28.02.2018 Views

el-baron-rampante

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

- ¿Y dónde está? ¿Adónde ha ido?<br />

- Ah, sí, ¡a ver si lo agarras a Gian dei Brughi! ¡Quién sabe dónde está a estas horas!<br />

O bien quien gritaba era un viandante dejado en medio d<strong>el</strong> camino, despojado de todo,<br />

caballo, bolsa, capa y equipaje.<br />

- ¡Socorro! ¡Al ladrón! ¡Gian dei Brughi!<br />

- ¿Cómo ha sido? ¡Decidnos!<br />

- Saltó desde allí, negro, barbudo, apuntando con <strong>el</strong> trabuco, ¡por poco me mata!<br />

- ¡Rápido! ¡Persigámosle! ¿Por dónde ha escapado?<br />

- ¡Por aquí! ¡No, quizá por allí! ¡Corría como <strong>el</strong> viento!<br />

A Cósimo se le había metido en la cabeza ver a Gian dei Brughi. Recorría <strong>el</strong> bosque a<br />

todo lo largo y lo ancho detrás de las liebres o los pájaros, azuzando al pachón: «¡Busca,<br />

busca, Optimo Máximo!» Pero lo que le habría gustado sacar de su cubil era al bandido<br />

en persona, y no para hacerle o decirle nada, sólo para ver cara a cara a una persona tan<br />

afamada. En cambio, nunca había conseguido hallarlo, ni siquiera dando vu<strong>el</strong>tas toda una<br />

noche. «Será que esta noche no ha salido», se decía Cósimo; pero por la mañana, aquí o<br />

allá en <strong>el</strong> valle, había un corrillo de gente en <strong>el</strong> umbral de una casa o en un recodo d<strong>el</strong><br />

camino, comentando <strong>el</strong> nuevo robo. Cósimo acudía, y aguzando mucho los oídos<br />

escuchaba aqu<strong>el</strong>las historias.<br />

- Pero tú que estás siempre sobre los árboles d<strong>el</strong> bosque - le dijo una vez alguien -,<br />

¿nunca lo has visto, a Gian dei Brughi?<br />

Cósimo se avergonzó mucho.<br />

- Pues... me parece que no...<br />

- ¿Y cómo quieres que lo haya visto - intervino otro -, Gian dei Brughi tiene escondites<br />

que nadie puede encontrar, y va por caminos que nadie conoce.<br />

- ¡Con la recompensa que ofrecen por su cabeza, quien lo atrape podrá vivir bien toda<br />

su vida!<br />

- ¡Ya! Pero los que saben dónde está, tienen cuentas pendientes con la justicia casi<br />

tanto como él, y si se deciden terminan en la horca también <strong>el</strong>los.<br />

- ¡Gian dei Brughi! ¡Gian dei Brughi! Pero ¿será siempre él quien comete estos d<strong>el</strong>itos?<br />

- Da igual, tiene tantas acusaciones que aunque consiguiera disculparse de diez robos,<br />

mientras tanto ya le habrían colgado por <strong>el</strong> undécimo.<br />

- ¡Ha sido bandido en todos los bosques de la costa!<br />

- ¡Mató incluso a un jefe de banda en su juventud!<br />

- ¡Ha hecho de bandido también entre los bandidos!<br />

- ¡Por eso ha venido a refugiarse a nuestras tierras!<br />

- ¡Es que somos demasiado buenos!<br />

Cósimo cada nueva noticia la iba a comentar con los caldereros. Entre la gente<br />

acampada en <strong>el</strong> bosque, había en aqu<strong>el</strong>los tiempos toda una ralea de fulleros<br />

ambulantes: caldereros, silleros, traperos, gente que evita las casas, y que por la mañana<br />

estudia <strong>el</strong> hurto que hará por la noche. En <strong>el</strong> bosque, más que <strong>el</strong> taller tenían su refugio<br />

secreto, <strong>el</strong> escondrijo de lo que hurtaban.<br />

- ¿Sabéis? ¡Esta noche Gian dei Brughi ha asaltado una carroza!<br />

- ¿Ah sí? Puede ser...<br />

- ¡Ha conseguido detener los caballos al galope cogiéndolos por la brida!<br />

- Pues, o no era él o en lugar de caballos eran grillos...<br />

- ¿Qué decís? ¿No creéis que fuera Gian dei Brughi?<br />

- Sí, sí, ¿qué ideas le vas a meter en la cabeza a ése? ¡Claro que era Gian dei Brughi!<br />

- ¿Y de qué no es capaz Gian dei Brughi?<br />

- ¡Ja, ja, ja!<br />

Al oír hablar de Gian dei Brughi de este modo, Cósimo no salía de su asombro, se<br />

desplazaba por <strong>el</strong> bosque e iba a escuchar en otro campamento de vagabundos.

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!