Artículos 2009 en El Mundo de Eduardo del Campo

12/12/2016 Orbyt ­ QUIOSCO PRENSA
Quien está encantada con el domicilio impreso en las tarjetas de la peluquería es Araceli, la esteticista: «Para
mí ha sido un presidente muy bueno», dice orgullosa.
Ni la calle de Aznar ni la del resto de presidentes han causado mucho revuelo porque ya había sido bautizada
así cuando los vecinos la estrenaron. «A quien no le guste el nombre, que hubiera comprado el piso en otra
calle», dice el conserje de uno de los edificios.
C/. de Alfredo P. Rubalcaba
"No creo que haya hecho nada para que le pongan calle"
La calle del actual ministro de Interior es un vial levemente inclinado que transcurre entre varias
urbanizaciones de chalés ubicadas sobre una antigua pradera, a escasos metros de los centros educativos de
la población. Valdecilla, 780 habitantes, capital del municipio cántabro de Medio Cudeyo, colinda con Solares,
el mayor núcleo urbano de la zona y lugar de nacimiento del político socialista.
La placa fue colocada a mediados de los 90, cuando Alfredo Pérez Rubalcaba ocupaba la cartera de
Presidencia y Relaciones con las Cortes, durante el último gobierno de Felipe González. Curiosamente, el
promotor de la iniciativa, José Enrique Cacicedo, entonces alcalde de Valdecilla, milita actualmente en el PP.
A quien no le hace mucha gracia el nombre es al actual regidor, Juan José Perojo, del Partido Regionalista de
Cantabria, quien, paradójicamente, reside en esa vía. Si fuera por él ­algunos miembros de la corporación
municipal lo apoyan­ retiraría mañana la placa, concedida con el argumento de que las raíces de Rubalcaba
se encuentran en la vecina Solares, donde aún reside parte de su familia materna.
El asunto, sin embargo, no solivianta al vecindario, donde prima la indiferencia. «Como si le ponen Pepito
Pérez», dice María Eugenia. «Ni me quita ni me pone este señor», señala otra de las vecinas. «No creo que
haya hecho nada para que le pongan una calle en Valdecilla», dice Carmen, la única que se muestra en
contra. Hace tres años, una manifestación para pedir que no se cerrara la investigación del 11­M acabó con la
colocación de una pancarta sobre la placa de Rubalcaba: «11­M Queremos saber Z­eta­P».
Rúa Rouco Varela
Una calle en su pueblo por aclamación popular
Nadie parece descontento con que esta calle de Vilalba (Lugo) lleve el nombre del arzobispo de Madrid.
Antonio María Rouco Varela nació en este pueblo hace 72 años e inauguró su calle hace 32, poco después
de ser nombrado obispo. «Fue una iniciativa de los vecinos», explica Domingo Fernández, sobre cuya casa ­
que hoy acoge el bar As Fontiñas­ está fijada la placa que reza «Bispo Rouco Varela». La casa perteneció a
su suegro ya fallecido, José O Janeiro, quien no puso ninguna pega cuando los convecinos le pidieron ocupar
su pared.
Se trataba de bautizar una calle recién hecha, antes un camino de tierra a cuyas orillas se erguían «tres
casas y un bar». Hoy no es mucho más, mide unos 100 metros y asciende entre casas bajas y algunos
bloques de cuatro pisos. «Aquí está todo el mundo por Rouco», asegura Domingo. «Ya le andaban dando
vueltas a si lo hacían Papa». El propietario del bar As Fontiñas recuerda el día que el propio Rouco descubrió
la placa. «Es un tío agradable.No tengo nada que ver con él, pero saluda a todo dios cuando viene».
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