28.02.2018 Views

el-baron-rampante

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

época colgados de las ramas en extravagantes disposiciones, y se atribuían a la locura<br />

d<strong>el</strong> barón. Sólo unas pocas personas daban a entender que ahora estos jeroglíficos<br />

tenían un significado más serio; pero, por lo demás, nunca se ha podido trazar una<br />

separación clara entre los signos de antes y los de después, ni excluir que desde <strong>el</strong><br />

principio fuesen signos esotéricos de alguna sociedad secreta.<br />

Porque Cósimo ya mucho tiempo antes que a la masonería estaba afiliado a varias<br />

asociaciones gremiales o hermandades de oficios, como la de San Crispín, o de los<br />

Zapateros, o la de los Virtuosos Ton<strong>el</strong>eros, los Justos Armeros o los Sombrereros<br />

Concienzudos. Al hacerse él mismo casi todas las cosas que necesitaba, conocía las<br />

artes más diversas, y podía jactarse como miembro de muchas corporaciones, que por su<br />

parte estaban muy contentas con tener un miembro de noble familia, singular ingenio y<br />

probado desinterés.<br />

Como esta pasión que Cósimo siempre demostró por la vida asociada se conciliaba<br />

con su perpetua huida d<strong>el</strong> consorcio civil, es algo que nunca he entendido bien, y sigue<br />

siendo una de las no menores singularidades de su carácter. Se diría que él, cuanto más<br />

decidido estaba a ocultarse entre las ramas, más sentía la necesidad de crear nuevas<br />

r<strong>el</strong>aciones con <strong>el</strong> género humano. Pero aunque de vez en cuando se lanzase, en cuerpo y<br />

alma, a organizar una nueva sociedad, estableciendo meticulosamente los estatutos, las<br />

finalidades, la <strong>el</strong>ección de los hombres más adecuados para cada cargo, nunca sus<br />

compañeros sabían hasta qué punto podían contar con él, cuándo y dónde podían<br />

encontrarlo, y cuándo se vería ganado repentinamente por su naturaleza de pájaro y no<br />

se dejaría atrapar más. Quizá, si es que se quiere reducir a un único impulso estas<br />

actitudes contradictorias, haya que pensar que él era igualmente enemigo de todo tipo de<br />

convivencia humana vigente en sus tiempos, y que por eso huía de todos, y se afanaba<br />

con obstinación por experimentar otros nuevos: pero ninguno de <strong>el</strong>los le parecía justo y<br />

suficientemente distinto de los otros; de ahí sus continuos paréntesis de esquivez<br />

absoluta.<br />

Era una idea de sociedad universal, lo que tenía en mente. Y todas las veces que se<br />

dedicó a asociar personas, ya fuera para fines concretos como la guardia contra los<br />

incendios o la defensa de los lobos, o en hermandades de oficios como los Perfectos<br />

Afiladores o los Ilustrados Curtidores de Pi<strong>el</strong>es, como conseguía siempre hacerlas reunir<br />

en <strong>el</strong> bosque, de noche, en torno a un árbol, desde <strong>el</strong> que él predicaba, se derivaba<br />

siempre de <strong>el</strong>lo un aire de conjura, de secta, de herejía, y en esa atmósfera también los<br />

discursos pasaban fácilmente de lo particular a lo general, y de las simples reglas de un<br />

oficio manual se pasaba como si nada al proyecto de instaurar una república mundial de<br />

iguales, libres y justos.<br />

En la masonería, pues, Cósimo no hacía más que repetir aqu<strong>el</strong>lo que ya había hecho<br />

en las otras sociedades secretas o semisecretas en las que había participado. Y cuando<br />

un tal lord Liverpuck, enviado por la Gran Logia de Londres a visitar a los hermanos d<strong>el</strong><br />

continente, llegó a Ombrosa mientras era maestro mi hermano, quedó tan escandalizado<br />

de su escasa ortodoxia que escribió a Londres que ésta de Ombrosa debía ser una nueva<br />

masonería de rito escocés, pagada por los Estuardo para hacer propaganda contra <strong>el</strong><br />

trono de los Hannover, por la restauración jacobita.<br />

Después de eso se produjo <strong>el</strong> hecho que he contado, de los dos viajeros españoles<br />

que se presentaron como masones a Bartolomeo Cavagna. Invitados a una reunión de la<br />

Logia, <strong>el</strong>los lo encontraron todo muy normal, incluso, dijeron que era justamente igual que<br />

en <strong>el</strong> Oriente de Madrid. Esto fue lo que infundió sospechas a Cósimo, que sabía la parte<br />

de aqu<strong>el</strong> ritual que era invención suya; y por esto siguió las hu<strong>el</strong>las de los espías y los<br />

desenmascaró y triunfó sobre su viejo enemigo don Sulpicio.<br />

De todas formas, a mí me parece que estos cambios de liturgia eran una necesidad<br />

suya personal, porque considerándolo bien habría podido tomar los símbolos de todos los

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!