, el plátano, el ñame y el maíz. Aunque los grupos indígenas<br />

que habitan estas zonas poseen en común el origen yukpa, presentan<br />

diferencias idiomáticas, tecnológicas y propiamente culturales.<br />

La reserva de los Yukos de Iroka, creada por el Incora en 1976,<br />

poseía 8.678 ha, 56 familias y un total de 264 personas. La reserva de<br />

los Yukos de Sokorpa, creada por la misma institución en 1977, tiene<br />

una extensión de 25.000 ha con 68 familias y 274 habitantes. “En<br />

1999 se creó un tercer resguardo Caño Padilla en el municipio de La<br />

Paz con 250 ha, con aproximadamente 25 familias y en el año 2000,<br />

se creó el resguardo La Pista, Menkue, Misak en el municipio de San<br />

Diego con 125 ha y 10 familias aproximadamente. Se presentan además<br />

cinco asentamientos con un promedio de 10 familias cada uno en<br />

los municipios de Agustín Codazzi y Becerril, Cozo, La Laguna, Las<br />

Ameritas, Cinco Caminos y La Peña” (CI, 2006).<br />

Actualmente la organización sociopolítica de esta comunidad<br />

no es sólida y, en esa medida, la del resguardo resulta también problemática.<br />

CI (2006) indica que, además de que las cifras de población no<br />

están unificadas, no hay lineamientos ambientales para los planes de<br />

vida del resguardo que está en el complejo de páramos (Iroka) ni para<br />

los otros dos que se encuentran en la serranía (Sokorpa y Menkue-<br />

Misaya-La Pista).<br />

Las actividades económicas en la parte <strong>baja</strong> de la serranía se han<br />

volcado aceleradamente hacia la minería. Durante el año 2006 el sector<br />

minero pasó a ocupar el 35% de las actividades<br />

productivas, mientras que el sector agrario se vio<br />

disminuido. El incremento es considerable: “Según<br />

Ingeominas (2006), las regalías por carbón en el año<br />

2002 fueron de 60.169 millones de pesos, frente a<br />

156.244 millones en el 2006” (CI, 2006).<br />

Además de lo anterior, en la serranía se presentan<br />

fenómenos de desplazamiento de la población<br />

hacia las cabeceras municipales debido al conflicto<br />

armado. La situación actual de violencia ha incrementado<br />

los niveles de pobreza de los habitantes de<br />

las zonas asociadas al complejo. Según el estudio de<br />

CI (2006), los municipios Agustín Codazzi y La Paz<br />

presentan el 76,2 y el 76,4% de necesidades básicas<br />

insatisfechas.<br />

Acciones para<br />

el manejo y la conservación<br />

El área del complejo de páramos de Perijá se<br />

encuentra altamente intervenida. De acuerdo con<br />

CI, en toda la serranía “El área destinada a cultivos<br />

permanentes, es de 3.055,5 ha, el área de cultivos<br />

misceláneos y pastizal es de 27.350,7 ha, el área<br />

con potreros manejados (pastos) es de 7.140 ha, en<br />

resumen el área con actividad agropecuaria es de<br />

37.547,2 ha” (CI, 2006). Además, entre los años<br />

2001 y 2003, se “encontraron 533.6 ha quemadas<br />

como producto de la adecuación de tierras para actividades<br />

agropecuarias” (CI, 2006).<br />

La primera iniciativa de conservación con<br />

relación a este complejo de páramos está vinculada<br />

a la Ley 2.ª de 1959, a través de la cual se seleccionaron<br />

siete zonas de cobertura. Entre ellas,<br />

sobre la serranía de Perijá, se declaró la “Zona<br />

de Reserva Forestal de la Serranía de los Motilones”.<br />

Actualmente, según CI, de las áreas boscosas<br />

de esta zona de reserva quedan sólo algunos<br />

relictos.<br />

En el presente no existe en la parte colombiana<br />

un área de protección que asegure la conservación<br />

de estos remanentes de bosques y páramos<br />

asociados al complejo Perijá, ya sea como parque<br />

nacional o algún otro tipo de reserva equivalente.<br />

Del lado venezolano existen unidades de conservación<br />

importantes, de las cuales la más grande<br />

es el Parque Nacional de Perijá, que limita con<br />

el Parque Nacional Catatumbo-Barí (Hernández<br />

et al., 1992). Sin embargo, actualmente se están<br />

gestando iniciativas de carácter nacional e interinstitucional<br />

para planificar una zonificación y un<br />

ordenamiento ambiental adecuado. La iniciativa<br />

conjunta entre el MAVDT (por medio de Fiduciaria<br />

Unión S.A.), Conservación Internacional, Corpocesar,<br />

Corpoguajira, la Em<strong>baja</strong>da de Holanda<br />

y la UAESPNN se encuentra en una fase de caracterización<br />

y diagnóstico de toda la serranía de<br />

Perijá. El propósito de este esfuerzo es formular<br />

unos lineamientos de gestión que sirvan de guía,<br />

tanto a las instituciones territoriales como a la sociedad<br />

en general, frente al manejo ambiental de<br />

la serranía de Perijá.<br />

Atlas de páramos de Colombia 39

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