28.02.2018 Views

el-baron-rampante

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

tratando de arruinarse mutuamente, mientras Viola estaba en la cumbre d<strong>el</strong> descontento<br />

de sí misma y de todo lo que la rodeaba.<br />

Cogió <strong>el</strong> caballo, se fue hacia <strong>el</strong> bosque. Cósimo estaba sobre una encina. Ella se<br />

detuvo debajo, en un prado.<br />

- Estoy cansada.<br />

- ¿De ésos?<br />

- De todos vosotros.<br />

- Ah.<br />

- Ellos me han dado las más grandes pruebas de amor...<br />

Cósimo escupió.<br />

-...Pero no me bastan.<br />

Cósimo alzó los ojos hasta <strong>el</strong>la. Y <strong>el</strong>la:<br />

- Tú no crees que <strong>el</strong> amor sea entrega absoluta, renuncia de uno mismo...<br />

Estaba allí en <strong>el</strong> prado, hermosa como nunca, y la frialdad que endurecía apenas sus<br />

rasgos y <strong>el</strong> altivo porte d<strong>el</strong> cuerpo habría bastado muy poco para disolverlos, y volverla a<br />

tener entre los brazos... Podía decir algo, Cósimo, cualquier cosa para ir hacia <strong>el</strong>la, podía<br />

decirle: «Dime lo que quieras que haga, estoy dispuesto...», y habría vu<strong>el</strong>to la f<strong>el</strong>icidad<br />

para él, la f<strong>el</strong>icidad juntos, sin sombras. En cambio dijo:<br />

- No puede haber amor si no se es uno mismo con todas sus fuerzas.<br />

Viola hizo un movimiento de contrariedad que era también de cansancio. Y sin<br />

embargo, aún habría podido entenderlo, como de hecho lo entendía, es más, tenía en la<br />

punta de la lengua las palabras para decir: «Tú eres como yo te quiero...», y enseguida<br />

subir con él... Se mordió un labio. Dijo:<br />

- Sé tú mismo solo, entonces.<br />

«Pero entonces ser yo mismo no tiene sentido...», esto era lo que quería decir Cósimo.<br />

En cambio dijo:<br />

- Si prefieres a esos dos gusanos...<br />

- ¡No te permito que desprecies a mis amigos! - <strong>el</strong>la gritó, y todavía pensaba: «A mí me<br />

importas sólo tú, sólo por ti hago todo lo que hago.»<br />

- Sólo yo puedo ser despreciado...<br />

- ¡Tu manera de pensar!<br />

- Soy una sola cosa con <strong>el</strong>la.<br />

- Adiós entonces. Me marcho esta misma noche. No me volverás a ver.<br />

Corrió a la villa, hizo <strong>el</strong> equipaje, se marchó sin decir nada a los tenientes. Mantuvo su<br />

palabra. No volvió jamás a Ombrosa. Fue a Francia y los acontecimientos históricos se<br />

sobrepusieron a su voluntad, cuando ya no deseaba sino regresar. Estalló la Revolución,<br />

después la guerra; la marquesa en un principio interesada por <strong>el</strong> nuevo curso de los<br />

sucesos (estaba en <strong>el</strong> entourage de Lafayette), emigró luego a Bélgica y de allí a<br />

Inglaterra. En la niebla de Londres, durante los largos años de las guerras contra<br />

Napoleón, soñaba con los árboles de Ombrosa. Más tarde se volvió a casar con un lord<br />

interesado en la Compañía de Indias y se estableció en Calcuta. Desde su terraza miraba<br />

la s<strong>el</strong>va, los árboles más extraños que los d<strong>el</strong> jardín de su infancia, y le parecía a cada<br />

momento ver a Cósimo abrirse paso entre las hojas. Pero era la sombra de un mono, o un<br />

jaguar.<br />

Sir Osbert Castlefight y Salvatore de San Cataldo permanecieron ligados en la vida y<br />

en la muerte, y se dieron a una carrera de aventureros. Fueron vistos en las casas de<br />

juego de Venecia, en Gottingen en la facultad de teología, en San Petersburgo en la corte<br />

de Catalina II, después se perdieron sus rastros.<br />

Cósimo durante mucho tiempo vagabundeó por los bosques, llorando, destrozado,<br />

rechazando la comida. Lloraba con grandes sollozos, como los recién nacidos, y los<br />

pájaros que en otros tiempos huían en bandadas al aproximarse aqu<strong>el</strong> infalible cazador,<br />

ahora se le acercaban, en las cimas de los árboles cercanos, o le volaban sobre la

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!