Artículos 2009 en El Mundo de Eduardo del Campo

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SEVILLA
EL MUNDO. MIÉRCOLES 24 DE JUNIO DE 2009
Le piden cárcel a una
‘erasmus’ por una
‘protesta ilegal’ kurda
Adriana Espinosa, de Periodismo, será
juzgada el 1 de julio en Turquía, adonde
no ha vuelto por temor a que la encarcelen
EDUARDO DEL CAMPO / Sevilla
Adriana Espinosa González estudia
de quinto de Periodismo en la Universidad
de Sevilla, tiene 24 años y
quiere dedicarse a la información internacional.
Por eso, en septiembre
hizo lo que cualquier aspirante a periodista
debe hacer, salir a conocer el
mundo, y se fue a Gaziantep, una
ciudad del sureste de Turquía, en la
región no reconocida del Kurdistán,
cercana a Siria, Irak e Irán, para estudiar
en su Facultad de Sociología
con una beca Erasmus. Tras pasar
allí cuatro meses y pico, ya conoce
de sobra las injusticias y conflictos
políticos y sociales que desgarran
muchos lugares del planeta, porque
lo ha sufrido en carne propia.
El 1 de julio, el próximo miércoles,
está previsto que la juzguen en Gaziantep
acusada del delito de participar
en una manifestación «ilegal»
convocada por el partido pro-autonomista
kurdo DTP, que es legal
(aunque muchos en Turquía quieren
ilegalizarlo) y está representado en
La alumna y el Cadus
reclaman más apoyo
legal e información a la
Universidad de Sevilla
Otro tribunal turco ya
desestimó la acusación
contra ella por
propaganda terrorista
Adriana Espinosa explica su procesamiento en Turquía, ayer. / CARLOS MÁRQUEZ
«Me preguntaron qué pensaba del PKK»
E. DEL C. / Sevilla
Al llegar el 15 de septiembre
a Gaziantep, escribe
Adriana Espinosa, la alojaron
con Emine, estudiante
de Sociología, y
Aygül, de Ingeniería, kurdas
de 21 años. Emine le
dijo que el 19 de octubre
habría una manifestación,
legal, «para defender
las condiciones sociales
de la población kurda».
«Con esta intención,
observar el suceso desde
el punto de vista periodístico,
sin participar activamente,
me dirigí con mis
amigas al encuentro», ante
la sede del partido legal
kurdo DTP.
La Policía no permitió
la protesta y, tras «algunos
gritos y eslóganes»
que ella no entendía, «la
reunión se disolvió pacíficamente».
Siguió con su
vidanormaldeestudiante
y, para sus trabajos, se
descargó información sobre
el conflicto kurdo (de
páginas «legales» de internet,precisa,porque«el
Gobierno tiene vetado el
accesoalasqueconsidera
‘separatistas’»). El 29 de
octubre se encontró al
volver de un viaje de los
Erasmus a Siria con su piso
revuelto. La Policía había
entrado, había detenido
a sus compañeras y se
había llevado su portátil.
Sospechaba que tenía
el teléfono y el correo
‘pinchados’. Al acudir a
una llamada del decanato
el19denoviembre,unpolicía
de paisano se la llevó
detenida en coche. El fiscal
la interrogó una hora
mostrándole su foto en la
protesta y los datos de su
ordenador. «Me preguntaron
quién era yo (parecía
no saber qué es un estudiante
Erasmus), qué
hacía en la protesta, qué
pensaba del PKK y de los
kurdos, por qué había ido
a Gaziantep... Y sobre mi
relación con Emine, a
quien investigaban (...)
‘por ser muy peligrosa’».
el Parlamento turco. Si la consideran
culpable, la pueden condenar, explica
ella misma, a entre uno y tres
años de cárcel y a una multa.
Dentro de lo malo, está de suerte.
En un principio el fiscal de Gaziantep
que la procesó junto a otros 17
imputados la acusaba además de organizar
una manifestación ilegal y
hacer propaganda del terrorismo,
delitos más graves por los que la podían
condenar a entre 3y5añosde
prisión, pero el Alto Tribunal de
Adana, que juzga los casos de «terrorismo»,
desestimó la acusación:
entendió que ni Adriana dirigió la
concentración ni pudo hacer propaganda
a favor de la guerrilla kurda
del PKK y de Abdullah Oçalan, el
encarcelado líder de este grupo considerado
terrorista por Turquía, Estados
Unidos y la Unión Europea, incluida
España, porque ella no habla
ni kurdo ni turco y por tanto ignoraba
las consignas que se lanzaron.
La acusada dice que está viviendo
una situación «kafkiana» por presenciar
como «observadora y periodista»
una protesta pacífica. No acudirá el
miércoles al juicio en Turquía, adonde
decidió no volver tras las vacaciones
de invierno por temor a ir a la
cárcel, pero la representará un abogado
local. Le tendrá que pagar de su
bolsillo 1.000 euros, porque la Universidad
de Sevilla (a la que critica,
junto a la de destino, que no le diera
información precisa, como que la Policía
turca tiene una oficina y agentes
infiltrados en el campus) no cuenta
con un seguro jurídico para defender
a «los estudiantes que envía a destinos
potencialmente inseguros».
Si la condenan, piensa recurrir a
todas las instancias judiciales turcas
y llegar hasta el Tribunal Europeo de
Derechos Humanos de Estrasburgo,
según contó ayer en una rueda de
prensa en la Facultad de Comunicación
de Sevilla. La acompañaron un
representante del decanato y dos del
Cadus, el consejo de alumnos de la
Universidad. Pero ningún alto cargo
del Rectorado. A la pregunta de si
creen que la Universidad se está «lavando
las manos», la delegada de
alumnos Lara Monrosi contestó que
«sí, totalmente», y criticó que sean la
afectada y sus compañeros los que
tengan que acudir reiteradamente al
Vicerrectorado de Relaciones Internacionales
y al Rectorado pidiendo
ayuda cuando, a su juicio, debería ser
al revés, que las instituciones la llamaran
para ofrecérsela.
No se arrepiente de haber ido.
Subraya que, salvo este incidente, su
estancia ha sido muy enriquecedora.
Está deseando que la absuelvan porque
el proceso es simplemente «injusto»,
porque una condena lastraría
sus viajes como periodista y porque,
además, quiere volver. «Yo pienso
entrar en Turquía, no una sino todas
las veces que yo quiera, porque allí
tengo grandes amigos que me quieren
y que me están esperando».
Le dijeron que no le pasaría
nada y la devolvieron
amablemente al campus.
No volvió a saberdel tema
hasta que, mientras se
examinaba en Sevilla, se
enteró de que la Policía
había ido a la facultad turca
para reclamar sus huellas
y que se presentara
antes del 1 de abril. Con la
maleta hecha y el billete
comprado para volver al
día siguiente, 18 de febrero,aGaziantepaterminar
el curso, se lo contó todo a
sus padres y, por miedo a
que la encarcelaran, decidió
no regresar.
Inaugurada la
piscina de San
Jerónimo, casi un
millón más cara
Sevilla
Las instalaciones de la nueva
piscina de San Jerónimo, sita
en el Centro Deportivo San Jerónimo
Puente, quedaron ayer
inauguradas de forma oficial,
una piscina«que será una de
las piscinas tecnológicamente
más avanzadas de España»,
según la propaganda oficial
del Ayuntamiento hispalense,
pero que se abre al público con
un año de retraso y un sobrecoste
con respecto al presupuesto
inicial cercano a los
900.000 euros.
La primera piedra de la piscina
se puso en julio de 2007,
tres años después de que se
aprobase el proyecto en los
Presupuestos Participativos de
2004.
Esa obra tenía, en teoría, un
plazo de ejecución de 360 días,
poco menos de un año, pero
no ha pasado un año, sino dos
hasta que se ha podido concluir
y se ha inaugurado. Los
propios vecinos, en especial la
asociación El Empalme han
mostrado desde el año pasado
en diversas ocasiones su indignación
por la tardanza con la
apertura.
«Está ya terminada, pero no
la abren y nadie dice por qué»,
indicaban el pasado invierno.
Como denunció el Partido Popular,
detrás de este retraso
podría estar el desfase presupuestario
con respecto al proyecto
inicial de 846.000 euros
por encima del importe de ejecución
inicial, de 2.557.425 euros.
El Ayuntamiento ha tenido
que pagar este dinero de más
porque no se habían previsto
en el proyecto elementos como
el ascensor para minusválidos
y que se han debido añadir a
posteriori.
Cursos
La piscina cuenta con una pared
móvil, lo que permite dividir
el vaso de la piscina en dos
y mantener de esta forma al
mismo tiempo distintas actividades,
como cursos de aprendizaje
y perfeccionamiento, natación
libre, natación escolar,
natación terapéutica o matronatación,
entre otros.
Las instalaciones incluyen,
además de la piscina, servicios
de deportistas –cuatro vestuarios
para adultos y menores y
dos vestuarios para monitores–,
accesos y espacios para el
público –vestíbulo, administración,
aseos–, espacios deportivos
–recinto de piscina y sala
deportiva a nivel de planta superior
sobre la zona de vestuarios–,
servicios complementarios
–botiquín, almacenes, oficio
de limpieza y
vestuarios-aseos para personal–
y en planta sótano con acceso
independiente se disponen
los espacios técnicos –galerías
y salas de instalaciones y
vaso de compensación–.
Impreso por Eduardo Delcampo Cortés. Prohibida su reproducción.