Artículos 2009 en El Mundo de Eduardo del Campo

EL MUNDO. SÁBADO 9 DE MAYO DE 2009
S7
SEVILLA
Salarios, seguridad
y las torres de Écija
>En los años 20, un aparejador
ganaba en las obras
de la Plaza de España 500
pesetas al mes, y un oficial
albañil, 7,5 pesetas, contó
ayer el aparejador José María
Cabeza. ¿Era mucho o
poco? Su colega Antonio Jaramillo
dio una referencia
para calcularlo. «Una peseta
equivalía a unos 5 euros
de hoy». O sea, que el aparejador
ganaba 2.500 euros
al mes y el oficial albañil,
37,5 euros al día.
Una mujer recorre la galería del edificio principal de la Plaza de España, obra de Aníbal González, con la torre norte al fondo, ayer. / FERNANDO RUSO
«Que devuelvan la Plaza de España»
La obra de Aníbal González cumple 80 y sigue en manos del Estado desde el golpe del 36
EDUARDO DEL CAMPO / Sevilla
Hay cientos de Plazas de España en
España, pero no se pecará de chovinista
si se afirma que la de Sevilla es
la más hermosa, la más grande, la
más rara, la más espectacular. David
Lean la transformó en cuartel general
de los británicos en El Cairo en la
película Lawrence de Arabia, y John
Lucas la filmó para recrear una metrópolis
del futuro en una de las entregas
de La guerra de las galaxias.
El monumento más visitado de la
muy visitada Sevilla cumple hoy
ochenta años, que es el tiempo que
ha pasado desde que inauguraron la
Exposición Iberoamericana el 9 de
mayo 1929, de la que era el edificio
principal. Pero, extrañamente, no
hay en el lugar ningún busto del arquitecto
principal de aquella Exposición
que transformó Sevilla 63 años
antes que la del 92, ni existe en sus
enormes dependencias, hoy ocupadas
por el Ejército y la Delegación
del Gobierno en Andalucía, un pequeño
museo que explique su legado,
como reclamó ayer su nieto, Aníbal
González Serrano, en el salón de
actos de la Escuela Superior de Arquitectura
(ETS) de Sevilla.
Ante no más de 30 personas, González
Serrano agradeció el acto dedicado
a recordar el aniversario de la
exposición y la figura de su abuelo
porque, afirmó, es «la primera vez»
que la Universidad de Sevilla le consagra
una jornada al insigne artista.
Sin embargo, la ETS albergó el acto
de ayer de rebote. Según explicó a
este diario el organizador del encuentro,
el profesor de Ingeniería del
Terreno Antonio Jaramillo, el lugar
elegido en principio era el edificio
mismo de la Plaza de España, pero
las autoridades militares «prohibieron»
la celebración del homenaje en
los propios salones que diseñó el homenajeado.
Jaramillo dijo que la subdirectora
general de Coordinación de Edificaciones
Administrativas, Ana María
Jiménez Díaz-Valero, dependiente de
la Dirección General de Patrimonio
del Estado del Ministerio de Economía
y Hacienda, dueño de la magna
construcción (aunque la ría, los puentes
y la plaza en sí son del Ayuntamiento),
dio la orden a los militares
de impedir el acceso y la celebración
del acto debido a la actitud crítica de
este especialista en terrenos, que ha
denunciado que los pórticos de las torres
se han desnivelado ya entre 5 y
12 centímetros debido al desecado de
la ría y ha cuestionado por, a su juicio,
insuficiente y errónea la reparación
que ejecuta el Ministerio.
Aníbal González Serrano habló
ayer de la vida de su abuelo; José
María Cabeza disertó sobre el papel
de los aparejadores en la Expo de
1929 y Antonio Jaramillo, Emilio
Mascort y Luis Díaz del Río (anterior
arquitecto conservador de la Plaza
de España hasta su jubilación en
1988 y autor del gran proyecto de
restauración de 1992) trataron sobre
el estado actual de la construcción.
Jaramillo lanza una reivindicación:
que el Gobierno «devuelva» el edificioalAyuntamientoy/oalaJuntade
Andalucía. La Plaza de España iba a
albergar una Universidad Obrera, recordó;
pero llegó el golpista Queipo
de Llano el 11 de septiembre de 1936
y la ocupó militarmente. Es hora, dice,
de reintegrarla a su origen.
>¿Dónde buscó Aníbal
González la inspiración para
diseñar las emblemáticas
torres Norte y Sur? Jaramillo
contó que la Tower of
Jewels, la Torre de las Joyas,
de la Exposición de 1917 en
San Francisco pudo ser un
modelo. Los alminares de
mezquitas de Rabat y
Marrakech, la Qutubiya,
eran, junto a la Giralda, otros
referentes por sus rampas
interiores. Pero el nieto dio
la pista más fiable: las torres
de Écija. «Iba allí tardes y
tardes para estudiarlas».
>Antonio Jaramillo calificó de
«tontería» la afirmación de
que Aníbal González era un
buen arquitecto pero un mal
constructor. Todo lo contrario,
dijo mostrando datos:
González hizo él mismo los
cálculos para que la construcción
de ladrillo de la Plaza de
España soportara vientos de
240 kilometros por hora y
sobrepasara con creces los
parámetros de seguridad. Si
el coeficiente de seguridad
de los pilares de la catedral
es de 1,5 y el de los pilares
del Salvador de 5,6, la Plaza
de España supera los 15.
Impreso por Eduardo Delcampo Cortés. Prohibida su reproducción.
FLAMENCO
Juncal tiene vida interior
‘DESTEMPLAO’
Ciclo: Jueves Flamencos / Espectáculo: ‘Destemplao’,
de María Juncal / Cante: David de
Jacobo y Manuel Tañé / Guitarras: Carlos Maldonado
y Cristóbal Fernández / Colaboración:
Eduardo Leal / Invitado: Juan Parrilla /
Lugar y fecha: Centro Cultural Cajasol. 7 de
mayo de 2009.
Calificación: ★★
MANUEL MARTÍN MARTÍN / Sevilla
María Juncal ha debutado en Sevilla
como quien hace una introspección
para determinar si su presencia
en lo jondo va o no por el
camino correcto, según se desprende
de ‘Destemplao’, montaje
en el que la canaria, en aras de intentar
superarse a sí misma frente
al atrás, lo que consigue es someterse
a una autoconfesión, la
de mirarse hacia adentro.
En ese viaje ha sido determinante
la aptitud de los compañeros
de viaje, con lo que no fue del
todo posible reflexionar en plenitud
sobre los propios actos, y menos
aún la sensación de captar estímulos
o de tener la percepción
de un movimiento, paseo y/o gesto
concreto para reconocerlo y
darle sentido.
Su entrada se anuncia desde la
ralentización de la guitarra por farruca,
que languidece mientras introduce
falsetas por granaína, con
lo que Juncal, que salió vestida de
hombre y apelando al detalle tauromáquico,
se nos antojó como la
risa de la tristeza, siempre acompañada
pero al final, a la hora de
la verdad, siempre sola.
El martinete de Eduardo Leal
bajo el cenital resultó más atlético
que verdadero, en tanto que las bulerías
del grupo fueron como avivar
la agonía de la muerte. Y cuando
ya creíamos apagada la luz de
la vida interior de la protagonista,
salió de nuevo María para ofrecernos
la vida de la soleá de Ciro y
Merche. Toda de rojo, toda fuego,
mientras que el frío de la muerte
del cante recorría su cuerpo. ¿Cómo
le iba a importar dejar de vivir
quien al momento estuvo muriendo?
Pues eso, que ahí caló tan profundamente
como el temperamento
en los huesos del grupo acompañante,
al que impidió que hasta
la sangre se le congelara.
Mismamente, María se guardó
para sí un rayo de esperanza. Y a
eso que salió Juan Parrilla, que
aparte de dejar su magisterio, posibilitó
que la Juncal nos sorprendiera
por alegrías, y no por el abuso
de la petaca del sonido, sino porque
fue como situarnos ante la cascada
de la vida, pero con una cascada de
lágrimas buleaeras que se escurrió
hasta el sudor del zapateado y la jota,
que la percibimos como las hojas
suaves sobre una piel desnuda
¡Qué pena que se sintiera tan sola
cuando el grupo estaba a su lado!
En su ausencia se sintió viva, viva e
iluminada.
El poeta-pintor Ángel Leiva
dice ‘adiós’ a sus cuadros
Expone a modo de despedida sus obras
destinadas a museos de Chicago y Texas
E. DEL C. / Sevilla
El escritor hispano-argentino Ángel
Leiva, nacido en Simoca, cerca
de Tucumán, en 1941, fogueado
como poeta, periodista y profesor
de Literatura en Buenos Aires,
Madrid, Nueva York y Chicago, y
vecino de Sevilla desde hace dos
cadas, revela ahora su intensa faceta
de pintor en dos exposiciones.
La primera, Ángel Leiva: la
palabra y la imagen, la inauguró
el jueves por la noche en la galería
Concha Pedrosa de Sevilla (calle
Fernán Caballero, 11), simultáneamente
con la presentación del catálogo
que el profesor de Historia
del Arte de la Universidad de Sevilla
y crítico Andrés Luque Teruel
le ha dedicado a su obra pictórica,
Ángel Leiva: el secreto de la memoria.
Tendencias de la postmodernidad.
Estará abierta hasta el
23 de mayo.
Pero para la segunda exposición
sólo hay una fugaz oportunidad,
mañana domingo desde las 12 horas.
Leiva explicó ayer que abrirá su
estudio, en la asociación cultural
que lleva su nombre (calle Progreso
22, barrio del Porvenir) para enseñar
al público sus pinturas de la
serie El Secreto de la Memoria.Será
una despedida, porque estas
obras, con raíces en el expresionismo
abstracto americano pero habitadas
al mismo tiempo por la figuración
humanística de los rostros
que gritan desde ellas, partirán a
continuación para el Instituto de Arte
de Chicago y el Museo de Arte de
la Universidad de Austin, en Texas.