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Blaze!

Esta es la historia de Blaze, la más grande guerrera que podrás encontrar... Entrenada en artes esotéricas y militares por sus maestros Echleón y Bel, respectivamente, Blaze recorre las tierras medievales en la búsqueda de aventuras y peligros a los que enfrentarse, en parte para pasar el tiempo y también para perfeccionarse. No hay mal que se le resista, tampoco bien que le aguante, la verdad es que es mejor no cruzarse en su camino, sobre todo si está enojada. Sigue aquí sus peripecias, aprende un poco de sus habilidades y conoce a los demás personajes que le harán la vida imposible. https://blaze.000webhostapp.com

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Entrenada en artes esotéricas y militares por sus maestros Echleón y Bel, respectivamente, Blaze recorre las tierras medievales en la búsqueda de aventuras y peligros a los que enfrentarse, en parte para pasar el tiempo y también para perfeccionarse.

No hay mal que se le resista, tampoco bien que le aguante, la verdad es que es mejor no cruzarse en su camino, sobre todo si está enojada.

Sigue aquí sus peripecias, aprende un poco de sus habilidades y conoce a los demás personajes que le harán la vida imposible.

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corte con toda la cochinada allá dentro.<br />

<strong>Blaze</strong> metió la mano bajo su armadura, sacando una pequeña cantimplora llena de agua, mojando<br />

la herida del brazo de Albert, cauterizándola luego con el calor producido por la palma de su mano,<br />

sanándole las otras lesiones con el Regeneration. La batalla parecía hacer terminado, los únicos<br />

peleadores que seguían de pie eran los extranjeros, les habían ayudado a ganar la contienda.<br />

~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~<br />

La ciudad principal del reino de dios Sol, llamada de igual manera que la cordillera que la<br />

flanqueaba, fue sitiada por el ejército bárbaro de los Morones, provenientes del reino de Morón,<br />

asentándose en las afueras de la gran capital. La noche después de la batalla celebraron a lo grande,<br />

encendiendo grandes piras donde abrasaron los cuerpos de los caballeros de Ílio, comiendo y<br />

bebiendo a destajo.<br />

Esta comida está buena –comentó Albert, mordisqueando el muslo de un animal desconocido,<br />

desprendiendo la carne del hueso con avidez.<br />

Unos guerreros bárbaros pasaron por el lugar, felicitando a los muchachos por su desempeño en la<br />

batalla, aprovechando de piropear a la maga, quien los miró con ardiente desprecio, asustándolos.<br />

<strong>Blaze</strong> esperó un momento a que se alejaran lo suficiente para contestarle a Albert, quien bebía<br />

pequeños sorbos de cerveza, quejándose de lo fuerte que estaba la bebida.<br />

Mejor ni te cuento que estás comiendo, por mi parte, prefiero beber esto, al menos sé lo que es –<br />

aseveró <strong>Blaze</strong>, tragándose un vaso gigante lleno de cerveza como si se tratara de agua, empezando<br />

a murmurar–. Debemos salir pronto de aquí, nuestra meta es la ciudad de Ílio, no nos pueden ver<br />

con estos bárbaros o creerán que somos sus enemigos también.<br />

¿Te recuerdo que mataste a varios caballeros de la ciudad de Ílio? –preguntó retóricamente Albert,<br />

bebiendo nuevamente un poco de cerveza, sintiendo los efectos casi de inmediato–. Esta cosa te<br />

envalentona…<br />

Ya lo hiciste –refunfuño <strong>Blaze</strong>, hablando en voz baja–. Independiente de eso, debemos ir al campo<br />

de este reino y nos conviene ser viajeros comunes y corrientes, no enemigos.<br />

Tienes razón, <strong>Blaze</strong>… ¿<strong>Blaze</strong>? Es raro tu nombre, ¿por qué te pusiste así, me lo contarás algún día?<br />

–dijo Albert, desvariando, afectado visiblemente por el alcohol que seguía ingiriendo–. Te ves tan<br />

brillante, hasta tienes un aura temblorosa sobre ti.<br />

Suficiente para ti –dijo la maga, quitándole la cerveza al emborrachado muchacho, bebiéndosela<br />

de golpe–, duérmete será mejor, nos iremos de madrugada, pero por un camino distinto, para<br />

parecer que venimos desde otro lado.<br />

Albert miraba a su señora con una sonrisa etílica en su rostro, con los ojos entreabiertos y las<br />

mejillas sonrosadas, obedeciendo inmediatamente a la joven, acostándose de lado en el piso y<br />

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