Artículos 2009 en El Mundo de Eduardo del Campo

EL MUNDO. VIERNES 2 DE OCTUBRE DE 2009
>CHARLAS DE EL MUNDO DE ANDALUCÍA
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ANDALUCÍA
Un reportero entre los confidentes del 11-M
El periodista de EL MUNDO Antonio Rubio, multado por no revelar su fuente al juez y al que el
fiscal le pide 3 años por identificar a un informador, denuncia impunidad entre los «controladores»
Impreso por Eduardo Delcampo Cortés. Prohibida su reproducción.
EDUARDO DEL CAMPO / Sevilla
Abre la boca. Cierra la boca. Muchos
querrían que el periodista de investigación
de EL MUNDO Antonio Rubio
abriera y cerrara los labios a su
voluntad, como si estuviera en la
consulta de un maquiavélico dentista
de la razón de Estado. La Fiscalía
le ha pedido este mes tres años de
prisión por revelación de secreto oficial,
acusándolo de destapar la identidad
real de Cartagena, el marroquí
Abdelkader Farssaoui, un confidente
de la Policía y del CNI que informó
a las Fuerzas de Seguridad de los
movimientos de la célula islamista
autora de la masacre del 11-M y que
gozó después de la condición de testigo
protegido en un proceso judicial
distinto. Tres años de cárcel le piden,
pues, por no cumplir el mensaje implícito
y explícito de cerrar la boca. Y
ayer se supo que a Rubio un juez de
Madrid lo ha condenado a pagar una
multa de 1.000 euros por lo contrario,
por negarse a abrir la boca y delatar
y traicionar a la fuente que le facilitó
un auto judicial sobre Cartagena.
Antonio Rubio habla y calla cuando
quiere y dice que tampoco dejó de
hacerlo cuando hace cinco años recibió
por boca del informante Mario
Gascón amenazas veladas del entorno
de la Unidad Central Operativa
(UCO) de la Guardia Civil para que
no siguiera investigando ni publicando
las informaciones en las que revelaba
que agentes y oficiales del Instituto
Armado, la Policía y el Cuerpo
Nacional de Inteligencia (CNI) fueron
avisados por varios de sus confidentes
e infiltrados del tráfico de explosivos
que condujo a la masacre de
Madrid y no sólo no reaccionaron
para evitarlo sino que intentaron tapar
su «negligencia» después.
Vino Rubio ayer a Sevilla para hablar
en el ciclo Las Charlas de EL
MUNDO sobre «Policías y confidentes
en el 11-M» y se permitió saludar,
irónico, a alguien sin nombre entre el
público: «Saludo al señor del CNI
que hayan mandado aquí, porque les
aseguro que estará». Dio un dato inquietante:
de las 40 personas a las
«Era imposible no
saber que algo se
estaba fraguando»,
alertó el periodista
Dice que el juez
admitió la negligencia
policial pero no lo
reflejó en la sentencia
que el juez Del Olmo procesó por el
11-M, «34 habían colaborado» de
una forma u otra con las Fuerzas de
Seguridad españolas antes de la masacre,
por lo que, afirmó, «era imposible
no saber que algo se estaba fraguando».
Recordó que en la conclusión
del juicio, el presidente del
El periodista Antonio Rubio explica el papel de los confidentes en el 11-M, anoche en Sevilla en ‘Las Charlas de EL MUNDO’. / REPORTAJE GRÁFICO: CONCHITINA
Rubio, entre Francisco Rosell y José Antonio Gómez Marín.
Vista del público que acudió anoche a la conferencia del periodista.
tribunal, el juez Gómez Bermúdez,
dijo que «los controladores no controlaban
a los controlados», en referencia
a la pasividad o negligencia de
los miembros de la inteligencia militar
y policial, pero que luego, en la
sentencia, omitió cualquier reproche
(presente, afirmó, en el borrador previodelasentencia)ynodedujotestimonio
para procesar a los mandos y
agentes que, sabiendo que traficaban
con explosivos, dejaron hacer.
El periodista desgranó esos vínculos:
Rafa Zouhier era confidente de la
UCO de la Guardia Civil, que intentó
que callara sobre sus avisos previos
(no lo logró, porque Rubio se metió
en medio); Emilio Suárez Trashorras,
el vendedor de los explosivos de
la asturiana Mina Conchita, era confidente
del inspector de Policía Manuel
García Rodríguez, a quien le dijo
que le había pasado cartuchos a
unos marroquíes para que la usaran
en Marruecos, y Antonio Toro trabajóparaelCNI,«quetuvoenlatrama
hasta ocho infiltrados». El periodista
acabó entrevistando en el extranjero
durante tres días a Mario Gascón, el
Afirmó que el CNI
«tuvoenlatrama
hasta ocho
infiltrados»
«Los explosivos los
puso en el mercado la
propia UCO, dejando
de controlar»
que lo llamó amenazante. Le dijo entonces:
«Los explosivos los puso en
el mercado la propia UCO, dejando
de controlar algo que ellos sabían [el
tráfico de dinamita]. Querían controlar
a vendedores y compradores y
detenerlos a todos. El material se les
escapó y ocurrió lo que ocurrió».
«O me das cien mil
euros o te meto
una querella»
El melillense Antonio Rubio detalló
su relación con el confidente
policial Abdelkader Farssaoui,
‘Cartagena’. «El 11-M se pudo evitar,yoavisé»,recordóRubioquele
dijo en otoño de 2004 el informante,
que había advertido de la intención
del ‘Tunecino’ de hacer la
‘yihad’ terrorista en Marruecos (el
atentado de Casablanca de mayo
de 2003 lo probó) y España. El periodista
contó también que ‘Cartagena’
afirmó que la Policía le había
«prohibido mencionar la relación
ETA-islamistas». Después de
dos años de compartir «muchos
tés y cuscús», su fuente le espetó
un día que iban por la Castellana
de Madrid, cerca del Bernabéu: «O
medas100.000eurosotemetouna
querella». El periodista le respondió
indicándole los juzgados de la
cercana plaza de Castilla. «Ya puedes
caminar». Anoche, Antonio
Rubio se preguntaba: «¿Qué le ha
hecho cambiar?».
El director de EL MUNDO de
Andalucía, Francisco Rosell, y el
columnista y coordinador del ciclo,
José Antonio Gómez Marín,
dijeron de él que es víctima de una
«persecución» en «venganza» por
sus revelaciones y que el proceso
contra él es un «acto de amedrentamiento»
que indica que España
sufre una limitación en la libertad
de prensa. El público lo recibió y lo
despidió con aplausos.