Artículos 2009 en El Mundo de Eduardo del Campo

12/12/2016 Orbyt ­ QUIOSCO PRENSA
rebautizando esta calle con su nombre. Una de sus vecinas sólo reconoce a Pilar Bardem como «la madre del
actor ése que está..., con ésa, tú sabes...». Penélope Cruz, hay que ayudarla. Eso. Una calle a Penélope
Cruz podría tener éxito. Pero la mayoría de los consultados no le ven la gracia a cambiar el nombre de un
desconocido de derechas por el de una famosa semidesconocida (admítase la incongruencia) de izquierdas.
Lo que les preocupa no es que se cumpla o no el apartado de la llamada Ley de la Memoria Histórica que
obliga a retirar de la calle los símbolos franquistas. [Su aplicación aquí, dicen los críticos, es un error porque el
del letrero no es Pedro Merry (1920­1993), capitán general de Sevilla en los años de la Transición, sino su
padre, Francisco Merry (1872­1971), quien luchó en la guerra de Cuba]. Lo que más inquieta al vecindario es
que los enreden en el papeleo del cambio de dirección.
Las hermanas Gloria y Olga, chilenas, viven de alquiler en el número 2 de General Merry. Gloria cuenta que
este miércoles, al renovar su tarjeta de residencia, el funcionario le advirtió del cambio. «Me dijo que se haría
automáticamente, que no me va a afectar», dice confiada. Manuel Rocha Torres, que trabajó 40 años como
conductor municipal de autobuses y se conoce el callejero al dedillo, prefiere que lo dejen. Como José
Rodríguez, delineante jubilado: «Sé quién es Pilar Bardem. No tengo nada en contra de esta señora, pero
creo que se debería mantener el nombre actual. El general Merry padre no participó en la Guerra Civil».
Contra los bailes de los nombres de calles en Sevilla [64 tendrán nueva designación] lucha la plataforma No
me compliques la vida.«¿Quién nos paga los gastos del cambio de documentación?, ¿qué nombre le van a
poner a las calles, el que quieran ellos o el que elijan los vecinos?», se ha quejado Ángel Bordas, uno de sus
integrantes.
Avda. de Barack Obama
El "Plan Marshall" del alcalde para salvar el pueblo
Nàquera debió de ver en el fenómeno Barack Obama su particular oportunidad y aprovechó la ola de
optimismo para subirse al carro.El alcalde de esta pequeña localidad valenciana, el popular Ricardo Arnal,
pensó que una placa con el nombre del primer presidente negro de EEUU en una calle del pueblo atraería
turismo a un municipio que ha visto cómo la crisis tumbaba sus ambiciosos proyectos urbanísticos. La
ocurrencia atrajo la curiosidad de la prensa nacional e internacional y logró, al menos, un eco mundial que
nunca Nàquera hubiera soñado.
El plan, sin embargo, no cayó en gracia a todos y la iniciativa dividió a sus 5.000 vecinos. Muchos se
mostraron en contra, otros se quedaron indiferentes y pocos aplaudieron al alcalde. Pese a ello, pocos son los
residentes que quieren criticar públicamente la actuación del alcalde. Los más reacios hablan de «cortina de
humo» para «tapar la mala gestión económica del consistorio»; los pragmáticos lamentan «los líos que
genera el cambio de dirección»; los nostálgicos hubieran preferido que se optara por «personajes ilustres del
pueblo o de la comunidad» y los irónicos se refieren con sorna a la iniciativa como «el Plan Marshall» de
Nàquera, «una auténtica payasada».
Es irrebatible que el municipio no hubiera podido pagar la publicidad gratuita conseguida. Pero, como los
vecinos dicen, «aquí no hemos visto ni un duro». «El Plan Marshall naquerano incluso nos ha costado
dinero», aseguran en la calle. Se refieren a la visita del cónsul estadounidense en Valencia, que acudió para
http://quiosco.elmundo.orbyt.es/hemeroteca/buscador.aspx 2/6