Blaze!

Capítulo 27 – El trozo del corazón del único ser divino ha sido hallado. La vida y la muerte se
encuentran.
Dentro de un establo, en su piso, fue trazado con sangre un pentagrama, escribiendo en su borde
interno el nombre de Bhasenomot, utilizando para esto el alfabeto demoníaco, pronunciándose las
palabras necesarias para invocar al ser. En el establo descansaban unos pocos animales, los que
entraron en pánico al percatarse de la oscuridad que penetraba por todas las rendijas del corral,
intentando zafarse de sus amarras sin éxito. La sangre que formaba el pentagrama se encendió,
emitiendo una luz escarlata que delimitó la simbología escrita, creando una especie de pared
lumínica donde se aglomeró toda la oscuridad de la habitación, formando una entidad centelleante.
Me sorprende ver que te animaste a invocarme, ¿no habías dicho que no lo harías? Además, utilizar
sangre de vaca, por favor, como si te comprometieras a algo conmigo al hacerlo con tu sangre –
reclamó Bhasenomot, mostrándose con una forma ovalada de color púrpura oscuro, con bordes
aserrados y brillantes como la plata, en constante cambio, patrón que se replicaba en sus ojos.
La verdad es que no sabía eso último, no quería arriesgarme –dijo Albert, saliendo de detrás de
unos fardos de alfalfa, sentándose frente al pentagrama.
¡¿Tú?! Pensaba que eras Blaze burlándose de mí, invocándome con esta sucia sangre animal, por
lo mismo acudí lo más rápido que pude –explicó sorprendido el demonio–. ¿Cómo supiste hacer
una invocación?
Viví la mayoría de mi vida en un monasterio, había unos pocos libros, los cuales leí varias veces, en
uno de ellos se describía el rito de invocación y en otro se enseñaba la escritura demoníaca –replicó
Albert–. La verdad es que no sabía si funcionaría con sangre de vaca, sólo sabía que debe realizarse
con sangre de un ser aún vivo.
Con esa espantosa caligrafía y utilizando esa sangre, otro demonio no hubiese aparecido, eso te lo
aseguro. ¿Dónde está Blaze? No siento su presencia por ninguna parte –consultó Bhasenomot.
Pensé que lo sabías, aparentemente no nos tienes todo el día bajo vigilancia –aclaró el oráculo–.
Salió a cazar nuestro almuerzo, una apuesta que hicimos…
No, no sabía, tengo cosas más importantes que estar todos los días chismoseando sus aburridas
conversaciones. Entonces, asumo que aprovechaste su ausencia para llamarme, ¿por qué estoy
aquí? –preguntó el demonio, soltando chispeantes rayos de su aserrado límite exterior, mirando a
Albert directamente a los ojos, iluminándole las pupilas.
¿Qué quieres con Blaze? –soltó sin tapujos Albert, esperando una respuesta.
¡Jajajajajaja! –sonrió el demonio invocado–. Supongo que quieres que te diga la razón por la cual
la sigo, si, sólo a ella, tú estás en medio solamente… No, no te diré eso.
¿Por qué nos atacaste? –consultó el joven, recordando el incidente en la gran biblioteca de Libër.
152