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Blaze!

Esta es la historia de Blaze, la más grande guerrera que podrás encontrar... Entrenada en artes esotéricas y militares por sus maestros Echleón y Bel, respectivamente, Blaze recorre las tierras medievales en la búsqueda de aventuras y peligros a los que enfrentarse, en parte para pasar el tiempo y también para perfeccionarse. No hay mal que se le resista, tampoco bien que le aguante, la verdad es que es mejor no cruzarse en su camino, sobre todo si está enojada. Sigue aquí sus peripecias, aprende un poco de sus habilidades y conoce a los demás personajes que le harán la vida imposible. https://blaze.000webhostapp.com

Esta es la historia de Blaze, la más grande guerrera que podrás encontrar...

Entrenada en artes esotéricas y militares por sus maestros Echleón y Bel, respectivamente, Blaze recorre las tierras medievales en la búsqueda de aventuras y peligros a los que enfrentarse, en parte para pasar el tiempo y también para perfeccionarse.

No hay mal que se le resista, tampoco bien que le aguante, la verdad es que es mejor no cruzarse en su camino, sobre todo si está enojada.

Sigue aquí sus peripecias, aprende un poco de sus habilidades y conoce a los demás personajes que le harán la vida imposible.

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¿A qué te refieres? –preguntó Albert, sin entender el sarcasmo de la joven.<br />

Nada, nada, olvídalo… Fea herida, si quieres puedo repararla para pagarte por la consulta –ofreció<br />

<strong>Blaze</strong>, viendo una oportunidad de obtener fácilmente su respuesta y para desviar la atención de<br />

Albert por la hiriente frase que le lanzó.<br />

¿Puedes hacerlo? Acaso… ¿eres una bruja? –preguntó Albert, viendo como la mirada de la maga<br />

se volvía demoníaca al escuchar tal denominación–. Hechicera, quiero decir, hechicera…<br />

Sí, puedo, ¿tenemos un trato? –preguntó <strong>Blaze</strong> para confirmar, poniendo paños fríos a la situación<br />

de elección errónea de calificativos para con ella, olvidando que ella lo trató de similar manera<br />

hace poco rato.<br />

Por supuesto, la verdad es que me duele un poco el pie –confirmó Albert, sonriendo.<br />

¡Sí! –exclamó la maga, empuñando su mano derecha–. Pásame el pie.<br />

<strong>Blaze</strong> utilizó el hechizo Regeneration, haciendo que la herida se cerrara completamente, cesando<br />

la molestia de Albert, mientras pensaba en el poco aguante del muchacho, tenía suerte de vivir<br />

dentro de esas murallas, fuera de ellas no duraría más de un día.<br />

¡Gracias, <strong>Blaze</strong>, quedó como nuevo! –exclamó alegremente el muchacho, tocando su reconstituido<br />

pie, como si se tratara de un juguete nuevo–. ¿Ese es tu nombre verdadero o es sólo un seudónimo?<br />

¿Qué te importa? –dijo <strong>Blaze</strong> mirándolo con el ceño fruncido–. ¿puedo realizar mi consulta ahora?<br />

Sí, sí, claro… –respondió Albert, acobardándose frente a la respondona maga.<br />

Quiero saber donde debo dirigirme para lograr encontrar a alguien capaz de sentir poderes<br />

mágicos a gran distancia –explayó <strong>Blaze</strong>, agarrando nuevamente el pie de Albert.<br />

Ya sabe que debe tener contacto físico conmigo para realizar la consulta… –denotó Albert, cerrando<br />

los ojos, concentrándose en la petición de la maga–. Es una consulta muy específica, ¿qué estás<br />

buscando?<br />

Limítate a responder lo que se te pregunta, no necesitas saber más –respondió <strong>Blaze</strong>, apretando<br />

los dedos del pie agarrado como amenaza de algo peor.<br />

Perdón, perdón, no me inmiscuiré en tus asuntos, sólo es para responder de forma más clara –<br />

aclaró Albert, aguantando apenas el apretón recibido.<br />

Albert se concentró, o al menos eso intentaba, abriendo los ojos cada cierto tiempo, observando a<br />

<strong>Blaze</strong>, que también había cerrado los ojos, esperando la respuesta a su pregunta. Sentada de esa<br />

manera no se veía amenazante, irradiando una sublime felicidad con una disimulada sonrisa, la<br />

que fue interrumpida por la muchacha para preguntar el porqué de la demora.<br />

Discúlpame, estoy acostumbrado a que me toquen las manos para realizar esta tarea, me<br />

encuentro fuera de foco con tu mano sobre mi pie –explicó Albert, ofreciendo la mano a la joven.<br />

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