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Blaze!

Esta es la historia de Blaze, la más grande guerrera que podrás encontrar... Entrenada en artes esotéricas y militares por sus maestros Echleón y Bel, respectivamente, Blaze recorre las tierras medievales en la búsqueda de aventuras y peligros a los que enfrentarse, en parte para pasar el tiempo y también para perfeccionarse. No hay mal que se le resista, tampoco bien que le aguante, la verdad es que es mejor no cruzarse en su camino, sobre todo si está enojada. Sigue aquí sus peripecias, aprende un poco de sus habilidades y conoce a los demás personajes que le harán la vida imposible. https://blaze.000webhostapp.com

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Entrenada en artes esotéricas y militares por sus maestros Echleón y Bel, respectivamente, Blaze recorre las tierras medievales en la búsqueda de aventuras y peligros a los que enfrentarse, en parte para pasar el tiempo y también para perfeccionarse.

No hay mal que se le resista, tampoco bien que le aguante, la verdad es que es mejor no cruzarse en su camino, sobre todo si está enojada.

Sigue aquí sus peripecias, aprende un poco de sus habilidades y conoce a los demás personajes que le harán la vida imposible.

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Después de unas arduas horas de lucha, finalmente se logró controlar el incendio, que destruyó por<br />

completo la gran biblioteca de Libër y parte del convento, pero que no se propagó a las viviendas<br />

aledañas. <strong>Blaze</strong> se echó al hombro el cuerpo calcinado que encontró dentro de la biblioteca y<br />

lentamente junto a Albert se dirigieron a la casa de Dælilik, lugar donde la maga utilizó el mismo<br />

hechizo usado sobre la sobrina de Weiss, pero esta vez sobre su alterado escudero, durmiéndolo<br />

para que descansase en el piso, tapándolo con su capa.<br />

Ahora, lo prometido –dijo <strong>Blaze</strong>, sacando unos frasquitos de vidrio desde su oculta bolsa mágica,<br />

los que contenían pequeñas hebras vegetales, metiéndolas en una olla de la vivienda para realizar<br />

una infusión–. Necesito agua.<br />

Weiss le entregó un jarrón lleno del vital elemento a la maga, comenzando a calentarla dentro de<br />

la olla, en un incómodo silencio. Después de unos minutos de cocción, la infusión quedó lista para<br />

consumir.<br />

Despertaré a su sobrina, tenemos que hacer que beba esta infusión hasta que se le pasen los<br />

efectos de la hierba que consumió –explicó <strong>Blaze</strong>, mirando las pocas hojas que logró quitarle a<br />

Dælilik antes de que las consumiera todas–. No sé lo que son, simplemente no conozco estas<br />

hojas…<br />

Pero se las entregó Abelard, lo expulsaré inmediatamente del convento una vez terminé todo esto<br />

–dictaminó Weiss, desconociendo información importante que Albert le comunicó a la maga.<br />

Fue él, el que inició el incendio, Albert me lo dijo antes de venir aquí –contó <strong>Blaze</strong>, desconcertando<br />

al viejo.<br />

Imposible, la casa abandonada donde le vimos se encuentra demasiado alejada como para que<br />

llegara a la biblioteca y… –replicó Weiss, deteniéndose al ver el bamboleo de la cabeza de la joven<br />

hechicera.<br />

¿Recuerda que también le dije que ese no era Abelard? –preguntó <strong>Blaze</strong>, con mirada seria y<br />

penetrante–. Acompáñeme.<br />

En el exterior de la vivienda se encontraba el cadáver chamuscado tirado en el piso, con su macabra<br />

sonrisa hacia arriba, horrorizando al viejo Weiss.<br />

Más le vale no impresionarse con esto, lo que viene es peor –comunicó la maga, tomando desde<br />

el cuello la cabeza del occiso–. A ver, a ver, ¿dónde está esto? Hace rato lo sentía más fuerte, la<br />

influencia debe estar desapareciendo… ¡Aquí!<br />

<strong>Blaze</strong> tomó el trozo de su antigua espada, el que utilizaba como cuchillo desde la lucha contra el<br />

guerrero extranjero, cortando profundamente en el cráneo del inanimado cuerpo, para luego<br />

hundir los dedos bajo la apretada y pegada piel, tirando la piel y los músculos hasta rasgarlos,<br />

dejando expuesto el hueso de la calavera. Weiss intentó no vomitar, aunque fue en vano.<br />

Aquí está –presentó <strong>Blaze</strong>, mostrándole al monje unas inscripciones talladas profundamente sobre<br />

el hueso–. Esto es escritura demoníaca, Abelard estaba siendo controlado por un demonio y, los<br />

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