Artículos 2009 en El Mundo de Eduardo del Campo

EL MUNDO. MIÉRCOLES 3 DE JUNIO DE 2009
>EL MISTERIO DEL AF447 / Las víctimas españolas
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MUNDO
Impreso por Eduardo Delcampo Cortés. Prohibida su reproducción.
Parientes y amigos de las víctimas se consuelan, ayer, en el aeropuerto de Río de Janeiro. / ANTONIO LACERDA / EFE
Unahistoriadeamor
truncada a destiempo
Ana Negra, víctima catalana, volvía de su luna de miel
ANA ROMERO / Madrid
Especial para EL MUNDO
A punto de despegar del aeropuerto
de Río de Janeiro con destino a
París el pasado domingo por la noche,
Ana se acordó de que su marido,
con el que acababa de casarse
hacía 25 días, no tenía cómo entrar
en casa. «Deja la llave debajo del
felpudo para cuando llegue Javier»,
le pidió por sms a su vecina de
apartamento en Dubai (Emiratos
Arabes Unidos), donde la pareja vivía
desde hacía dos años y medio.
Éste fue uno de los últimos mensajes
enviados por Ana Negra Barrabeig,
de 27 años, cuyos restos están
siendo buscados en las profundidades
del Atlántico. Casi al mismo
tiempo, su recién estrenado marido,
Javier Álvarez Quero, de 38 años,
despegaba en otro avión desde São
Paulo, en un vuelo directo que había
de llevarlo a Dubai. Tras pasar la luna
de miel en Brasil, ella regresaba a
Barcelona para disfrutar unos días
con su familia, y él volvía a Dubai
para reincorporarse a la consultora
de la que es socio. Se habían casado
el 6 de mayo en las cavas Raventós
i Blancs, ya que era prima hermana
del actual presidente de estas importantes
cavas de Sant Sadurní
d’Anoia, Manel Raventós Negra, informa
Xiana Siccardi.
La noticia de la desaparición del
avión de Air France llegó a Emiratos
antes que Javier. Hacia las
20.00 horas del lunes, la pequeña
comunidad española empezó a ponerse
nerviosa. A las 23.00, cuando
Javier aterrizó en el aeropuerto de
Dubai, se encontró con dos queridos
amigos y con un equipo médico
de Emiratos, la compañía en la
que volaba. Los amigos le comunicaron
la noticia. El equipo médico
le suministró un calmante. Uno de
los amigos se quedó a dormir con
él en el apartamento. Ayer, Javier
Ana Negra, en la playa.
voló de regreso a Madrid, donde vive
su familia. Después, a París.
Para el joven llueve sobre mojado.
Antes de conocer a Ana ya ha-
Brillante ingeniero, feliz por volver a Europa
E. DEL CAMPO / Utrera (Sevilla)
María Jesús apenas puede
contener las lágrimas
mientras recuerda cómo
su amigo, el ingeniero
Andrés Suárez Montes,
la emplazaba para verse
el 13 de junio. Volaría de
Río de Janeiro a París,
buscaría un nuevo piso
en la capital francesa y la
semana que viene iría a
ver a los suyos en Sevilla,
Marchena y Utrera. La
tragedia ha truncado para
siempre esos planes.
«El sábado nos llamó
para decirnos que se volvía
para Europa. Estaba
feliz: llevaba 15 años fuera
y en París iba a estar a
dos horas de aquí», rememora
su amiga en Utrera.
«El año pasado se casó
con una venezolana, que
se había quedado allí. No
tenían hijos».
Andrés Suárez Montes,
de 38 años, nació en
Marchena,perosecrió
en Utrera (Sevilla), donde
su padre, Andrés, ya
fallecido, era el director
Andrés Suárez.
bía perdido a una novia, fallecida
enferma muy joven.
Esta dramática historia ha dejado
conmocionada a la comunidad española
en Dubai. Allí, en el pico
oriental de la Península Arábiga, vive
el 70% de los 1.300 españoles
censados en un país del tamaño de
Andalucía. Los españoles de Dubai
tienen un perfil parecido al de Ana
y Javier: jóvenes, preparados profesionalmente,
y muchos con niños (o
Viajaba sola porque le
quedaban vacaciones
que quería pasar en
su casa en Barcelona
Su marido se enteró
de lo sucedido al
aterrizar en Emiratos
procedente de Brasil
con proyecto de tenerlos, como quería
la pareja).
En la mañana de ayer, muchos
seguían llorando. Con Ana y con Javier
habían hecho los planes típicos
de los expatriados de allí: dormir en
el desierto, organizar una paella en
Jebel Ali o celebrar una fiesta de
cumpleaños en una de las villas,
nombre de los chalés donde viven
extranjeros occidentales. «Decir
que eran encantadores suena a típico»,
dice una amiga de Ana desde
Dubai, «pero en el caso de esta pareja
era totalmente cierto. Y él estaba
tan enamorado. Ella también,
claro, pero es que a él se le caía la
baba. No paraba de decir la suerte
que tenía de haberse encontrado a
Ana y haberse enamorado de nuevo
después de lo que había sufrido
al perder a su anterior novia».
A las 20.00 horas de mañana sus
amigos oirán una misa en su memoria
en la iglesia católica de San
Francisco de Asís. En Emiratos hay
libertad de culto. Esa tolerancia (sí
al biquini pero no al topless;síalalcohol
pero sólo en hoteles) atrae a
muchos jóvenes españoles. Luego
está el factor económico. Ir a Emiratos
ahora es algo así como hacer las
Américas.EraelcasodeAnayJavier.
Ella trabajaba para la consultora
estadounidense Oliver Wyman, y
él es socio fundador, junto a otros
dos españoles, de la consultora de
telecomunicaciones Delta Partners.
En una de las últimas fiestas a
las que acudieron antes de casarse,
había muchas bromas. «Javier
quiere volver a Madrid y yo a Barcelona.
No nos ponemos de acuerdo,
nos quedamos aquí». El destino
ha querido otra cosa para ellos.
de Correos. Allí trabajaba
su madre, Ana. «Era
un número uno. Fue el
primero de su promoción»,
dice su amiga. Terminó
la carrera en Estocolmo.
Además de Suárez
y de Negra, en el
avión viajaba una azafata,
Clara Mar Amado,
nacida en Málaga hace
32 años de padres argentinos,
y que tenía
doble nacionalidad.
Turbulencias
«severas» y
granizo para
el 1 de junio
MARISA RECUERO / Madrid
«Tormentas, granizo, nieve, turbulencias
severas y hielo». Ése
era el pronóstico que la Oficina
de Meteorología de Londres facilitó
para el 1 de junio en la zona
del Océano Atlántico, desde
la que el piloto del avión de Air
France siniestrado dio su última
posición, entre los centros de
controldeDakarylaisladela
Sal (Cabo Verde).
Según este informe meteorológico,
al que ha tenido acceso
este periódico, al A-330-203 le
esperaban esas turbulencias a
una altura de hasta 45.000 pies
–la aeronave pudo alcanzar los
39.000 pies–. Según consta en el
mapa de isobaras, el avión podía
encontrar cúmulos de nubes aislados
y ocultos entre otras nubes
de tormenta a esa altura. En
concreto, en un punto en el que
confluyen el Ecuador con el meridiano
30 oeste.
Esta situación echa por tierra
la teoría de que los aviones vuelan
por encima de las nubes. En
este caso, había cúmulos a más
altura. Pilotos, consultados por
este diario, que cubren la ruta
Río de Janeiro-Madrid advierten
de que la zona en cuestión es
propensa a estas turbulencias.
El comandante del avión conocía,
de antemano, el escenario
climatológico que iba a encontrar
en el viaje, porque es una de
las primeras informaciones que
reciben los pilotos antes de subir
a la aeronave. Además, les
dan datos sobre los aeropuertos
alternativos donde pueden aterrizar
en caso de inclemencias
meteorológicas.
Situación ‘upset’
Los últimos accidentes de avión
que se han producido en ruta se
han debido, sobre todo, a fenómenos
relacionados con problemas
en los equipos de navegación
de la aeronave, que ponen
al avión en una posición no deseada
(anormal). Es lo que se
conoce como situaciones upset
en el argot aeronáutico. En estos
casos, el piloto pierde el control
del avión por turbulencias o por
un fallo en el sistema.
Una de las hipótesis que se
baraja es que impactara un rayo
y ello provocara serias consecuencias,
sobre todo después de
corroborar que el avión atravesó
una «severa» tormenta.
Cuando un rayo impacta en el
morro de un avión, donde se encuentra
el radar meteorológico
que ayuda al piloto a saber dónde
están las inclemencias meteorológicas,
puede dejarlo inoperativo,
lo que implica que el
avión tenga que ir a ciegas en
medio de turbulencias.
Al ir sin este radar, el avión
puede entrar en una tormenta
de granizo, que puede meterse
en los motores y apagarlos, dejando
el avión a oscuras, sólo
alimentado por baterías.